El equipo de AGENDAR leía el 22/3 en La Nación (una excelente nota, de paso) que el 85% de los remolcadores que navegan la Hidrovía son paraguayos. Y recordamos que hasta los años ’80 la Argentina tenía la quinta flota mercante del mundo y la segunda flota fluvial de América. Nuestra industria naval llegó a exportar barcos a Alemania, Venezuela, Paraguay, Uruguay, Chile, Sri Lanka, Polonia, Colombia y Estados Unidos. Hoy la participación de empresas argentinas en el transporte marítimo es casi nula.
Entonces, el actual desafío no es sólo retomar mercado como transportistas de la soja argentina en la Hidrovía Paraná-Paraguay. La desaparición de la flota mercante de ultramar, en los ’90 hoy le cuesta a la Argentina unos U$D 5000 millones/año: Se gastan en pagarle a empresas extranjeras los fletes de nuestras exportaciones.
Argentina tiene aún 20 astilleros, tres de ellos estatales. Uno, Astilleros Río Santiago, prácticamente parado, es el mayor de Sudamérica. Una industria naval es posible, pero hasta ahora no figura en ninguna plataforma política.