El debate sobre las salmoneras en Tierra del Fuego

Esta semana la Legislatura de Tierra del Fuego aprobó una ley que prohibe la cría de salmones en jurisdicción provincial. Esta medida, de orden local, despertó interés y una polémica nacional, porque intervienen concepciones contrapuestas sobre la protección ambiental y la actividad económica. No es sobre una u otra. Ambos lados del debate difieren sobre cómo proteger el ambiente y cómo estimular la economía.

AgendAR tiene sus propias opiniones sobre el tema (y algunas discusiones internas, también). Pero queremos plantear ambos lados del debate, y aportar una reflexión al final de la nota. Primero, acercamos una nota de la agencia estatal Télam, con un sesgo claramente favorable a la medida: La noticia impacta: Tierra del Fuego aprobó una legislación pionera en el mundo al prohibir la cría de salmones. Esto ocurrió tras un año de resistencia comunitaria y proyectos en contra de la instalación de esa industria en el Canal Beagle. Ahora la Legislatura provincial aprobó el proyecto para prohibir la instalación de ese tipo de criaderos. Es una medida catalogada de “histórica” por sus impulsores debido a la protección que supone para el medio ambiente marítimo. La norma es el corolario de un proceso iniciado en 2018, cuando se instaló con fuerza el posible establecimiento de salmoneras (jaulas para la cría de salmones en cautiverio) en el lecho marino del Beagle. Una política ambiental El viceministro de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, Sergio Federovisky, sostuvo que se trata de una “decisión importante” porque “va en el sentido de la transición productiva que tiene que hacer tanto la Argentina como todo el mundo: la de pasar de explotaciones altamente insustentables a otras que no lo sean”. “Tanto por lo que significa como introducción de una especie exótica, como por los impactos que tiene sobre la flora y la fauna local, más la competencia desleal que hace de especies autóctonas, la salmonicultura como está planteada en la actualidad solo significa un beneficio económico para un sector muy acotado y un alto perjuicio para una región cuya potencialidad del ambiente, explotado de manera sustentable, resulta crucial para pensar el futuro de otro modo”, consideró Federovisky. El viceministro agregó que la provincia hizo uso del “principio precautorio”, “un eje esencial de la política ambiental moderna. Cuando una actividad se presume dañina para el ambiente no debe permitirse que comience hasta que no estén dadas todas las garantías de que no va a perjudicar los recursos naturales. En el caso de la salmonicultura, esas garantías no están dadas, y por eso corresponde no avanzar en proyectos de estas características”. Además de ONG’s, referentes científicos del Conicet y entidades académicas como la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, se habían pronunciado en contra de la cría de salmones en el Beagle. El doctor en biología e investigador principal del Conicet Adrián Schiavini, explicó que uno de los riesgos de las salmoneras es el escape de ejemplares al mar, que luego compiten con especies nativas y diseminan enfermedades. “Una jaula de red, colgada en el mar, llena de salmones, es como poner un tarro lleno de caramelos en la puerta de un colegio, para el que pase se sirva. Para los lobos marinos, los salmones gratis se obtienen empujando y rompiendo las redes”, ejemplificó el científico. Además, los salmones criados en cautiverio generan enfermedades que afectan a la producción. “La más famosa es el virus ISA (Anemia Infecciosa del Salmón). Para contrarrestar este problema, se usan antibióticos y fungicidas (algunos prohibidos como la Verde Malaquita) que se incorporan en la comida y, en consecuencia, son liberados al medio ambiente. No sabemos cómo esas sustancias afectan a las bacterias, que son los organismos esenciales para sostener a todos los ecosistemas”, completó Schiavini. La organización “Sin azul no hay verde”, el programa marino de la Fundación Rewilding en Argentina, explicó -en un comunicado- que entre las consecuencias de la salmonicultura se encuentran “las mortandades de salmones masivas, la intensificación de blooms de algas tóxicas (como la marea roja), la introducción de especies exóticas, la alteración de los ecosistemas y pérdida de fauna local, la generación de zonas “muertas” y el enmallamiento de mamíferos marinos”. La organización destacó que, a lo largo de los años, las empresas salmoneras “se han visto envueltas en numerosos escándalos relacionados a los escapes, mortandades y el uso indebido de antibióticos”. Y la vocera de la campaña Océanos de Greenpeace, Estefanía González, dijo que la ley “sienta un precedente histórico para el resto del país y el mundo, evita un desastre ambiental y es un gran triunfo de la ciudadanía y las organizaciones civiles y ambientales”.

La otra campana

El sociólogo Daniel Schteingart -Director del Centro de Estudios para la Producción (CEP-XXI) en el Ministerio de Desarrollo Productivo- expresó su opinión en un largo hilo de Twitter. Sus conceptos invitan a reflexionar sobre esta prohibición de la salmonicultura (cría de salmones). 1) Argentina es importadora de salmón. Todo viene de Chile, donde la actividad está muy desarrollada. En los últimos 12 meses importamos salmón por más de 45 millones de dólares, cifra récord para las importaciones de este pescado. 2) Junto con las bananas, el café, el cacao, la carne porcina, la palta y las almendras, el salmón está dentro de los alimentos que más importamos. Argentina es un exportador neto de alimentos pero en estos rubros somos deficitarios. 3) El salmón es un consumo de hogares de ingresos medios y altos. Más de la mitad del consumo de salmón en los hogares lo explica el 20% de mayores ingresos. Esa cifra sube aún más si contemplamos el gasto en salmón vía restaurantes (mayormente sushi). 4) ¿Qué países son productores de salmón? Noruega es uno de ellos. Cerca de la región, Chile. En el país vecino, la salmonicultura tuvo un profundo crecimiento en las últimas décadas. En la prepandemia las exportaciones de salmón chileno superaron los 5.000 millones de dólares. 5) Solo para poner en contexto, eso equivale casi dos veces a lo que exportamos de carne bovina el último año. El salmón es un sector muy importante para la generación de divisas en Chile, y es la principal exportación no minera de Chile. 6) Entonces, ¿por qué el rechazo acá? Porque en Chile hubo problemas ambientales ligados a la industria salmonera (marea roja, eutrofización, escape de salmones de las jaulas -en Chile el salmón es especie invasora-) 7) Argentina tiene un enorme potencial acuícola (la acuicultura implica la cría de peces, lo que la diferencia de la tradicional pesca de captura), en múltiples provincias. La salmonicultura es una de las formas de la acuicultura, que es una categoría más amplia. 8) Algunos números de un trabajo de 2018 del Centro Interdisciplinario de Estudios en Ciencia, Tecnología e Innovación @​ciecti muestran un potencial gigantesco solo de la acuicultura marina (salmones + mejillones), con montos que van desde más de 60.000 millones de dólares de exportaciones a 600.000 millones. 9) Cito: «El potencial económico de la acuicultura marina va desde el 12% a más del 100% del PBI argentino (…) La actividad podría tener lugar en un horizonte de tiempo no muy lejano un importantísimo impacto sobre el PBI, el empleo y lageneración de divisas». 10) La acuicultura nacional (marina y de agua dulce) hoy es marginal, pero puede y debe ser desarrollada (con diversas especies, por ej, la trucha), y hacerlo sosteniblemente. Eso es fundamental para el desarrollo territorial y para generar exportaciones en nuestro país. 11) Muchas veces no visualizamos lo fundamental de exportar y lo difícil que es exportar. De las exportaciones dependen nuestros salarios, a pesar de que la gran mayoría de la población no trabaja en empresas exportadoras. ¿Por qué? 12) Porque cuando exportamos ingresan dólares al país. Cuando ingresan dólares, los riesgos de devaluar bajan. Y eso es bueno. Ya sabemos lo que pasa cuando nos quedamos sin dólares y nuestra moneda se deprecia: nuestros salarios caen y la pobreza sube. 13) Respecto a lo de Tierra del Fuego de ayer, no creo que esté bueno FESTEJAR una prohibición a una actividad productiva. Me parece bien discutir cómo regularla, escalas, zonificaciones, pruebas piloto, modos de producción. No PROHIBIR de cuajo 14) Mucho menos me parece atinado cuando la pobreza subió DIECISEIS puntos en tres años, donde la economía se achicó y cuando nos cuesta muchísimo desarrollar actividades productivas nuevas y hacer crecer las existentes. 15) Discutamos estándares, controles estatales, regulaciones, zonificaciones, rentas. Las prohibiciones que se festejan son las que prohíben el trabajo infantil y la trata de personas, no la de actividades productivas. 16) Argentina necesita urgentemente crecer y para eso necesita exportar. Si no, seguiremos multiplicando la pobreza año tras año. Y por supuesto, necesita hacerlo con sostenibilidad tanto macroeconómica como ambiental. Festejar prohibiciones no creo que sea el camino.

Reflexión de AgendAR:

En nuestro portal publicamos notas en 2018 y 2019 -por ejemplo ésta– donde recogimos las preocupaciones de sectores fueguinos sobre los riesgos de la cría industrial de salmones. En particular en el Beagle, un espacio más cerrado que las aguas abiertas del Atlántico Sur. Estas preocupaciones surgían, surgen, de científicos y organizaciones menos dogmáticos que Greenpeace. No descartamos, entonces, los argumentos del «lado ambientalista» del debate. Pero, más allá de los límites a imponer, que también Schteingart reconoce necesarios, vemos la medida como lo que es, una decisión local. Similar a la que tomó la legislatura de Río Negro al prohibir la instalación de centrales nucleares en su provincia. Hogar, recordemos, del Centro Atómico Balseiro y de INVAP. Los habitantes de una región toman decisiones basándose en sus intereses o temores inmediatos, como es su legítimo derecho. Corresponde al estado nacional -es su función fundamental- evaluar los intereses del conjunto… y tratar de convencer a las provincias, de negociar con las localidades. Argentina es un estado federal, recordemos, aunque leyendo los medios masivos uno no se daría cuenta. Si en el estado nacional no se ponen de acuerdo, va a ser difícil convencer a nadie.

Los últimos días del Champlain Towers: «El mar no perdona» – II

(La primera parte de este artículo está aquí) La pregunta que nadie quiere hacerse: ¿y la roca, cómo está? Debajo del relleno de lodo y arena con que se colmató el manglar donde hoy se yergue Surfside, un suelo más bien flojo para edificar, está la roca calcárea blanca que forma prácticamente toda la península de Florida. Toda esa majestuosa lengua de tierra lanzada de Norte a Sur sobre el Golfo está hecha de viejos arrecifes de coral sometidos a compresión geológica. La roca calcárea coralina no es la mar de resistente, pero es roca, y en el Surfside… es lo que hay. Los enormes pilotes de hormigón armado sobre los que se apoyaban las columnas de los sótanos del Champlain están bien hundidos en ese soporte rocoso, su garante estructural final. El tema es qué pasa con la roca coralina sometida a mojadura permanente, y máxime de agua de mar que se ha vuelto ligeramente ácida. En la Península de Yucatán, otro gran espolón coralino aún mayor que Florida, y que se proyecta sobre el Atlántico, la acidez la ponen la lluvia y la selva. La descomposición de follaje y madera forman ácido húmico, que percola fácilmente el suelo yucateco y lo ha llenado de agujeros. Algunos son enormes y se organizan como ríos subterráneos, en los que es fabuloso bucear, como en Xcaret, en Cancún: están llenos de agua límpida como cristal. No hacen falta linternas. De tanto en tanto, el techo de alguna zona se derrumba y por ahí entra luz solar a raudales. Toda la superficie de Yucatán está anillada de “cenotes”, como llamaban los mayas a estos normalmente súbitos hundimientos del suelo por derrumbe del techo de una caverna calcárea que venía creciendo. En algunos de ellos, de gran profundidad, a veces sacrificaban doncellas, como regalo a los dioses subterráneos. En Florida no hay mayas, de modo que a los cenotes los floridianos los llaman “sinkholes”, y en el centro de la península son una verdadera peste para la edificación. Se han tragado autos y casas, con gente y todo. En Dade County también los hay, pero estaban razonablemente alejados de la costa. La posibilidad de que al Champlain lo haya derribado un “sinkhole” que se derrumbó debajo de alguno o algunos de los pilotes que sostenían la jaula de columnas y losas del edificio no es despreciable. Coincide con un hecho raro: el edificio se venía hundiendo 2 mm. por año desde su construcción, cosa que no sucedía con la edificación contigua. Coincide también con el extraño patrón del derrumbe, tan vertical y preciso como los que logran los dinamiteros que se ocupan de demoliciones. Mirando las cosas a la luz del “cambio climático”, ese eufemismo para no decir recalentamiento global, este episodio puede ser como la muerte del canario que llevaban los mineros a los socavones, y que normalmente anunciaba gas grisú, y que había que rajarse. Siguiendo con la ornitología, si a los hechos rarísimos se los llama “cisnes negros”, el derrumbe de este edificio en el Surfside tal vez sea un “cisne gris”, algo que ya no será tan raro.

Daniel E. Arias

(N. de A.: Ayer, viernes 2 de julio, el Departamento de Construcciones de North Miami ordenó la evacuación del edificio residencial Crestview Towers, en North Miami Beach, tras una inspección que detectó condiciones estructurales y eléctricas inseguras.)

Para contratar con Pfizer, Moderna y Janssen: sale «negligencia»; entra «Fondo de Reparación»

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El gobierno nacional dictó ayer viernes un Decreto de Necesidad y Urgencia 431/2021, que establece una serie de modificaciones a la ley de vacunas para superar las barreras legales que impedían firmar acuerdos con algunos de los laboratorios más importantes.

Si bien los negociaciones no han concluido, es evidente que el texto del decreto recoge meses de discusiones entre los abogados de ambas partes. En particular, con el laboratorio Pfizer. La expectativa, entonces, es que en las próximas semanas Argentina obtenga vacunas para  inmunizar a niños, niñas y adolescentes que padecen enfermedades graves. Pfizer es, hasta ahora, una de las pocas vacunas autorizadas en el mundo para uso en menores de 18 años. La ministra de Salud, Vizzotti, aclaró que Sputnik V y Sinopharm están realizando ensayos pediátricos. Los cambios son:
  • Se suprime la “negligencia” como supuesto de responsabilidad para los laboratorios. Esto es porque los laboratorios norteamericanos no quieren hacerse cargo de un resarcimiento económico en caso de que se presente un daño en un paciente.
  • Se crea un “Fondo de Reparación Covid 19″ estatal, para responder por el eventual pago de indemnizaciones en caso de que una persona sea dañada por la vacuna. “Si alguna persona sufriera un daño y pide una reparación, ese fondo lo cubre.
  • Respecto a la referencia a “maniobras fraudulentas, conductas maliciosas” que figura en la ley, se reemplaza por el término “conductas dolosas”.
  • Se exime de inmunidad a las regalías que percibe el Estado Nacional y a los denominados “bienes privados del Estado” dispuestos en el artículo 236 del Código Civil para responder por eventuales ejecuciones. Los bienes soberanos establecidos en la Ley de Restauración de Sostenibilidad de la Deuda (como las reservas del BCRA, las representaciones diplomáticas o la herencia cultural, entre otras) permanecen con ese status, pero el gobierno renuncia a la inmunidad con relación a la ejecución de los bienes privados y las regalías.

Un libro en homenaje al Gral. Jorge Leal y la expedición argentina al Polo Sur en 1965

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En el centenario del nacimiento del general Jorge Leal, quien comandó la primera expedición terrestre argentina al Polo Sur, la Operación 90, cuando después de un mes y medio de viaje en snowcats, se izó la bandera argentina por primera vez en los 90° de la latitud Sur, en diciembre de 1965, el ministro de Defensa Agustín Rossi recibió a los autores de su libro biográfico, Daniel Parcero y Damián Descalzo, prologado por María Susana Leal, sobrina del militar antártico. Los autores informaron que hicieron entrega al ministro Rossi de ejemplares de nuestro libro ‘General Leal, Héroe del Polo Sur y prócer de la Patria Grande’, publicado por Ediciones Ciccus. «Rossi nos reiteró su predisposición para divulgar la trayectoria de Leal y su compromiso antártico y sudamericano». Compartimos estas viejas imágenes y sonidos. Son sólo 8 minutos, pero rescatan algo de esa epopeya
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Los últimos días del Champlain Towers: «El mar no perdona» – I

(La conclusión de esta nota está aquí) Cuando terminó esta nota Daniel Arias, en AgendAR debatimos el título (en cualquier redacción se sabe que es un paso decisivo). «Los últimos días de Miami»… parecía demasiado «catastrofista», que no es la tradición del portal. «El mar no perdona», la película de Tyrone Power de 1957 pareció apropiado, sobre todo porque la nota es secuela de la del martes El derrumbe en Miami ¿puede ocurrir algo parecido en la costa argentina? (Una preocupación: alguien recordó que el título original de esa película era «Abandon ship!» ¿se verá como una sugerencia a abandonar Miami? ¿las ciudades costeras?)

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MÁS SOBRE EL DERRUMBE DE CHAMPLAIN TOWERS Lo que derrumbó de golpe el ala este de las Champlain Towers en Dade County, Miami, Florida, lo hizo desde abajo, de un modo algo parecido al de las demoliciones deliberadas con explosivos: cortando las columnas y dejando el edificio en el aire, para que caiga verticalmente, sin afectar construcción contigua. Y de hecho, la Torre Norte sigue en pie. Pero aquí de deliberado no hubo nada. Negligencia, la que quieras, pero muy repartida y multigeneracional. La investigación de este fallo estructural por ahora se concentra en los sótanos permanentemente inundados de los edificios del Surfside, el barrio de torres costeras edificado sobre una península artificial. Hasta los ’50, eso fue un manglar, es decir un pantano costero salobre. El colapso del Champlain sin duda está asociado de uno o varios modos al “nuisance flooding” o “sunshine flooding”, esas inundaciones de marea sin mediar tormenta. En este tipo de inundación, boba de apariencia tan benigna (las apariencias matan), el agua dulce de napa –sometida a las mismas fuerzas gravitacionales de la Luna y el Sol que la de marea- percola desde abajo en los sótanos y estacionamientos del Surfside. Allí las bombas de achique trabajan casi 24×7. Empapan incluso las calles con 5 o 10 centímetros de agua, y si casi nadie se empapa los zapatos es porque casi todos los floridianos viven en zapatillas. Desde los ’80 (y el Champlain data de esa década) las “nuisance floods” han aumentado un 400% en número de días e intensidad de los eventos. La infraestructura cloacal y pluvial del Surfside entra en reflujo, y a veces deja recuerdos de que el Atlántico está volviendo al lugar de donde se lo expulsó. Y lo hace a través del suelo, y/o por los caños. Al respecto, se está viralizando este video de un canal de la TV local, que muestra un pulpo de cierto tamaño vomitado por un sumidero. Flota, muerto, en otro garage subterráneo inundado del Surfside.
Es verlo y acordarse de “El Padrino”: Luca Brasi, matón de don Vito Corleone, ha sido asesinado, y quien lo mató, don Sollozzo, envía a los Corleone el chaleco antibalas de Brasi con dos peces adentro. El mensaje se decodifica fácil: “Luca duerme con los peces”. Me pregunto qué mensaje le está mandando el Océano Atlántico al “Mayor” (intendente) de Dade County y al gobernador de Florida con ese pulpo. “¿De aquí me echaron pero aquí vuelvo?” Algo así. La química y la meteorología de un derrumbe posible             El Atlántico se recalienta, y el número de huracanes pasa de 5,7/año entre los 61 y los 90 a 7,2/año entre el 91 y 2020. Los huracanes catastróficos, de grados 3 a 5, pasan de 1,9/año a 3,2/año. Las “tormentas con nombre” (bravas, pero no llegan a huracanes) pasan de 10 a 14,4. Viene mal la mano… El salitre marino, de suyo, se lleva como la mona con el hormigón armado: el agua salada tiene sales de sodio y de calcio químicamente disociados en iones, y los iones cloruro son muy agresivos. Y esto se sabe desde que el mar es mar, y sobre todo desde que existe la ingeniería estructural de costas, como disciplina. Los iones cloruro atacan vorazmente el hierro de las armaduras internas del hormigón. ¿Pero cómo llegan hasta ahí adentro? La novedad es que a su encono fundacional contra el hormigón, el agua de mar ha venido sumando un componente nuevo: su acidez por carbonatación. Efectivamente, los océanos absorbieron aproximadamente 1/3 de todo el dióxido de carbono fósil emitido a la atmósfera durante ya 3 siglos de sucesivas revoluciones industriales. El dióxido de carbono (C02) en solución acuosa genera ácido carbónico, el mismo que esteriliza contra el Vibrio cholerae el agua carbonatada de un sifón o una gaseosa. La soda, efectivamente antes de transformarse en una moda, fue un método de potabilización del siglo XIX. La absorción continua de C02 de origen fósil “carbonató” los océanos: los hizo retrogradar 1/10 en la escala pH, que mide acidez o alcalinidad. Como la escala es logarítimica, un décimo de punto hacia abajo, en cristiano, significa el doble de iones hidrógeno ácidos. Epa. Probablemente a la luz de cómo evolucionaron las cosas, el hormigón armado del Champlain debería haber sido como el que se usa en los muelles y defensas costeras, y también en represas y centrales nucleares: hormigón de alta densidad y con un tratamiento externo impermeabilizante. Debería tener también un recubrimiento anti-corrosión de las varillas de acero de las armaduras, y una limitación drástica del contenido inicial de cloruros del hormigón. Todo eso está tabulado en manuales tan masticables como el hormigón mismo. Pero cualquier calculista de estructuras los ha tenido que leer. Sucede que el hormigón para estructuras costeras es muy caro. Incluso la arena que realmente sirve para construcción es cara. Es de playa, por la cantidad de aristas y filos de los granos: una vez integrado a la matriz calcárea del cemento, cada grano se traba con las aristas de los granos contiguos, otorgando tenacidad dimensional a la mezcla, una vez fraguada. Pero antes de añadir la arena a la mezcla hay que lavarla en agua limpia hasta eliminar sus sales marinas residuales. Porque si quedan como residuo, empiezan a comerse el cemento desde adentro para afuera. Sí, claro, edificios hechos con materiales estructurales tan pipí-cucú habrían resultado incomprables. Pero hoy hay uno derrumbado, 150 personas desaparecidas, 11 confirmadas muertas, y el valor inmobiliario de todos los demás edificios del Surfside acaba de estrellarse. ¿Se ganó mucha plata, entonces, Su Señoría? El salitre marino disuelve el carbonato de calcio, uno de los componentes del cemento. Esto le da porosidad más abierta a la matriz del cemento común, y ésta aumenta su absorción de agua por capilaridad, y también su permeabilidad al oxígeno atmosférico y a los iones cloruro. Cuando estos ingredientes se combinan, las barras de hierro (“rebar” las llaman allá) se disgregan en sales rojizas que carecen de toda resistencia tensional. Pero al hacerlo, además, se expanden en volumen. Y esto a su vez abre redes internas de microfisuras en la matriz del cemento, que termina desagregándose en terrones carentes de toda su tenacidad mecánica. El fenómeno se llama genéricamente “spalling”. Una inspección privada pedida por el consorcio del Champlain hace 3 años mostraba “spalling” avanzado en las uniones de las columnas del garage subterráneo con la platea y las losas superiores. Como toda la estructura aérea de columnas y vigas descansa sobre las del garage, el edificio estaba en algún grado de peligro estructural, y a punto de encarar obras de refuerzo por U$ 18 millones. Eso es plata, incluso para un consorcio de clase media bacana en Florida. Pero de aquel informe de inspección no emana la urgencia del asunto. Me pongo en acusador, que es fácil. Hoy todo constructor, ingeniero civil jubilado, ex concejal, ex diputado y ex gobernador y “realtor” (agente inmobiliario); en fin, todos los que pusieron sucesivamente sus firmas para autorizar o posibilitar el desastre de Champlain y el Surfside está muerto, o en el geriátrico, o vivo, suelto y silbando bajito para pasar desapercibido, su Señoría. Y es injusto. Porque si existiera la imbecilidad como agravante doloso de la pura angurria inmobiliaria (que en sí no configura crimen penal), no alcanzaría el desaforado sistema carcelario estadounidense para albergar a tanto miserable, Su Señoría. Ahora paso de fiscal a defensor, Su Señoría. Por empezar, mi colega, el fiscal, olvida que la acidez marina era menos peligrosa en todo sentido allá por los ’80, cuando el condado autorizó la construcción del Champlain (y de su mucha parentela costera). Las “nuisance floodings” eran infrecuentes, el mar menos ácido, su altura promedio más baja (está subiendo ya 3,4 mm/año, pero en los ’70 eran 2,1mm/año). Pero además de menos inundaciones bobas, en Miami había menos inundaciones catastróficas: eran menos las tormentas del Atlántico que por velocidad de viento alcanzaban la dignidad de llamarse con nombre de persona, y aún más pocas aquellas que alcanzaban el malévolo grado de huracán. Abajo incluyo una clasificación para ilustración del jurado. La temporada de huracanes además era más corta y menos violenta, en general. Porque era raro que en el Golfo de México hubiera agua superficial a 26º C o más caliente aún, y hasta 700 metros de profundidad, como ocurre ahora. Y eso se explica por la ecuación de Clausius-Clayperon, que por cada grado Celsius de recalentamiento del aire, éste puede aumentar un 7% su contenido de vapor de agua. Y mucho aire muy húmedo y muy caliente, fogoneado por el mar, es una receta buenísima para huracanes. El Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial (WMO) de las Nacions Unidas, Prof. Petteri Taalas, lo explicó así ante la BBC: desde los ’60, la fecha oficial de inicio de la temporada de huracanes del Atlántico se fijaba el 1 de junio. A partir de esa fecha los aviones de exploración del National Hurricane Center (NHC) salían a caza de las las tormentas que se van formando frente a las costas africanas. Avanzan en línea casi recta, como los viejos acorazados en formación de combate, y vienen una tras otra a estrellarse contra las Antillas, Centroamérica y las costas del Golfo de México, incluida la península de Florida. Pero según Dennis Feltgen, meteorólogo del NHC, la temporada de búsqueda y seguimiento de tormentas debe empezar el 15 de marzo. Porque está cambiando todo, hasta el calendario. Dice Feltgen que la temporada de 2020 fue la peor en los 40 años de existencia del Programa de Ciclones Tropicales de la OMC. Añade que en los últimos 15 años las tormentas subtropicales a las que se pone nombre (las más bravas) se adelantaron al 1 de junio en la mitad de los casos. Dos de ellas, Arthur y Berta, sucedieron en mayo. Dice también que sólo en 2020 hubo 30 eventos de estos, y agotada la lista oficial de nombres de los meteorólogos (más corta aún que la de nuestro viejo Registro Civil), se las empezó a llamar con letras del alfabeto griego. Es la segunda vez en la historia que hay que echar mano del mismo. El nivel marino mundial promedio creció 22,5 cm. desde 1880 a la fecha, y no tanto por derretimiento de masas glaciarias terrestres (que lo hay), como por vulgar expansión térmica. En grandes cantidades, el agua caliente ocupa más volumen de modo medible. Y el fenómeno se agrava en rampa: 2/3 de ese aumento sucedieron a partir de los años ’70. El problema es que según el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC), vamos de cabeza a 1 metro más de altura promedio mundial en 2100, en el escenario más benigno. Y el problema del problema es que con el pelo de agua normal 30 centímetros arriba, las marejadas de tormenta de un huracán de clase 1, con vientos de 130 km/h, alcanzan la penetración tierra adentro de uno de clase 2, de hasta 177 km/h. Y se pone peor, Su Señoría, porque los huracanes de ahora son un 15% más “llovedores” que los de los de los ’80, cuando se construyeron los edificios del Surfside, por esa ley de Clausius-Clayperon. Mire Ud., en 2017 el Harvey hizo caer 1000 milímetros de un saque sobre Texas y Luisiana. ¿Qué tal, un metro de agua, todo junto el mismo dia? Y eso se debe en parte también a otro fenómeno, reciente y no explicado: en su pasaje de Este a Oeste y luego de Sur a Norte, a lo largo de esa huella con forma de J acostada que les es típica, los huracanes de ahora son más remolones, ergo, se quedan más tiempo sobre el mismo punto y por eso tienen más capacidad de daño. El Harvey, en 2019, destruyó la Gran Bahama porque con sus vientos de 215 km/h le pasó por encima a sólo 2 km/h, velocidad 3 veces inferior a la de un humano caminando. En fin, que todo está más caliente, más jodido y más mojado, Su Señoría. I hereby rest my case, como dicen en Hollywood.

(Concluirá mañana)

Daniel E. Arias

Claudio Scaletta y el falso ambientalismo

En AgendAR tomamos en serio el «ambientalismo». Para ser más precisos en el lenguaje, el impacto de las actividades humanas en el ambiente local y en el global. Como cualquier visitante habitual al portal sabe, muchas notas están dedicadas a ese tema. Y en otras tantas, que enfocan alguna actividad productiva, comentamos sus consecuencias para el ambiente. Y cada vez más, también hay que señalar el impacto que las nuevas regulaciones ambientales que están imponiendo los países desarrollados sobre esas actividades. Dicho esto, también añadimos que estamos consciente de una corriente en las sociedades modernas occidentales, presente con fuerza desde hace unos 60 años, hostil al desarrollo y a la ciencia. No hay espacio para analizarla aquí (Un libro de hace 100 años, de Sigmund Freud «El malestar en la cultura» puede dar algunas ideas). Aquí podemos decir que esa corriente se expresó con argumentos racionales y defendibles, según el «clima de época»: la «explosión demográfica», el «agotamiento de los recursos» (bandera del Club de Roma). Hoy levanta consignas ecológicas. Por eso creemos que es importante debatirlas. Ni aceptarlas acríticamente, pero mucho menos descartarlas, con una confianza también ingenua en que habrá soluciones técnicas. Que aparecerán, casi seguramente, pero también tendrán impacto ambiental. Pensamos que Claudio Scaletta, uno de los economistas que entienden con mayor claridad las necesidad del desarrollo, para conseguir un bienestar compartido por la mayoría de nuestros compatriotas, puede señalar, como hace en esta reciente nota que reproducimos, las falsas agendas ambientales. Es una manera de defender las verdaderas.

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«El día mundial del ambiente fue establecido por la asamblea de la ONU cada 5 de junio y se celebra desde 1974. La fecha refiere al inicio de la Conferencia de Estocolmo de 1972, la primera en la que el organismo multinacional buscó “forjar una visión común sobre los aspectos básicos de la protección y la mejora del medio humano”. Esa conferencia consolidó lo que ya era un clima de época y que los argentinos pueden evocar más afectivamente con la adelantada “Carta a los Pueblos y Gobiernos del mundo”, que Juan Perón difundió desde Madrid en febrero del 72. Lo que estaba ocurriendo por entonces eran manifestaciones de la toma de conciencia de la especie humana sobre los impactos que las nuevas sociedades industriales avanzadas provocaban sobre el ecosistema global. No es casual que esta toma de conciencia haya aparecido sobre la etapa final de lo que se conoce como la era de oro del capitalismo, con el gran desarrollo de los Estados de bienestar de la segunda posguerra, pero bajo el avance imparable de la industrialización y la revolución verde en el agro, un doble proceso que alejaba las hambrunas y consolidaba los éxodos hacia la vida urbana, voluntarios o no, en todos los rincones del planeta. Desde siempre el índice de urbanización fue y es un indicador de desarrollo. Para el campesino pobre la vida agraria es un mundo de alienación que carece de esa aura bucólica que imaginan las clases medias urbanas del presente. Puede resumirse que la toma de conciencia ambiental es hija de dos procesos interrelacionados: el crecimiento de la población facilitado por los excedentes alimentarios y las mejoras generalizadas en la calidad de vida, las que se encuentran directamente asociadas a la urbanización y a la intensificación de los consumos de energía per cápita. Son estos dos factores los que aumentaron la polución y las emisiones de carbono y presionaron sobre los recursos naturales del planeta. El aumento de la población se tradujo en la consecuente necesidad de expandir el área de los terrenos destinados a la actividad agropecuaria y el desarrollo industrial y la urbanización presionaron sobre la demanda de energía, las emisiones de carbono y una de sus principales consecuencias: el calentamiento global presentado tibiamente como “cambio climático”, expresión que asusta menos. Nótese que no se trata de puntos de debate, las fronteras agrícolas se expanden junto con la población mundial, la demanda de energía se intensifica y la atmósfera efectivamente se está calentando, aunque ello no suponga el escenario catastrofista que algunos describen. La problemática ambiental no es un invento ecologista, es un dato. A partir del presente ya no existe la posibilidad de pensar ninguna actividad humana sin tener en cuenta su impacto ambiental y la mitigación de este impacto. Por eso la dicotomía entre ambiente y desarrollo es falsa. La verdadera dicotomía del presente es la que enfrenta a las corrientes ecologistas prohibicionistas, las que abogan por la prohibición de actividades y tecnologías, con el desarrollo sustentable. La “gran confusión” en materia ambiental reside en que el prohibicionismo aportó a la construcción de una agenda equivocada que, cuando es adoptada total o parcialmente por los hacedores de política, puede convertirse en una traba real y efectiva para el desarrollo económico y el bienestar de las mayorías. Para los economistas, las luces rojas se encendieron porque los campos de lucha del prohibicionismo se centraron precisamente en las principales actividades exportadoras, actuales y potenciales, de la economía local: la agropecuaria, los hidrocarburos y la minería, a las que con alguna complejidad se suma la energía nuclear. No se hará aquí una genealogía del prohibicionismo, pero es necesario destacar algunos aspectos generales de su ideología subyacente, el neomaltusianismo. Para esta corriente las presiones sobre el ambiente resultan del crecimiento económico por lo que su propuesta es frenar el crecimiento. Lo primero que debe decirse es que no parece lo mismo plantear la hipótesis de decrecer en sociedades desarrolladas avanzadas, las que efectivamente se acercaron al límite de la explotación de sus recursos naturales, que hacerlo acríticamente en sociedades con bajo desarrollo, abundantes recursos naturales sin explotar y altos índices de desocupación y pobreza. Segundo, la presunta necesidad de decrecer llevó también a cuestionar conceptos económicos elementales, como la productividad. Se recuerda aquí que no existen ejemplos históricos de países que hayan mejorado sus indicadores sociales sin que crezca su PIB per cápita. Por último, el prohibicionismo recuperó el ludismo de los albores de la revolución industrial, con lo que también puso en la mira a la industria y a las tecnologías aplicadas a la producción, proceso que fue acompañado por una exaltación de las bondades de la vida rural, visión que a veces convive con distintas formas del indigenismo y la necesidad de recuperar “saberes ancestrales”, así como con la negación del consumo formulada bajo la idea del “buen vivir”. Se trata de un paquete ideológico complejo que demanda mucho más que un párrafo para ser desentrañado. Debe considerarse que a la ideología se suman otras historias que no se abordan aquí, como por ejemplo el enfrentamiento entre multinacionales qué convirtió a los transgénicos en enemigos de lo ambiental, la confusión entre técnica y modelo económico o la cruza entre veganismo y geopolítica que se expresó en el rechazo al plan de exportación de cerdos a China. Lo que interesa formular en el día mundial del ambiente es que todas y cada una de las principales actividades económicas de la economía local tienen una agenda ambiental más o menos pendiente y que esta agenda no pasa precisamente por la prohibición. Consideremos las dos actividades principales, el agro y la minería. * En el agro existen problemas de contaminación por el mal uso de agroquímicos que se combinan con un bajo “poder de policía ambiental” estatal. También existe un mal uso de los suelos derivado del monocultivo. Se trata de problemas cuya solución reside en las buenas prácticas agrícolas, la docencia, el castigo a los incumplimientos y las señales de precios. La falsa agenda, en cambio sostiene que el problema son los agroquímicos mismos, a los que llaman “agrotóxicos” (sic), y la tecnología aplicada a la producción, en especial el paquete transgénico, que paradójicamente demanda menos herbicidas por hectárea que los cultivos no transgénicos. En las últimas semanas llamó la atención, por ejemplo, la dura campaña orquestada contra uno de los pocos desarrollos biotecnológicos, un transgénico de segunda generación, el trigo resistente al estrés hídrico, el que debería ser un orgullo antes que objeto de ataque. También se acusa al modelo agropecuario de cosas tales como seguir las leyes económicas del capitalismo aumentando la productividad y la escala, así como de expandir la frontera agrícola provocando desmontes. La paradoja aquí es que a cambio se proponen modelos de producción alternativos con menor productividad por hectárea y dificultades para la producción a escala, modelo que para producir las mismas cantidades necesitaría áreas mayores, es decir mayores desmontes, salvo que junto con la transición hacia la “agroecología” se proponga también el decrecimiento poblacional y la caída de las exportaciones. Finalmente, las soluciones de fondo también las aporta la tecnología. Desde el inicio de la revolución verde la técnica logró aumentar la productividad por hectárea, disminuir la cantidad de agroquímicos por unidad de superficie y reducir la toxicidad residual de los herbicidas. Se trata de un proceso en curso y que nada permite prever que no continuará. * Con la minería sucede algo similar. El prohibicionismo sostiene que no debe permitirse la actividad minera –a la que llaman “megaminería”, como si existiese una minería moderna que no demande escala– por considerarla fuente de envenamiento de las aguas y a la que, con el nombre de “extractivismo”, se acusa de no dejar ninguna riqueza en “los territorios”. La agenda ambiental verdadera, en cambio, es la misma que en el agro, las buenas prácticas ambientales, el seguimiento de procesos y la remediación de los potenciales accidentes, con aumento del poder de policía ambiental. Luego, si se observa la evolución económica de las provincias mineras, como por ejemplo Santa Cruz y San Juan, se encontrará que en todas ellas aumentaron los productos brutos geográficos, mejoraron los indicadores sociales y las recaudaciones impositivas. Se agrega que si el régimen minero fuese tan favorable a las empresas como señalan sus críticos no se entiende como la economía local no está plagada de multinacionales en busca de lo que se regala. Por último, quienes proponen no hacer minería no dicen de dónde deberían provenir los productos mineros si se prohíbe la actividad. En tanto se supone que sin minerales no existe la vida moderna ¿proponen que el “desastre ambiental” se traslade a otras regiones del planeta? Por último resta el aspecto económico principal. Las actividades atacadas por el prohibicionismo son o pueden convertirse en importantes fuentes de dólares por exportaciones. La falta de estos dólares representa la traba principal para el crecimiento de la economía. No existe ninguna forma de aumentar la inclusión social sin crecimiento económico y no se puede crecer si no se aumenta la disponibilidad de divisas para la importación de insumos y bienes de capital. Mientras el falso ambientalismo ataca las actividades que pueden generar estas divisas, el ambientalismo verdadero asume que al ser humano es su sujeto principal, que no hay nada más antiecológico que la pobreza y que no existe mejor instrumento para el cuidado del ambiente que el desarrollo igualitario.»

Claudio Scaletta

Habla Nora Bär ¿Para qué sirve el periodismo científico?

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Nora Bär, que estuvo al frente de la sección de ciencia de La Nación por más de 30 años, ya no lo está, desde este 30 de junio. Ahora publicará en el portal El Destape. Igual es el fin de una etapa, y nos pareció apropiado marcarla con esta conferencia suya de noviembre de 2018 ¿Para qué sirve el periodismo científico?

En la Antártida certifican un nuevo récord de altas temperaturas

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) reconoció un nuevo récord de temperatura máxima para el continente antártico de 18,3 °C (grados Celsius) que se registró el 6 de febrero de 2020 en la estación meteorológica ubicada en la Base Esperanza (Argentina).

En el mismo comunicado, la OMM invalidó un récord de temperatura, aún más elevado, de 20,75 °C, que se registró el 9 de febrero de 2020 en una estación automática de monitoreo del permafrost (Brasil) en la isla Seymour. Anteriormente, el récord de temperatura en la región antártica (la parte continental, incluidos el continente y las islas circundantes) era de 17,5 °C, ocurrido el 24 de marzo de 2015, también en la estación de investigación Esperanza. Pero si se consideran latitudes más al norte, para el conjunto de la región antártica —es decir, todo el hielo y tierra situados al sur del paralelo 60° S— el récord vigente es de 19,8 °C, valor registrado en la isla de Signy en enero de 1982. El Comité Internacional de Evaluación de la OMM estuvo formado por climatólogos y expertos en ciencias polares de Argentina, Brasil, España, Estados Unidos , Nueva Zelandia y el Reino Unido. “Este nuevo récord demuestra, una vez más, que la lucha contra el cambio climático exige medidas urgentes. Es esencial seguir reforzando los sistemas de observación, predicción y alerta temprana para responder a los fenómenos extremos que se producen con más y más frecuencia como consecuencia del calentamiento global”, afirmó la Dra. Celeste Saulo, directora del Servicio Meteorológico Nacional de Argentina y Vicepresidenta Primera de la OMM. “Es importante verificar ese récord de temperatura máxima porque ayuda a formarnos una idea del tiempo y el clima en una de las fronteras más lejanas de la Tierra. La Antártida, en mayor medida que el Ártico, carece de observaciones y de suficientes pronósticos meteorológicos y climáticos continuos, si bien ambas regiones condicionan en gran medida los patrones climáticos y oceánicos y la subida del nivel del mar”, dijo el Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Petteri Taalas. «La península antártica es una de las zonas del planeta en la que se registra un ritmo más rápido de calentamiento: casi 3 °C en los últimos 50 años. Por lo tanto, este nuevo récord de temperatura es coherente con el cambio climático que estamos observando. La OMM trabaja en colaboración con el Sistema del Tratado Antártico para ayudar a conservar este continente impoluto», comentó el profesor Taalas. La Antártida, que se extiende sobre 14 millones de km2 (aproximadamente el doble del tamaño de Australia), es un sitio frío, ventoso y seco. La temperatura media anual oscila entre −10 °C en la costa antártica y −60 °C en las partes más altas del interior del continente. Su inmenso manto de hielo tiene un espesor de hasta 4,8 km y contiene el 90 % del agua dulce del mundo; si se derritiera completamente, produciría un aumento del nivel del mar de unos 60 metros.

Silvia González Ayala: «Ante la variante Delta del covid, hay que dar dos dosis»

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La Dra. Silvia González Ayala, especializada en enfermedades infecciosas, y titular de la cátedra de Infectología de la Universidad Nacional de La Plata, afirmó que las autoridades sanitarias deben avanzar más rápido con la campaña de vacunación y completar las dos dosis, ante el eventual peligro de circulación comunitaria de la variante Delta del virus causante del Covid-19.

González Ayala explicó que esta variante, detectada por primera vez en la India, puede escapar a la «inmunidad» que proveen las vacunas, sobre todo, si la persona no recibió las dos dosis de cualquiera de las vacunas contra el Covid que se aplican en el país. «Hay una diferencia de más de 2 millones de vacunas entre las distribuidas y las aplicadas. Tienen que ser aplicadas porque es importantísimo que la tengan las personas que estén desarrollando inmunidad. La vacunación y el cumplimiento estricto de las medidas de protección personales son las dos cosas que pueden evitar la propagación del virus». «Estamos con valores muy altos (contagios y fallecidos) y ante el riesgo de ingreso de la variante Delta. Estamos enfrentando una tercera ola. Toda esta actividad que tuvimos desde enero y febrero fue producida por la variante de Manaos, la del Reino Unido y la Andina. La Delta es más contagiosa que las anteriores. También tiene escape a las vacunas. Por eso hay que vacunar a la mayor cantidad de gente posible y venimos con un ritmo lento de vacunación». «Las vacunas tienen menor nivel de protección ante esta variante según los estudios conocidos hasta ahora. Por eso es importante dar los esquemas completos?, alertó y sugerió que puede ser necesario dar una tercera dosis». González Ayala también reveló que los nuevos síntomas provocados por esta variante Delta: «Antes era la pérdida del gusto y el olfato, a lo que se suma una disminución de la agudeza auditiva», señaló. «Además, genera compromiso más intenso a nivel pulmonar». Agregamos en AgendAR que la posible conveniencia de una tercera dosis ya había sido planteada en este informe de la Universidad de Oxford -por otra parte muy positivo- sobre la vacuna AstraZeneca. También es necesario tener en cuenta que la variante Delta, mucho más contagiosa que las cepas previas, representa casi la totalidad de los nuevos casos en Rusia y en Gran Bretaña. Y en estos días se han detectado casos en Chile.
Silvia González Ayala

Una “cúpula de calor” provoca centenares de muertes en Canadá y Estados Unidos

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Una ola de calor «histórica» asfixia Canadá y Estados Unidos. En ambos países se experimentan temperaturas arriba de los 45 grados, debido al fenómeno denominado “cúpula de calor”. La Columbia Británica, en el oeste de Canadá, registra 233 muertes en 4 días atribuidas a esta causa; en EE.UU. el número de víctimas es inferior.

Escuelas y clínicas de vacunación COVID-19 cerradas y un evento de atletismo clasificatorio para los Juegos Olímpicos pospuesto: el oeste de Canadá y sectores de Estados Unidos experimentaban desde hace 4 días récords «históricos» de temperatura, provocados por una ola de calor de inusual intensidad. En Portland (Oregón) y Seattle (Estado de Washington), dos grandes ciudades del noroeste de Estados Unidos conocidas por su clima normalmente frío y húmedo, la temperatura alcanzó su máximo nivel desde que se tienen registros (1940). Llegó a 46,1 grados en el aeropuerto de Portland el lunes a mediodía (tras un récord de 44,4 grados la víspera) y a 41,6 grados en Seattle, según el servicio meteorológico estadounidense (NWS). Pero el oeste de Canadá fue el epicentro, y la localidad de Lytton, en Columbia Británica, batió el máximo histórico del país, con una temperatura de 47,5 grados el lunes. En esa región, los ventiladores y aires acondicionados están agotados y las ciudades han abierto centros de refrescamiento. Varias clínicas de vacunación contra COVID-19 fueron cerradas y las escuelas anunciaron la suspensión de actividades debido al extremo calor. «Una ola de calor prolongada, peligrosa e histórica persistirá por toda esta semana», advirtió Environment Canada, al emitir alertas para Columbia Británica, Alberta y partes de Saskatchewan, Manitoba, Yukon y los Territorios del Noroeste. «Es un calor desértico, muy seco y caliente», dijo David Phillips, climatólogo principal de Environment Canada. «Somos el segundo país más frío del mundo y el más nevado», dijo. «A menudo vemos olas de frío y ventiscas, pero pocas veces hablamos de un clima caluroso como este. Dubái sería más fresco que lo que estamos viendo ahora». Al otro lado de la frontera, los estadounidenses también están sufriendo temperaturas sofocantes en los estados del noroeste. «Este nivel de calor es extremadamente peligroso», advirtió el NWS. En el noroeste de EE.UU., en Seattle, Amazon anunció que iba a abrir al público parte de su sede como punto para refrescarse con una capacidad de 1.000 plazas. Muchos hogares carecen de aire acondicionado en esta ciudad típicamente templada. La temperatura media para un mes de junio en Seattle es de 19 grados centígrados. También en Portland, muchos residentes se están refugiando con colchones y sillas plegables en lugares con aire acondicionado improvisados por las autoridades locales. No muy lejos de allí, en la ciudad de Eugene, la última de las pruebas de atletismo de las selecciones estadounidenses para los Juegos Olímpicos tuvo que ser aplazada el domingo a causa de la ola de calor. El calor extremo, combinado con una intensa sequía en el Oeste americano, ha favorecido la aparición de varios incendios durante el fin de semana. Uno de ellos, en el límite de Oregón y California, quemó unas 600 hectáreas hasta el lunes por la mañana, obligando a las autoridades a evacuar a algunos residentes y a cerrar una carretera estatal.
Estas altas temperaturas se deben a un fenómeno conocido como «cúpula de calor»: las altas presiones atrapan el aire caliente en la región.
La intensidad de esta «cúpula de calor» es «tan rara estadísticamente que sólo podría esperarse una vez cada varios miles de años de media», escribieron los expertos en meteorología del Washington Post. «Pero el cambio climático inducido por el hombre ha hecho que este tipo de eventos excepcionales sean más probables». Por otro lado, la ciudad de Nueva York, aunque muy al este de la «cúpula» también está sufriendo altas temperaturas. Y con problemas en la provisión de electricidad, porque hace poco cerraron una central nuclear que contribuía a su abastecimiento.

Comentario de AgendAR:

Como se indica en la nota, este fenómeno es parte del «calentamiento global», sino circunstancias específica. Pero, como también se señala, el cambio climático en curso los hace más frecuentes. Y es muy probable que den más impulso todavía a la preocupación por el cambio climático que han asumido, por lo menos de palabra, casi todos los gobiernos. El estado argentino, entonces, deberá tomar muy en serio, y planificar, cómo vamos a encarar las los cambios que la naturaleza y las reglamentaciones globales exigirán en nuestras exportaciones, nuestras fuentes de energía, en el transporte… No es una política «verde» para conseguir votos en las clases medias urbanas -aunque eso también será un factor. Es la geopolítica que viene.

La curva del dólar «blue» en junio

El precio del dólar «blue» bajó $ 2 ayer miércoles 30, quedando entonces en $ 168 en el cierre del mes. Así, junio registró la mayor suba mensual desde octubre en el mercado negro de divisas. En algún momento del mes llegó a $ 175. (Estos precios son arbitrarios: reflejan un promedio de las transacciones de variadas «cuevas» en C.A.B.A. Pero… son tomados como válidos por esa gran mayoría de argentinos que se preocupa por el precio del dólar). El dólar «blue» o informal o, con más precisión jurídica, ilegal (aunque nadie es perseguido por su compra o venta) se despertó en junio, después de una tranquilidad cambiaria que Guzmán y el Central habían conseguido por aproximadamente 7 meses. Hay que tener presente que los fondos que se mueven por fuera del circuito formal son una parte muy pequeña de los que corresponden a importaciones y exportaciones, que se liquidan al valor del dólar oficial (Aún si al «chiquitaje» se le suman los montos del contrabando y otras ilegalidades). Pero el valor del dólar «blue» es el que los argentinos consideran «real». El «blue» estimula esas diversas ilegalidades (¿quién acepta de buen grado recibir el valor oficial del dólar?), y cuando aumenta, es el disparador de la inquietud general. Como dijimos en muchas oportunidades en AgendAR, el problema del bimonetarismo argentino es que su moneda nacional ya no es aceptable como reserva de valor. Para que empresas y especuladores acepten «quedarse» en pesos, el Central debe ofrecer intereses ridículos, es decir, superiores a los que se pueden ganar en actividades normales. Argentina necesita un instrumento de ahorro confiable, y es mejor que no sea una divisa extranjera. Eso no se logra quitándole ceros al peso y poníéndole un nuevo nombre – ya lo hicimos muchas veces. En otros momentos planteamos en AgendAR algunas ideas para conseguirlo. Pero en lo inmediato, el Banco Central ha acumulado suficientes reservas para para evitar «disparadas» del dólar informal. El desafío de esta segunda mitad del año, para Guzmán, para el gobierno, es moderar la inflación, sin ahogar la desordenada pero real reactivación en curso de la economía.

A. B. F.

En la UNLP desarrollaron un recubrimiento «anti hongos» para ser usado en la construcción

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Investigadores de Universidad Nacional de La Plata desarrollaron un recubrimiento que brinda a las pinturas de exteriores una fuerte capacidad antifúngica. El material evitaría el deterioro de construcciones edilicias, fachadas exteriores e interiores y otras superficies.

El desarrollo “también tiene el beneficio de controlar el deterioro fúngico de materiales e indirectamente cuidar la salud de las personas inmunocomprometidas, ya que son las más susceptibles a infecciones por hongos”, indicó el biólogo Erasmo Gámez Espinosa, becario doctoral del CONICET en el Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología de Pinturas (CIDEPINT), con sede en La Plata, y que depende también de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), del Centro de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (CICBA) y del CONICET. Los científicos desarrollaron un recubrimiento sol-gel dotado de nanopartículas que, en ensayos de laboratorio, probó inhibir al 100% el crecimiento de los hongos Aspergillus niger y Lasiodiplodia theobromae y, en menor medida, al Penicillium commune, todos aislados, en un estudio previo, a partir de una de las fachadas con notorio biodeterioro de la Catedral de La Plata. El desarrollo fue descrito en la revista “Advances in Natural Sciences: Nanoscience and Nanotechnology” e implicó un procedimiento conocido como “nanotecnología verde”: las nanopartículas de plata se obtienen a partir de taninos de una planta sudamericana conocida como tara (Caesalpinia spinosa), que se distribuye en Perú, Argentina, Ecuador​, Colombia y Chile.
La ventaja de la síntesis verde de nanopartículas es que se emplea un método amigable con el medio ambiente, seguro y de bajo costo.
“Los resultados muestran lo promisorio del desarrollo realizado y su gran potencial para una eventual transferencia. En el presente se siguen estudiando otras posibles aplicaciones para las nanopartículas obtenidas” aseguró Gámez Espinosa, quien es primer autor del estudio. El trabajo fue liderado por la doctora Natalia Bellotti, del CIDEPINT y docente de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la UNLP. También participaron: la doctora Cecilia Deyá, del CIDEPINT y de la Facultad de Ingeniería de la UNLP, y la doctora Marta Cabello, de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la UNLP y del Instituto de Botánica Carlos Spegazzini, que depende del CICPBA y de la UNLP.

La minería de uranio vuelve a ser viable económicamente

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Deza agrega que la inversión también puede hacerla un privado. Se piensa primero en el Estado porque el comprador/importador de uranio en Argentina es Nucleoeléctrica, empresa estatal que opera las centrales. La clave es que lo producido sea para abastecer las centrales, sustituyendo las importaciones de uranio.

La «segunda ola» todavía está alta en Argentina

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Este gráfico indica el promedio semanal de los contagios diarios registrados en nuestro país, desde septiembre ’20 a junio ´21. Lo preparó Soledad Retamar @sole_reta, ingeniera en sistemas de información e investigadora de la Regional Concepción del Uruguay de la Universidad Tecnológica Nacional, que analiza los datos públicos de la pandemia. Somos muchos quienes los encontramos una herramienta invalorable para tener claro qué está pasando. Que no es lo mismo que entenderlo… Para eso falta todavía mucha investigación.

Guerrera: «Vamos a un sistema mixto público-privado en los trenes de carga»

El Ministerio de Transporte rechazó la prórroga de las concesiones ferroviarias de carga en las líneas Sarmiento, Mitre y Roca, luego de 30 años que dieron un balance negativo. Hasta ahora el servicio está en manos de las empresas Ferroexpreso Pampeano, Nuevo Central Argentino y Ferrosur Roca. A partir de 2022 estarán a cargo de Trenes Argentinos Cargas (TAC), que hará un plan de transición.

La Comisión Especial de Renegociación de Contratos elevó al ministro Alexis Guerrera un informe que dictamina: “Las concesiones ferroviarias de cargas arrojan, al cabo de casi 30 años, un balance negativo en términos de estado de la infraestructura, velocidad y ramales perdidos». La comisión recomendó el rechazo de las solicitudes de prórrogas hechas por las tres concesionarias. E indicó que la experiencia de Trenes Argentinos Cargas refleja que el desarrollo del sistema ferroviario nacional “depende de una concepción y una administración integral de la red”. La resolución no cierra la participación a los privados, pero la comisión recomendó una misión específica para ellos en la red de carga: “El papel de los actores privados debe circunscribirse a la operación de las cargas que consigan, cuestión en la que su colaboración con el sistema resulta útil y saludable, en atención a su experticia en la gestión comercial”. Los vencimientos de actuales concesiones son: el 31 de octubre próximo para Ferroexpreso Pampeano; el 21 de diciembre 2022 en el caso de Nuevo Central Argentino; y para Ferrosur Roca el 10 de marzo 2023. La resolución aclara que los plazos necesarios establecidos por las dos compañías estatales para implementar un esquema de transición no son menores a 10 meses, y la concesión de Ferroexpreso Pampeano vence antes. Por eso, se instruye a esa empresa para que continúe con la explotación hasta el 30/6/22, en las mismas condiciones en las que lo venía prestando, en tanto se elabora el plan de transición.

Declaraciones del ministro de Transporte:

Alexis Guerrera, sostuvo ayer martes que la Argentina avanza hacia «un sistema moderno, abierto y mixto entre lo público y el privado en los trenes de carga”. Afirmó que lo que se está haciendo en la actualidad, es “recuperar el patrimonio del Estado” después de años de desinversión. Guerrera dijo que las medidas tomadas con los trenes de carga “no son una estatización ni una reestatización, porque en realidad es algo que nunca se privatizó, estuvo concesionado, y lo que está haciendo el Estado es recuperar la facultad del manejo de su patrimonio histórico y poder mejorarlo y operarlo”. “En los años 90 hubo una concesión por 30 años, con una opción a 10 años más. Y lo que hicimos ahora fue rechazar la prórroga de estas tres concesionarias sobre las líneas Roca, Sarmiento y Mitre, que corresponden a NCA, Ferroexpreso y Ferrosur respectivamente». «Se tomó esa decisión porque en el Plan de Modernización del Transporte Público del Ministerio, y del transporte en general, tenemos una experiencia como referencia en cuanto a trenes de cargas, que es el Belgrano Cargas, con un muy buen nivel de eficiencia”. “Y tenemos ese nivel de eficiencia porque el Estado, al haber recuperado su patrimonio, en el material rodante y en la infraestructura, hizo fuertes inversiones y eso permitió que del año 2019 a la fecha, se aumentara un 79% la carga transportada”. Remarcó que la medida tomada “permitirá una visión global de todo el sistema y no fragmentada en las líneas -que opera o no el Estado- en lo que tiene que ver con accesos a puertos, nodos logísticos y la interacción entre los distintos nodos, en los que el ferrocarril tiene una pata muy potente, porque es el que mayor capacidad de carga en toneladas posee”.
“Para que esto sea eficiente, se necesitan hacer fuertes inversiones, fundamentalmente en esas líneas”
Guerrera insistió en que “las inversiones en los últimos 30 años no fueron las esperadas, ni siquiera las planteadas en los pliegos de licitación, y así fuimos cayendo de un sistema de transporte que andaba a un promedio de 70 u 80 kilómetros por hora, a uno de un promedio hoy, con suerte, de 20 0 24 kilómetros por hora, y lo ideal del sistema es de 22 toneladas por eje, que es a lo que apuntamos con el Belgrano Cargas; estas tres concesiones están lejos de poder transportar ese tonelaje”. “Esto redunda en perjuicio en tiempo y costos logísticos y para hacer más eficiente todo el sistema de transporte ferroviario es necesario recuperar la infraestructura y también el material rodante y luego hacer un sistema compartido, donde los que hoy son concesionarios no tengan la exclusividad de su línea, sino que sean parte de un sistema integrado que administra el Estado”. “Para que esto sea eficiente, se necesitan hacer fuertes inversiones, fundamentalmente en esas líneas, que son las que menos inversiones tienen”, remarcó. Respecto a quienes pueden participar de la licitación, dijo que comprende a «los actuales concesionarios y se pueden sumar nuevos operadores».
Alexis Guerrera destacó la experiencia positiva del Belgrano Cargas.
Alexis Guerrera destacó la experiencia positiva del Belgrano Cargas.
«El Estado cuenta con la infraestructura y con el material rodante que, oportunamente, se les concesionó a los operadores actuales. Entonces los futuros concesionarios podrán utilizar el material rodante que le provea el Estado, pagando un alquiler por los mismos y, además, un peaje por el uso de la infraestructura, o podrán utilizar material rodante propio, en cuyo caso sólo deberán abonar el uso de la infraestructura”.

Los planes

En lo que respecta a los planes que se van a desarrollar en cada una de las líneas, apuntó Guerrera que “tenemos todavía por delante 10 meses para que se venza la concesión del Sarmiento, que es la primera, luego hasta final del año que viene para desarrollar el plan de inversión del Roca, que es la siguiente y hasta fines del 2023 para Ferrosur”. “Hay muchos países interesados, de la Comunidad Europea, China, Rusia, Estados Unidos. Son muchos los interesados en aportar financiamiento para la infraestructura ferroviaria”. “Estamos poniendo en condiciones la red de carga, estamos preparando y generando la infraestructura necesaria para volver a circular los trenes de pasajeros a velocidades aceptables para este momento”. “Un tren de pasajeros que circula a 20 kilómetros por hora no le sirve a nadie. Hablar de inversiones en los trenes de carga, implica también, un avance para la preparación para fortalecer los trenes de pasajeros”. “Cuando hablamos de modernización del transporte, hablamos también de multimodalidad, de cómo articulamos el transporte de carga terrestre hacia Nodos Logísticos vinculados con el ferrocarril, con traslado de camiones en tramos cortos, absorbiendo cientos de camiones para volcarlos en una sola formación ferroviaria”.

AstraZeneca: demorar la 2° dosis, y aplicar una 3° luego de 6 meses, fortalecerían la respuesta inmune

Una nueva investigación realizada en la Universidad de Oxford sobre los efectos de la vacuna ChAdOx1 nCoV-19, que produce el laboratorio AstraZeneca, sugiere que dejar pasar un intervalo largo -hasta 45 semanas como máximo- entre la primera y la segunda dosis no compromete la respuesta inmune. Para acceder al original (en inglés) cliquear aquí.

El estudio -que aún figura como preprint y no fue todavía revisado por otros expertos- también sugiere que aplicar una tercera dosis de la vacuna -más de 6 meses después de la segunda- continúa reforzando la generación de anticuerpos contra el SARS-CoV-2. El grupo de expertos examinó los efectos de una demora de hasta 45 semanas entre la primera y la segunda dosis en los participantes del estudio. Los resultados mostraron que los niveles de anticuerpos aumentaron después de la 2° dosis. Además, una demora más prolongada entre la primera y la segunda dosis da como resultado un mayor título de anticuerpos y una respuesta inmunitaria mejorada después de la segunda dosis. El doctor Andrew Pollard, profesor de Infección e Inmunidad Pediátricas e Investigador Principal del ensayo de la vacuna de la Universidad de Oxford, explicó: “Esto debería ser una noticia tranquilizadora para los países con menor suministro de la vacuna, que pueden estar preocupados por los retrasos en el suministro de la segunda dosis a sus poblaciones. Hay una excelente respuesta a una segunda dosis, incluso después de un retraso de 10 meses desde la primera“. Por otra parte, algunos países están considerando administrar una tercera dosis de “refuerzo” en el futuro. Al estudiar el impacto de una tercera dosis de vacuna, los investigadores encontraron que los títulos de anticuerpos aumentaron significativamente con una tercera dosis. También se potenciaron la respuesta de las células T y la respuesta inmune frente a las llamadas nuevas variantes. “No se sabe si se necesitarán inyecciones de refuerzo debido a la disminución de la inmunidad o para aumentar la inmunidad contra variantes de preocupación”, dice la profesora asociada Teresa Lambe, O.B.E., autora principal de estos estudios. “Aquí mostramos que una tercera dosis de ChAdOx1 nCoV-19 se tolera bien y aumenta significativamente la respuesta de anticuerpos. Esta es una noticia muy alentadora, si llegamos a determinar que se necesita una tercera dosis “. También se encontró que los efectos secundarios de la vacuna son bien tolerados, con menores incidentes de efectos secundarios después de la segunda y tercera dosis que después de la primera dosis.

Ser argentino es un «deporte de contacto». Eso explica, en parte, los contagios

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Argentina encabeza el ranking de países en los que hombres y mujeres asumen espontáneamente menor distancia física al saludar o conversar con una persona, incluso si es un extraño.

Mientras que en Arabia Saudita los miembros de una pareja no se acercan a menos de un metro, en Italia esa misma distancia se acepta con un completo extraño. Para hablar con un desconocido en Rumania lo más aconsejable es mantenerse a 140 centímetros. Pero en Argentina bastan 75. De hecho, Argentina es el país donde se pone menor distancia física al saludar o conversar con una persona conocida o extraña, según las conclusiones de un estudio internacional publicado en la revista Journal of Cross-Cultural Psychology. En el trabajo, dirigido por Agnieszka Sorokowska, de la Universidad de Wroclaw (Polonia), se entrevistó a casi 9 mil personas de 42 países para detectar a qué distancia toleran que esté una persona durante una conversación. La Argentina, con 77 cm, encabeza el ranking de naciones que aceptan mayor cercanía física con extraños. Como para alentar la fama internacional de “besuqueiros” y “toquetones”… La siguen Perú (80 cm), Bulgaria (81), Ucrania (86) y Eslovaquia (89). Del otro lado están los que más distancia ponen: Rumania (140 cm), Hungría (131), Arabia Saudita (127) y Turquía (122). Los argentinos también rankeamos alto en lo que respecta a poner menos distancia física con personas cercanas, aunque los noruegos y los ucranianos nos superan. Según las conclusiones del estudio Preferred Interpersonal Distances: A Global Comparison, la tolerancia a la distancia a la que se encuentra otra persona no sólo varía si se trata de un extraño, un conocido o una persona cercana. También está determinada parcialmente por el género, la edad y el clima, además de por las preferencias personales. “La distancia que nos gusta mantener en situación de interacción personal no es universal. Este estudio mostró que hay diferencias importantes entre países. Por ejemplo, en interacción con extraños importa si el país es de clima frío o cálido. Los países fríos prefieren mantener mayor distancia entre extraños que los países cálidos”, explica Guillermo Macbeth, investigador del Conicet y quien coordinó la investigación en Argentina. La muestra en nuestro país abarcó a 201 voluntarios de entre 18 y 80 años, de las ciudades de Paraná y Buenos Aires. Además del clima, entran en juego las variables del género y la edad. El estudio mostró que las mujeres prefieren mayor distancia interpersonal que los hombres y que las personas mayores guardan más distancia que los jóvenes cuando están interactuando con conocidos y con íntimos. “Las personas más jóvenes suelen establecer contacto físico más cercano con otros, lo que podría explicarse por cambios en las normas sociales entre generaciones”. ¿Por qué Argentina lidera el ranking como el país que acepta mayor cercanía física? “No lo sabemos todavía”, señaló Eugenia Razumiejczyk, investigadora del Conicet e integrante del equipo de trabajo. “Lo que sí sabemos hasta el momento es que tiene que ver en parte con el clima subtropical. Lo sorprendente del caso es que los argentinos tenemos preferencia por la cercanía física tanto entre conocidos como entre extraños, en comparación con otros países”.
«El beso en la mejilla y el abrazo, tan propios de los argentinos al saludar, no son comunes en otros países»
“Hay mucho beso en Buenos Aires, y a veces no sé si entiendo bien. Uno besa a casi todo el mundo, la mejilla derecha de uno pegada a la mejilla derecha de otro, cuando saluda y cuando se despide. (…) Ahora que lo pienso, a los argentinos les gusta acercarse más de lo que yo estoy acostumbrado. Por ejemplo, en las colas del supermercado he tenido que hacer a un lado a ancianas cuya cercanía no me deja ni firmar el recibo de la tarjeta de crédito”, escribía en 2007 el periodista Daniel Schweimler, por ese entonces corresponsal de la BBC en Buenos Aires. Es que el beso en la mejilla y el abrazo, tan propios de los argentinos al saludar, no son comunes en otros países. Pero las personas aprenden rápidamente las reglas tácitas de la distancia social. “En parte, las costumbres argentinas son problemáticas en interacción con otras culturas. Sin embargo, esto ocurre con cualquier cultura. Por suerte, sabemos por otros estudios que las situaciones interculturales activan de manera espontánea procesos adaptativos. Antes de permitirnos actuar según nuestras propias costumbres, pareciera que primero observamos atentamente cómo se comportan otros para formarnos una idea de lo conveniente”, concluyó Macbeth. Proxémica y culturas La proxémica es el campo de la semiótica dedicado al estudio de la organización del espacio en la comunicación lingüística. Más concretamente, analiza las relaciones entre las personas y los objetos durante la interacción, las posturas adoptadas y la existencia o ausencia de contacto. “La proxémica, entendida como un campo de investigación interdisciplinaria que estudia la dinámica del espacio en la comunicación, es importante para promover la comprensión del ser humano en general, y la interacción entre culturas en particular”, explica Macbeth. “Sus posibles aplicaciones tienen un gran potencial para aumentar el bienestar humano a gran escala”. Uno de los mayores exponentes de la proxémica fue el antropólogo Edward Hall. Ya en los 60 escribía que culturas como las del sur de Europa y América Latina tienden más a las distancias interpersonales cortas y a un mayor contacto físico, al revés de lo que sucede en América del Norte, el norte de Europa y Asia.

En algunos países europeos comienzan a vacunar a menores de 18 años

En Francia unos 3,5 millones de menores de edad van a recibir el fármaco de Pfizer/BioNtech, que es el que está autorizado por la Unión Europea para ese grupo etario. Varios países europeos intensificaron sus campañas de inmunización contra el coronavirus en  jóvenes. Francia empezó a registrar para recibir el fármaco a los menores entre 12 y 18 años, algo que ya realiza Alemania, Estados Unidos y Canadá, entre otros, mientras que Grecia y el Reino Unido, hasta ahora, sólo habilitan a registrarse a los mayores de 18. Sin embargo, aquellos que hayan desarrollado en algún momento el síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico tras tras haberse contagiado de covid, no serán en vacunados con Pfizer. El ministro de Salud francés, Olivier Veran, justificó la decisión con la rápida propagación de la variante Delta, detectada por primera vez en India, que ahora aparece entre el 2% y el 4% de los test realizados en Francia. El mes pasado el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, al destacar que los menores son muy poco propensos a caer enfermos a causa de la Covid-19, y a contagiarlo, pidió «Entiendo que algunos países quieren vacunar a sus niños y adolescentes, pero los insto a reconsiderarlo».

El derrumbe en Miami ¿puede ocurrir algo parecido en la costa argentina?

Hace años que AgendAR habla del retroceso de las playas de la Costa Atlántica Bonaerense, como por ejemplo aquí. Pero ahí concurren causas muy variadas, desde la acción del mar -incentivada por el muy lento pero irreversible aumento de su nivel- hasta el simple y delictivo robo de arena. El hormigón de las ciudades balnearias de la costa bonaerense es extraído ilegalmente de las playas a vista y paciencia de las autoridades. Miremos qué pasó en Miami, porque la situación es distinta. En el derrumbe del ala oriental del edificio costero Champlain Towers, el único medio que ha metido el dedo en la llaga del asunto es, para variar, la glacial e irritante revista británica The Economist. Los medios estadounidenses corren desganadamente detrás, pero sin demasiadas ganas de ponerse a la par del semanario inglés… y por excelentes causas. Por el lado más obvio, los estudios de las estructuras derrumbadas del Champlain muestran que la velocidad de «spalling» (resquebrajamiento desde el interior hacia afuera) del hormigón de las estructuras hoy es mayor: hay más y peores huracanes, y la agresión del salitre marino es más activa. Las varillas de acero interno del hormigón se corroen, expanden y pierden resistencia tensional, y además al expandirse rompen la matriz del cemento, crean redes de microfisuras. Si esto le pasó a un edificio al parecer bien construido y de sólo 40 años, le puede pasar a otros. Aún así, la hipótesis más oscura es subterránea en todo sentido: el Science Times, mayor suplemento científico del mundo, la insinúa al paso sin mentarla de frente. Y es ésta: el suelo de la mayor parte de la península de Florida es calcáreo, está hecho por la compactación geológica de viejas barreras coralinas. Dade County, esa meca inmobiliaria de la propiedad horizontal, como se llama curiosamente a la propiedad vertical, está construida sobre ese tipo de suelo. Y parece excelente, por su tenacidad física… pero la química también existe. Las penínsulas de suelos calcáreos, como la de Yucatán, se llenan espontáneamente de cavernas y ríos subterráneos excavados por la erosión ácida de la lluvia. En el caso de la selva yucateca, ésta trae ácido húmico, de la descomposición vegetal, y la infiltración pluvial de este ácido disuelve la roca calcárea fácilmente. Por eso en la costa yucateca uno bucea en cavernas de agua purísima, y la superficie está cribada de «cenotes», lugares donde el techo de una caverna se derrumbó y la oquedad quedó al aire. Yendo de nuevo hacia el Norte, no hay otra selvas costeras en la pensínsula de Florida que las de hormigón. Y el fenómeno geoquímico a examinar, en este caso, es el «nuisance flooding». Se trata de la mojadura permanente, y más molesta que catastrófica -o eso pensábamos- de calles y de sótanos por las mareas y bajo el rayo de sol. Suceden porque el mar está más alto que cuando el Champlain se construyó, debido al cambio climático. Pero el factor a añadir es que no sólo la altura del mar es otra, sino también su química. Viene atrapando un tercio del dióxido de carbono emitido a la atmósfera por la quema de combustibles fósiles desde fines del siglo XVIII. El dióxido de carbono en dilución forma ácido carbónico, como el de la soda de sifón. Esto a llevado el agua de mar superficial promedio a un pH 0,6 puntos más ácido que el de hace un siglo, que era ligeramente básico. Ojo con la escala pH, que es logarítmica: una décima de punto de diferencia es un punto entero en cantidad de ácido disuelto. Y como muestra Yucatán, los ácidos y el suelo calcáreo generan cavernas, ríos subterráneos y cenotes. En la peor hipótesis posible, al Champlain se le puede haber ido excavando una caverna a 20 o 30 metros de profundidad. Es decir, un cenote como los centenares que hay en Yucatán, en medio de la selva. Tal vez el techo del cenote se fue acercando a alguno de los enormes pilotes del ala Sureste del Champlain, sobre los que se apoyan las columnas del estacionamiento subterráneo (que son las del resto de la parte aérea de esa ala del edificio). Y tal vez algunas columnas fueron cediendo milímetros por subsidencia, hasta que alguna se hundió de pronto. Y el resto es efecto cascada. Un informe técnico de 2018 del Champlain mostraba abundante «spalling» en las columnas del garage subterráneo, especialmente en sus uniones con las losas. El consorcio estaba evaluando hacer reparaciones por U$ 18 millones. Pero este informe no indicaba la urgencia del procedimiento. El consorcio suponía -casi por omisión- que el daño al hormigón era más bien químico-atmosférico: demasiadas tormentas, demasiado salitre marino. Si cuando se termine, lentamente, de despejar la pila de cascajo letal en que se transformó el Champlain en menos de 10 segundos, llega a aparecer un cenote que estaba creciendo hacia arriba bajo los pilotes, entonces toda la población costera del Dade County perderá el sueño… y casi todo el valor de su inversión inmobiliaria. No hay presupuesto de consorcio, municipal o estatal que arreglen un suelo fácil de disolver, y bajo ataque químico recrudecido. Y coronado de consorcios considerables, que ante la amenaza de inflación del dólar, se siguen vendiendo a lo loco. Y eso pese a los centímetros de agua que cubren el asfalto durante las mareas. El «sun flooding» o «nuisance flooding» puede representarle a Florida pérdidas mucho peores que las inundaciones por huracán. Éstas son cada vez peores, pero tienen una temporada y después paran. Las otras inundaciones con sol y sin viento, tan tranquilas, obedecen a lentas fuerzas cósmicas (la gravedad lunar y solar) y a 300 años acumulados de acidificación de los océanos. ¿Quién las controla? ¿Comprar «real estate» en Florida? Tal vez el Bitcoin no era tan malo, en comparación, estimados/as. Volviendo a nuestra costa bonaerense, hasta hace poco el robo de arena fue problema principal de la regresión de playas. Es una causa local, burda, obvia y tratable (si existe la voluntad política de la Provincia y los municipios). No deja de ser mundial en este aspecto: falta arena de construcción en todo el mundo. ¿Sorprendido/a? Sucede al punto de que hay robos internacionales de arena, y una maffia internacional que la dirige, y un cliente principal: Arabia Saudita, con una población en «boom», enormes proyectos de construcción, y un país cuyo interior es montañas y montañas de pura arena inútil: la de los desiertos está hecha de granos pulidos y redondeados, a diferencia la arena playera, erizada de puntas bajo el microscopio. Ésas hacen que los granos se traben entre sí y le dan dureza al cemento. La arena de desierto es sólo útil para filmar películas con Peter O’Toole u Omar Shariff (se nota que soy viejo). Pero ojo, lectores/as: la arena que hoy falta en nuestras playas porteñas no está en Riad, sino en la edificación costera contigua a la playa. Aquí el robo es inocente y alegremente municipal, cosa de constructoras locales. Sin embargo, cuando se combina esto con una suba cada vez más rápida del nivel marino promedio en todo el planeta, aparece una forzante incontrolable y rápida. Desde principios del siglo pasado la velocidad de ascenso promedio de los océanos pasó de 0,6 mm/año a 2,4 mm/año en los años ’50, y desde ahí se disparó a los actuales 3,4 mm/año. Hay playas enteras desaparecidas –Mar del Plata y Miramar son ejemplos de tapa de libro- que se han tenido que reconstruir con espigones y despojando de arena otros sitos (no preguntes). El resultado es pobre: las bermas de arena de 100 o 150 metros de ancho en las que se fotografiaban nuestros padres en blanco y negro, hoy son ringlas de «pocket beaches», playitas triangulares de gran pendiente amontonadas por la corriente de deriva costera sobre el flanco sur de los espigones. Esas neo-playas artificiales están interrumpidas cada 100 o 200 metros por los enormes y sin embargo frágiles espigones (el mar puede más que el hormigón, siempre). Como playas, no son muy caminables, si uno ya repechó los ’50. Pero para los sub ’40 y atléticos, pueden ser excelentes pistas de «parkour». Sin embargo, pese a que la calidad de construcción masiva local es discutible, los edificios de Marpla y de Miramar no se caen por fallo estructural desde sus cimientos o plantas bajas. En realidad, no se caen (por ahora). Sus cimientos se hunden (en Miramar) en tosca cuartaria de buena densidad, la misma que forma los modestos acantilados al Norte y al Sur de la ciudad. Pero en Marpla, los edificios cabalban sobre roca dura del mismo basamento cristalino de las serranías de Tandil, piedra granítica de 2200 millones de años. Geológicamente estable, además, porque esta parte de la provincia es de baja sismicidad. Como diría un economista, hay mejores «fundamentals» aquí que en Florida. La amenaza a largo plazo (décadas, no siglos) es que con la eliminación de las líneas de médanos que separaban ciudades de playas, a veces para crear avenidas costaneras, las urbes atlánticas bonaerenses han crecido sobre suelos más flojos (arenas, loess pampeano, arcillas). Y son atacables desde abajo por erosión. Los médanos sólo se mantienen en lugares aislados: Mar Azul, Mar de las Pampas, y las playas del Sur bonaerense como Claromecó y similares: ventosas, lejanas del AMBA y menos agresivamente edificadas. Siempre por obra del cambio climático, las sudestadas pasaron de 2,5/año a 9, y son el principal factor de erosión de playas. En años de tormentas severas -caso de 1993 en Santa Teresita– el Atlántico pudo ingresar en la ciudad, se llevó la arena que soportaba los cimientos de varios edificios que recientemente habían invadido la playa, y los derrumbó. No hubo muertos, y los medios nacionales no mencionaron el asunto. Ésa es la única amenaza de derrumbe para estructuras costeras aquí, y en buena parte del Municipio de la Costa. A no olvidarse: hace apenas 6000 años, durante el pico de la última deglaciación, el AMBA y la ruta 11, por la que uno se escapa del AMBA hacia el Municipio de la Costa, eran fondos de un mar bajo. Por eso el modesto terraplén de la ruta y las banquinas a su vera tienen el color blanquecino de la conchilla. Y es relativamente reciente, no compactada como piedra calcárea. Y a mitad de camino hacia la costa hay fábricas de cemento a la vera de la ruta, moliendo ese material para hacer cal. Son guiños que nos hace el Atlántico: aquí estuve, y aquí volveré. El mar va a seguir creciendo, todo indica que cada vez más rápido, y los médanos que los intendentes hicieron desaparecer, primera y más potente defensa natural de las ciudades balnearias, no van a volver a regenerarse solos. Esto necesita de un plan general de estabilización de costas arenosas de la Provincia. Y sin espigones, que no sirven. Y con tortazos garantizados con las inmobiliarias. Y sin ninguna garantía ni política ni geológica de triunfo. Hasta 2000, la irresponsabilidad de constructoras y concejos deliberantes, que permitieron construir muy junto a las playas o incluso adentro de las mismas, provocaron derrumbes secundarios a sudestadas. Y la culpa de los derrumbes, amigos/as, no es de la Sudestada. Hoy hay 2200 millones de seres humanos en todo el mundo viviendo en costas, deltas y estuarios vulnerables a las ingresiones marinas. Somos -porteños incluidos- la primera línea de fuego ante el recalentamiento global. La tragedia en Miami echa una luz inquietante sobre qué construimos, cómo y adónde. Reproducimos la nota del periodista Bruno Perrone.

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La sorpresiva tragedia que tuvo como epicentro al edificio residencial Champlain Towers de Miami se mira con un poco de distancia en la Costa Atlántica aunque no deja de traer malos recuerdos. En más de una oportunidad, algunas ciudades turísticas bonaerenses han sido noticia por desprendimientos de edificios que provocaron muertes y que, a lo largo de los años, reinstalaron el debate por el estado de las construcciones. Mar del Plata y Villa Gesell son testigos de los casos más graves y recientes. En “La Feliz”, el último episodio fatal data del 31 de julio del 2020, cuando María Gómez, de 48 años, perdió la vida al sufrir el impacto en la cabeza de un pequeño trozo de revestimiento mientras caminaba junto a sus dos hijos –que se salvaron de milagro y ni siquiera sufrieron heridas– por la zona de Colón y Arenales, a pocos metros de La Rambla. En febrero, marzo y mayo de 2021 hubo tres siniestros de esta índole. No hubo víctimas pero la situación más preocupante, y que quedó grabada por las cámaras del Centro de Operaciones y Monitoreo (COM), fue la que se desató el 14 de mayo. En aquella madrugada se cayó el cartel y el voladizo de una farmacia de Fortunato de la Plaza y Talcahuano, una zona muy concurrida por los marplatenses. Pero el antecedente que despertó mayor conmoción en Mar del Plata y el país ocurrió hace dos veranos: el 29 de diciembre del 2018, Agustina Ferro, de 35 años, y su hija India Luzardi, de 3, paseaban por la zona comercial de Punta Mogotes hasta que, en unos segundos, se desplomaron sobre ellas tres balcones en la esquina de Puán y Acevedo. Nada se pudo hacer para salvarlas. Y en el auge de la temporada siguiente, Villa Gesell reportó un evento muy parecido: el 5 de enero del 2020, se desprendieron tres balcones de los departamentos del edificio GufiYiyo, ubicado sobre la avenida Costanera, a metros de la calle 301. Afortunadamente, en esa ocasión, el final fue distinto y no se registraron heridos. “Es un llamado de atención para todo el mundo ver cómo se desploma de la manera que lo hizo un edificio en una zona sísmica, marítima, de huracanes y ciclones, que tiene un grado de seguridad al momento de la construcción. Desde luego que lo de Miami es atendible a distintas cuestiones particulares, pero debe verse como un llamado de atención y nos pone en un estado de sensibilidad por lo que ya vivimos”, reconoce Nicolás Valdez, director gesellino de Inspección de edificios privados y espacios públicos. La dirección que conduce Valdez tiene solo dos años: nació, precisamente, por la preocupación que generó el incidente en GufiYiyo. El distrito contaba desde 2002 con la ordenanza 1847/02 pero el problema es que nunca la había reglamentado, por lo que no existían controles del municipio. Desde que el intendente del Frente de Todos Gustavo Barrera puso manos a la obra y creó el área, se realizaron 844 notificaciones a propiedades, se aplicaron seis multas y se clausuraron cuatros edificios multifamiliares. “Acá es muy nueva la aplicación del marco normativo pero está dando buenos resultados”, destaca. La ordenanza de Gesell es una “copia fiel”, según las propias palabras del funcionario, de la ordenanza 12.562/97 que rige desde 1997 en Mar del Plata, y que exige a los responsables de los edificios de más de diez metros de altura y con más de diez años de antigüedad presentar informes que se actualizan cada tres años. “La responsabilidad recae sobre los profesionales que firman los informes y hacen los trabajos y sobre cada uno de los dueños de consorcios”, aclara el secretario marplatense de Obras y Planeamiento, Jorge González. Sin embargo, desde la tragedia de Mogotes también hubo movimientos normativos. El primer paso lo dio el ex intendente Carlos Arroyo con un decreto que establecía que los propietarios de edificios de más de dos pisos y con más de cinco años debían informar sobre el estado de conservación de sus estructuras. Y en diciembre del 2020 –al cumplirse el segundo aniversario del derrumbe en el sur–, el Concejo Deliberante aprobó un proyecto más integral impulsado por el bloque del Frente de Todos que se conoció bajo el slogan “Edificios Seguros”. Virginia Sívori fue la concejala que dio forma a la ordenanza, que incluye, entre otros aspectos, el desarrollo de una app para abrir un canal de vinculación entre los propietarios, administradores, profesionales o técnicos matriculados y el municipio, con el objetivo de mantener actualizadas las certificaciones de mantenimiento de las construcciones y su equipamiento. Hasta la fecha, no se puso en práctica pero el funcionario de Guillermo Montenegro prometió que “en los próximos días va a estar en marcha”. Al compartir su análisis de la problemática, González no transmite el mismo tono de preocupación del director gesellino y remarca que los antecedentes locales son “totalmente distintos” en comparación al colapso estructural de Miami. “En Mar del Plata hay un suelo de fundación muy distinto, una construcción muy distinta desde el punto de vista tecnológico, y una legislación importante que también es muy distinta”, sostiene. Eduardo Agüero, el presidente del Colegio de Arquitectos Distrito IX, respalda esta mirada aunque reconoce que “tampoco hace falta un gran derrumbe para tener que lamentar una vida humana”. “Desde que se implementa la ordenanza, el grado de conservación general es bastante bueno. Lo que sí se puede ver es una falta de control del municipio porque el área encargada se fue quedando sin personal y tecnología, y a veces parece que si no se hacen las intimaciones, el sistema lamentablemente no funciona”, señala. Por eso, el Colegio de Ingenieros bonaerense defiende la postura de Villa Gesell y asegura que “un caso similar al de Miami se podría repetir en nuestra costa bonaerense” a raíz de la “gran cantidad de edificios que necesitan de un fuerte control del mantenimiento periódico» en las ciudades balnearias. En la entidad conducida por Norberto Beliera recuerdan que las construcciones requieren de «la aprobación de los cálculos estructurales por parte de los municipios que son los que tienen el poder de policía» pero apuntan que “en muchos casos carecen de profesionales debidamente formados para realizar esta tarea”. Salitre, el condicionante “agresivo” que siempre preocupa Está claro que no es lo mismo pensar una construcción en San Juan, donde la actividad sísmica es recurrente año tras año, que en cualquier localidad de la Costa Atlántica. Cada ciudad tiene sus particularidades. Y por la cercanía con el mar, la principal precaución a considerar dentro del sudeste bonaerense está relacionada con la cantidad de salitre que circula en el aire por el impacto en la corrosión de diversos materiales. El nivel salinidad que presenta Mar del Plata se ve reflejado con el desgaste que sufren las estructuras metálicas del sector costero. A pesar de usar hierro galvanizado y otros procesos que prolongan la vida útil, los semáforos, las columnas de alumbrado y los soportes de cartelería suelen durar la mitad del tiempo que en Capital o cualquier otra parte del país por la exposición a la humedad. “El aire salino que genera la proximidad con el mar es lo más grave porque genera corrosión en el acero. El acero, al corroerse, aumenta su volumen y eso rompe todo lo que está alrededor. Así puede estallar el hormigón o puede haber desprendimientos de revoques, que es lo que se ve normalmente”, explica Agüero. Otro de los factores a tener en cuenta en las construcciones próximas a la costa son el viento y el tipo de suelo. “Las estructuras se calculan a partir de cierta proporción entre la base y la altura, y ahí entra el cálculo del viento. La zona costera se caracteriza por tener un fuerte viento pero en general lo que sí tenemos es muy buen suelo para fundación”, destaca el arquitecto, e insiste: “El problema pasa principalmente por el clima. Tenemos un clima muy agresivo si nos comparamos con otros lugares, como la costa de Chile”. El profesional también advierte que los nuevos materiales de revoque que se comercializan en la industria “tampoco están dando buenos resultados” para hacer frente a las particulares variables climáticas de Mar del Plata y la región. “El proceso antiguo era hacer la capa hidrófuga, el revoque grueso, el revoque fino, y después la pintura. Ahora empezaron venir productos que saltean tres o cuatro pasos en uno y quizás en la Pampa o en Buenos Aires andan bien pero acá han generado muchos desprendimientos de revoque”, apunta. Valdez, en este sentido, hace referencia a la gran antigüedad de algunas viviendas de Gesell y a las diferencias que presenta esa construcción con relación a los inmuebles más nuevos. “Nuestro partido tiene 89 años y hay edificaciones de 88. Muchos edificios, los más añosos, están construidos con arena del lugar y quizás ahí no se respetó el proceso de higiene para sacarle el salitre, o se usó agua que tal vez no era potable, y todo esto genera una química diferente a la que se puede encontrar hoy”, afirma. Mayor legislación Las distintas voces coinciden en la necesidad de ampliar las normativas vigentes para que haya un mantenimiento más estricto y se prevengan tragedias. “Si nosotros queremos evitar problemas estructurales de los edificios más viejos, nada de lo que se hace hoy como control lo evitaría”, advierte Virginia Sívori, la concejala marplatense del Frente de Todos, y agrega: “Los informes que se exigen ahora no dejan de ser cosas semisuperficiales. Hace falta ver más estructura, sobre todo en las ciudades costeras, porque hay cosas que no saltan a la luz si no se hace una radiografía a fondo”. El secretario de Obras de General Pueyrredon también hace énfasis en la conciencia y la importancia de «extremar todos los cuidados» para evitar siniestros. «A pesar de todo lo que trastocó la pandemia, estamos trabajando para hacer más fácil la tarea, no solo desde el punto de vista de los trabajos sino desde lo económico, para que los consorcios lleven adelante el mantenimiento que hay que hacer. Y no cabe dudas de que hay que seguir tratando de perfeccionar la normativa para que no solo tengamos los controles que hoy tenemos sino que a futuro haya más y mejores», ratifica González. El funcionario de Gesell considera que la ordenanza actual “necesita aggiornarse imperiosamente” y apunta críticas a la oposición (en este caso, el bloque de Juntos por el Cambio) por negarse a tratar una modificación que impulsa la gestión de Barrera. “Pretendemos tener un código que nos permita, en un solo apéndice, encontrar la normativa que hace a la seguridad no solo de la materialidad de la construcción sino a la protección contra incendios, el riesgo eléctrico, la conservación de ascensores y lo que atañe a una vivienda multifamiliar”, plantea Valdez, y concluye: “Esto es una necesidad urgente a atender. No se trata de cosas suntuosas o estéticas sino de garantizar seguridad”.  

Bolivia anuncia una hidrovía hacia el Atlántico, a través de la cuenca amazónica

El gobierno boliviano anunció que pondrá en marcha esta semana la primera fase de un ambicioso proyecto de hidrovía hacia el Atlántico, que convertirá a ríos de la cuenca amazónica en centro de un corredor multimodal interoceánico de exportaciones.

«El sueño de los bolivianos de tener la hidrovía Ichilo-Mamoré, segura, confiable y eficiente en la cuenca del Amazonas, muy pronto se hará realidad», dijo el ministro de Obras Públicas, Edgar Montaño, al anunciar que las primeras obras del proyecto serán inauguradas el próximo viernes 2 de julio. Con esta hidrovía, que se suma a la Paraguay-Paraná, en la cuenca del Río de la Plata, Bolivia trata de superar su histórica dependencia de los puertos chilenos y peruanos sobre el océano Pacífico, para su comercio exterior. «La nueva hidrovía convertirá a Cochabamba en punto neurálgico del transporte de carga internacional por Bolivia, facilitando la conexión entre el corazón del Amazonas brasileño y los puertos del Pacífico, con múltiples beneficios nacionales e internacionales», resumió Montaño en la presentación del plan.

1.400 kilómetros

La hidrovía hacia el extremo nororiental del país tendrá una longitud de 1.400 kilómetros, principalmente los ríos Ichilo, en el departamento de Cochabamba, y Mamoré, que atraviesa las llanuras de Beni (nororiente), distrito fronterizo con Brasil. . De sur a norte, transcurrirá entre Puerto Villarroel, en Cochabamba, y Guayaramerín, en Beni, pasando por la capital beniana, Trinidad, con proyección al Amazonas. Puerto Villarroel es un municipio vecino de la región productora de coca de Chapare, y Guayaramerín es una ciudad ribereña del Mamoré, fronteriza con la brasileña Guajaramirim y próxima al punto en el que ese río se transforma en el Madera, el mayor afluente del río Amazonas. El coordinador de Proyectos Fluviales y Lacustres del Ministerio de Obras Públicas, José Meruvia, dijo que las obras a inaugurarse el 2 de julio se concentrarán en una limpieza total de los ríos y reparación de los embarcaderos existentes, utilizados actualmente solo para transporte interno de baja capacidad. Con estas tareas inmediatas, la hidrovía ya será utilizable todo el año, aunque con limitaciones de calado de las embarcaciones y de capacidad de los puertos, explicó. El funcionario precisó que las obras mayores, que serán definidas e iniciadas en el plazo de un año, habilitarán la hidrovía para embarcaciones de carga de alto tonelaje. «Será una mejora importante de la infraestructura fluvial para promover exportaciones con menores costos, mejorando la actividad productiva en Cochabamba y Beni, y permitiendo un transporte entre el centro y el noreste de Bolivia, con proyección internacional, eficiente, cómodo».
La hidrovía Ichilo-Mamoré será el punto neurálgico del transporte de carga internacional por Bolivia
Meruvia ñadió que por su conexión con carreteras asfaltadas en Bolivia y Brasil, además de la posibilidad de enlaces ferroviarios a corta distancia, la hidrovía Ichilo-Mamoré «se constituirá en una nueva opción de conexión intermodal eficiente entre el Atlántico y el Pacífico». El ministro Montaño destacó que la hidrovía generará beneficios como la reducción de los costos de la infraestructura, señalando como ejemplo que por ahora solo el transporte de materiales básicos hacia la región amazónica boliviana incrementa los gastos un 40%. «Obviamente el primer mercado externo será [el estado brasileño de] Rondonia, que podrá exportar más fácilmente por el Pacífico su gran producción agrícola y podrá aprovisionarse de modo más eficiente de productos bolivianos como urea y diversas sales para su enorme agricultura», indicó. Añadió que, tanto a través de carreteras de Rondonia como mediante el acceso directo al río Madera, el comercio exterior boliviano tendrá a su alcance la navegabilidad permanente del Amazonas.

Comentario de AgendAR:

Este proyecto es una vieja aspiración del oriente boliviano, en especial de Cochabamba y del Beni (no muchos argentinos tienen presente que Bolivia es el 3° país más extenso y diverso de la América del Sur, después de Brasil y Argentina). Ha dormido al menos 15 años en los archivos del IIRSA. Pero es evidente que el gobierno de Luis Arce Catacora está decidido a avanzar. Y si la nueva vía multimodal va a facilitar exportaciones hacia el Pacífico, seguramente encontrará financiación. Nosotros, enfrascados en un debate sobre la porción argentina de la Hidrovía Paraguay-Paraná, debemos tener presente que el resto del mundo no se queda esperando mientras nos ponemos de acuerdo.