Otra vez se apela a la próxima «cosecha salvadora»

¿Viene en el 2019 una nueva versión del hit "con una buena cosecha nos salvamos"?

Hace casi un año que el único tema de charla en el negocio agropecuario es la sequía y su efecto en la economía Argentina. Pero ahora algunos especialistas comienzan a «cambiar» el tema y subrayan que ahora hablaremos de cosecha récord y de divisas que ingresarán cuando termine la primavera, siempre que el clima lo permita.

Otros expertos alertan sobre un escenario internacional bastante perturbador que impacta en los precios de lo que exportamos al compás de la guerra comercial desatada por Donald Trump. Hay, sin embargo, evidencias que permiten suponer que la taba se dio vuelta.

Pablo Adreani, consultor de Agronegocios, proyecta una entrada de divisas por US$ 16.243 millones en los próximos 12 meses. “Si el clima no produce ninguna sorpresa como la que tuvimos, la cosecha 2019 podrá llegar al récord de 143 millones de toneladas y aportar en total US$ 30.000 millones que se completarían en diciembre de 2019”.

Si este vaticinio se cumple, sería la mayor cosecha de la historia y, de acuerdo a Adreani, el ingreso de divisas será el segundo más alto, “sólo superado en la cosecha 2014 cuando se embarcó por un total de US$ 33.500 millones”.

Eso sí, habrá que hamacarse en este segundo semestre, hasta que asome en diciembre la cosecha del trigo, ya que se proyecta un ingreso de divisas muy magro, de apenas US$ 3.000 millones, el menor de la última década. Es probable que ante ese escenario, la Casa Rosada intente, como ya sucedió, un acuerdo con los exportadores para que anticipen dólares a cuenta de la cosecha. “Es difícil recomponer el ingreso de divisas durante el segundo semestre de este año. Es consecuencia de la caída de 25 millones de toneladas en la producción de soja y de 8 millones de toneladas en maíz”, amplía Adreani.

Para Fernando Vilella, titular de la cátedra de Agronegocios de la Facultad de Agronomía (UBA), los productores piensan revertir la situación de quebranto de la última campaña invirtiendo US$ 10 mil millones, aumentando el área sembrada y, gracias a la devaluación, observa incrementos en tecnología y fertilización. “En el cultivo del trigo y la cebada se prevé una súper cosecha”, asegura. En soja habrá crecimiento del área y en maíz y sorgo superficies similares a este año, dice Vilella que estima 37 millones de hectáreas sembradas, un nivel nunca antes alcanzado.

La pregunta que no se formula (públicamente) es si con un «Niño» fuerte no habrá excesos hídricos, es decir encharcamiento o inundaciones de campos, caminos rurales intransitables, y «falta de piso». En la llanura chacopampeana y en años especialmente lluviosos, esos asuntos son causa frecuente de bajas de rinde o de pérdida de cosechas. Como decía Estanislao Zeballos cuando le tocó ser ministro del área, el problema no es tanto «la seca», sino la alternancia de seca e inundación… y son palabras escritas en el siglo XIX. Desde los ’70 en adelante, el cambio global viene transformando esas oscilaciones climáticas australes, El Niño y La Niña, en una montaña rusa.

VIAClarin