Un juez en lo Comercial, Javier Cosentino, decretó hace 10 días la quiebra de la empresa Oil Combustibles. Su dueño, el empresario Cristóbal López ha sido arrestado por segunda vez, acusado de defraudación al fisco. Y, naturalmente, han aparecido varios interesados en quedarse con los activos de la petrolera que era una parte significativa de su grupo económico Indalo: la Refinería San Lorenzo, su planta fluvial y 340 puntos de venta integrados por Estaciones de Servicio y Distribuidores Agro.
Hay hasta ahora cinco oferentes (cuatro compañías y una Cooperativa de Trabajo. Trafigura, que ya se había postulado durante el salvataje; YPF, Vitol, la rusa Lukoil -que trató de participar ser en OP Investments, el fondo que ofreció comprar Indalo, y la cooperativa de trabajadores.
En AgendAR nos parece que esta puja es importante -el petróleo siempre lo es- y nos llama la atención el durísimo informe que el diario La Nación publicó sobre el tema. Lo resumimos para nuestros lectores:
«Dos de los cinco aspirantes a quedarse con parte del imperio de Cristóbal López cargan con acusaciones judiciales por corrupción, transporte de combustible envenenado y relaciones con la mafia.
Se trata de las empresas Trafigura, de capitales suizos y holandeses, y de la rusa Lukoil. Su interés en gestionar Oil Combustible provocó ruido mediático y podría escalar si es que alguna de ellas logra finalmente controlar la nave insignia del holding de López.
Y aunque hay otros oferentes, los que realmente disputarían la pelea de fondo son estas dos grandes compañías de la industria», sigue diciendo La Nación.
«Trafigura es un trader fundado por el francés Claude Dauphin, que la llevó a ser la tercera comerciante de petróleo y minerales más grande del mundo.
Su mayor desafío ocurrió cuando la empresa buscó a un contratista local para deshacerse de miles de litros de combustible contaminado con azufre que navegaba por el océano en el buque Probo Koala.
La carga fue arrojada en alcantarillas a cielo abierto en Abiyán, la capital de Costa de Marfil, lo que provocó 15 muertes. Fue multada por ello con un millón de euros en Holanda. Y acordó pagar 200 millones de dólares a Costa de Marfil, para que Claude Dauphin -que estaba preso allí- fuera liberado.
Trafigura, además, es el mayor vendedor de petróleo refinado de Angola. Controla casi la mitad de Puma Energy, una empresa cuyos accionistas son la empresa estatal Sonangol y la firma privada Cochan, cuyo director es el jefe de la casa militar de Angola, general Leopoldino Fragoso do Nascimento, conocido como «General Dino».
Cochan en Argentina es dirigida por Tomás Larroca. José Larroca, CEO de Trafigura visitó aquí la Quinta de Olivos y fue recibido por Mauricio Macri el año pasado. Un ejecutivo de la firma, militante de Pro, figura como uno de los aportantes a la campaña electoral del oficialismo en 2017.
En la Argentina, Trafigura ya había tratado de quedarse con Oil Combustibles: en el breve período que estuvo Ignacio Rosner a cargo, se presentó para manejarla al igual que lo hizo Lukoil. La oferta del gigante ruso estaba condicionada a que efectivamente se comprobara que Rosner había recibido las acciones de Cristóbal López y a que fuera el nuevo dueño de la empresa. Pero el juez no autorizó la transferencia de esas acciones y Lukoil se retiró del negocio, al menos por ese momento.
En realidad ambos, Trafigura y Lukoil, estaban agazapados para volver a intentarlo.
Trafigura, de hecho, se presentó en el proceso de salvataje de Oil. Pero desistió a último momento porque argumentó que no podía pagar la deuda de 18.000 millones de pesos que la AFIP exigía a Oil, ni en 94 cuotas, como querían ellos, y menos en 12, como quería el ente recaudador. No hubo ninguna condonación ni tampoco un acuerdo.
Ahora ambas firmas volvieron a la carga y se presentaron como interesadas en gestionar Oil. Eventualmente se presentarían a la licitación para hacer una oferta económica por la petrolera.
Trafigura está salpicada por el Lava Jato brasileño. Mariano Ferraz, su ex representante en Brasil, fue preso y condenado a 10 años de prisión por supuestas maniobras de corrupción.
Vaguit Alekpérov es el dueño de Lukoil. Es un hombre de confianza del presidente ruso Vladimir Putin y cuenta con una fortuna personal que asciende a US$12.400 millones. Nació en Bakú, Azerbaiyán, y trabajó en Siberia. En 1990 fue nombrado viceministro de la Industria del Petróleo y Gas de la Unión Soviética. Caído el régimen, Alekperov quedó al frente del negocio. Lukoil obtuvo el contrato del suministro de combustible para el Ejército durante la guerra en Chechenia. Y Alekpérov pudo avanzar en la privatización. Lukoil cotiza en bolsa .
Un integrante de la mafia rusa georgiana, según las autoridades españolas, posee parte de la empresa. Se trata de Zakhar Kniazevich Kalashov. La Fiscalía Anticorrupción de España dijo que poseería parte significativa de Lukoil, que emplea a más 100.000 personas y es una de las más poderosas del sector».