El contenido al que accedemos en distintas redes sociales está regido, además de por lo que buscamos de manera activa, por algoritmos. Cada plataforma usa uno distinto, basado en lo que la compañías estiman que los usuarios quieren ver. No son fijos, y la polémica está servida cada vez que cambian.
Conocer como funciona el algoritmo de una determinada red social es crucial a la hora de crear un mayor impacto. En YouTube, por ejemplo, pasó de sugerir vídeos por número de visitas (contados a través de cuantos clicks se hacía en cada vídeo) a tener más en cuenta el tiempo que cada vídeo era visualizado.
Facebook: se basa en las interacciones más importantes. De esta manera, un usuario verá más contenido de aquellas personas o comunidades con las que más relación tiene.
Twitter: La naturaleza de Twitter hace que el tiempo sea crucial a la hora de mostrar publicaciones. Pero también se tiene en cuenta lo que la red social piensa que es importante para el usuario, normalmente basado en interacciones previas.
Instagram: La red de los influencers añade la popularidad a la ecuación. Así, el contenido relevante se basa en una mezcla de popularidad, relevancia para el usuario y amistad con las cuentas implicadas.
LinkedIn: La red social dedicada al mundo profesional tiene en cuenta sobre todo el número de interacciones de una publicación, ya que si es interesante para muchos, con toda seguridad se trate de una información relevante en el campo laboral.
Pinterest: Se asemeja más a YouTube, ya que las sugerencias se basan en el gusto del usuario y las búsquedas previas.
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