Otro mal síntoma para la industria: bajó el uso de la capacidad instalada

Los síntomas tempranos del parate económico comienzan a apreciarse en la producción fabril: la utilización de la capacidad instalada en la industria registró en mayo último un promedio del 65,1%, 2,5% inferior a abril, informó el INDEC.

El indicador de la Utilización de la Capacidad Instalada en la Industria registró también en mayo un nivel inferior al de mayo 2017, cuando registró un promedio de 65,8%.

El dato llega en la misma semana en la que los fabricantes de autos (ADEFA) revelaron un derrumbe interanual del 31% en los despachos de vehículos en el mes de junio. El salto del dólar y su impacto en los precios fue señalado como una de las causas de esta coyuntura.

Desempeño por rubros
La producción de insumos para la construcción, aluminio, acero, tabaco y la refinación de petróleo apuntalan el indicador de uso de la capacidad instalada, que muestra a la industria automotriz, textil y metalmecánica con la mayor ociosidad, con un promedio por debajo del 60% en el uso de sus capacidades.

En mayo el uso de la capacidad instalada se ubicó 2,5% por debajo de abril pasado, cuando registró un promedio del 67,6%, que había sido el más alto del año.

Los sectores industriales que presentaron en mayo último un registro de utilización de su capacidad instalada superior al nivel general fueron las industrias metálicas básicas (acero y aluminio) con un 82% y productos del tabaco con 79,5%.

Le siguieron la refinación del petróleo con promedio de utilización del 77,5%; productos de insumos para la construcción, 72,9%; papel y cartón, 70,5%; y sustancias y productos químicos, 65,6%.

Las industrias metálicas básicas presentaron el mayor nivel de utilización, superando el nivel de mayo del año pasado del 75,2%, impulsadas por la actividad siderúrgica, que demandó productos para el sector de la construcción y la industria automotriz. La producción de autos, si bien mostró una baja utilización el registro de mayo pasado, fue superior al de igual mes del año anterior cuando el promedio alcanzó al 54,5%.

Tenemos que señalar el aspecto potencialmente positivo de estos números: la reactivación puede ser muy rápida, como sucedió en 2002 y 2003, porque no serían necesarias al principio nuevas inversiones. Bastaría con poner en marcha la capacidad ociosa.

Por supuesto, para eso sería necesario reactivar el consumo ¿Quién y con qué políticas sería capaz de hacerlo?

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