Hace ya muchos meses que una amplia cantidad de compañías de servicios decidieron que aquellos consumidores que venían recibiendo sus facturas y resúmenes por correo postal, en papel, dejaran de hacerlo y pasaran a recibir esa data por correo electrónico.
La única excepción era que el consumidor hicieran un trámite expreso pidiendo volver al papel. Y el Gobierno avaló esta posibilidad por decreto.
Pero hubo críticas de ONGs, en nombre de las personas sin acceso frecuente a la red o no manejan la tecnología. Sumadas a que muchas Pymes imprimen y distribuyen esa correspondencia generando muchos puestos de trabajo, lograron un cambio en la legislación. Y ahora se publicó en el Boletín Oficial la derogación de la migración forzada a los envíos online. Con lo cual, se vuelve al régimen anterior. Los envíos físicos de facturas de papel que siguen en pie ya no podrán darse de baja sin un permiso previo y expreso del cliente.