La Cámara Argentina de Publicaciones (CAP) acaba de presentar, hace unos pocos días, su «Informe del Sector Editorial Argentino 2017». Y todo el trabajo muestra índices muy preocupantes, coincidiendo –en parte- con las conclusiones de la otra cámara del sector del libro (CAL).
Entre los puntos más llamativos del Informe se destacan los siguientes:
• La cantidad de ejemplares lanzados al mercado por las «editoriales tradicionales» volvió a caer en 2017. Esta vez fueron 2.000.000 de ejemplares menos que en 2016 y más de 10.000.000 de ejemplares menos que en 2015.
• En las “Editoriales Emergentes”, no hay ni una cifra positiva: En 2017 publicaron 14% menos de ejemplares que en 2016, lanzaron 6% menos de novedades al mercado y redujeron su tirada media un 9%. Todo comparado con 2016, un año ya de por si negativo.
• La importación de libros se incrementó un 66% en ejemplares en 2017 (33 millones contra 55 millones) y un 61% en valor en dólares (US$ 78 millones contra US$ 126 millones).
• Lo que más preocupa: 9.700.000 de ejemplares fueron impresos fuera del país (China, Chile, etc) por conveniencia económica, un 17% más que en 2016. Durante el gobierno anterior, existía una restricción para cuidar la industria gráfica local que el gobierno actual eliminó.
• La exportación de libros cayó un 21% en ejemplares en 2017 (8,7 millones de ejemplares contra 11 millones). En valores, dólares, representan una caída del 8%.
• Finalmente, la balanza comercial del libro argentino arroja el saldo negativo más alto de los últimos 10 años con un déficit de US$ 76,8 millones (Importaciones US$ 98 – Exportaciones US$ 21,2).
• Otro punto llamativo: la venta de libros del sector privado disminuyó 1.000.000 de ejemplares en 2017 comparado con 2016 y casi 7.000.000 de ejemplares contra 2015. Eso representa una caída del 8% en pesos ($) constantes contra 2016 y del 19% contra 2015.
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