Un radar argentino en la FIDAE

Radar
El radar que presentó INVAP en Chile.

El radar militar argentino RPA-315M, de INVAP, será la presentación más espectacular de la Argentina en la FIDAE de 2018. Se trata de la Feria Internacional del Aire y del Espacio. Se celebra en Chile desde hace décadas, y es el evento aeroespacial más importante del calendario latinoamericano.

A FIDAE concurren centenares de grandes, medianos y pequeños fabricantes mundiales de aviones, drones, satélites, cohetes de puesta en órbita, radares, sistemas antiaéreos, etc. En FIDAE se cierran negocios entre estados y entre particulares, se ofrecen y venden desde aviones de aeroaplicación de agroquímicos hasta satélites de telecomunicaciones, desde jets de cabotaje hasta sistemas de guiado para misiles antibarco. Y cada vez más, drones para usos civiles y duales, pero también militares.

El radar argentino RPA-315M es uno de los varios modelos que desarrolló INVAP desde 2003. Es de mediano alcance (algo más de 250 km.) y uso dual. En un rol militar, puede servir para guiar a aviones tripulados u otros sistemas de intercepción contra una formación atacante, sin dejarse interferir por contramedidas electrónicas.

Pero tiene también usos civiles: al combinar capacidades 3D y 2D, puede hacer seguimiento simultáneo de centenares de objetos voladores dentro de su área de vigilancia, y determinar en tiempo real cuáles son vuelos legales y controlados, y cuáles no.

En este último rol, puede servir para cosas muy distintas. A las autoridades policiales, por ejemplo, les permite identificar avionetas de traficantes de drogas o de personas en una «frontera caliente», sin que se confundan con vuelos legales. También les complica evadir la detección volando muy bajo. El pequeño tamaño y el carácter portátil del equipo permiten instalarlo «en emboscada», en sitios donde un intruso cree que no habrá vigilancia aérea, y moverlo a otra ubicación a las pocas horas.

En manos de autoridades aeroportuarias, como equipo fijo, puede ordenar el control rutinario de tránsito aéreo, ordenando la entrada y salida de vuelos comerciales a los «conos de aproximación» o «de salida» de un aeropuerto ajetreado. En ese rol, ayuda a mantener despejados esos sitios de la intromisión de aviones privados, o últimamente, de los minúsculos drones de usuarios particulares o de empresas.

Argentina tuvo una participación creciente en FIDAE desde que recuperó la vieja Fábrica Militar de Aviones de Córdoba, cedida a la Lockheed en los ’90, porque su sucesora civil, la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) volvió a diseñar máquinas voladoras argentinas después de una larga interrupción. En los años en que INVAP estuvo a cargo de «resucitar» FAdeA, llamaron la atención los «drones» livianos y de mediano porte que fue desarrollando hasta 2016. Se ignora qué sucederá con estos vehículos. La demanda global del sector comercial de los mismos está proyectada en U$ 17 mil millones para 2024, año en el cual la FAdeA pensaba estar compitiendo con EEUU, Europa, el Sudeste Asiático e Israel con al menos 4 aparatos distintos, todos rápidamente «militarizables».

En 2014 y 2015, como fabricante de los satélites de telecomunicaciones geoestacionarios ARSAT 1 y 2, INVAP fue la única empresa de la región con una incipiente flota de este tipo de aparatos desplegados exitosamente en el espacio. La producción de los ARSAT 3, 4, 5, 6, 7 y 8, a realizarse a un ritmo de un satélite nuevo cada dos años aproximadamente, fue discontinuada en 2016.

INVAP tiene varios otros sistemas radarísticos civiles, militares y duales que llegaron exitosamente a término, incluyendo sistemas «Doppler» meteorológicos, capaces de generar alertas de tormentas severas y de granizo. Por ahora, Argentina es el único país del Hemisferio Sur que ha logrado radarizar sus rutas aéreas con radares 2D, de control de tránsito aéreo, de diseño y construcción propias.