Según se lee en el último reporte del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano, «todo indica que el presente año se caracterizará por un proceso de estanflación; esto es: la combinación de estancamiento con inflación”,
En este informe titulado “El regreso de la estanflación”, Víctor Beker, director del CENE explica que este proceso a la vista «sería así el sexto episodio de esta índole a partir de la salida de la crisis de 2001/2002».
En efecto, nuestro país atravesó un período de estanflación entre fines de 2008 y comienzos de 2009. “Mientras los precios al por menor crecían a un ritmo anual de entre 20 y 25%, la actividad se contraía entre un 3 y 4% en comparación con igual período del año anterior, como consecuencia del conflicto con el campo y la crisis financiera internacional”, señala el economista en el análisis citado.
Lo propio ocurrió a partir del segundo trimestre de 2012 y hasta fin de ese año. “La economía argentina evolucionó con una inflación anual de entre 24 y 25%, mientras se registraba simultáneamente una caída en la actividad del orden del 2-3% interanual. El cepo cambiario instaurado a fines de 2011, la contracción en la industria automotriz a partir de la menor demanda de Brasil y una leve sequía explicaron el retroceso”, precisa Beker.
Tras la devaluación de enero de 2014, asimismo, la economía retrocedió durante todo ese año. “Lo hizo a una tasa del 3-3,5% interanual, mientras la variación anual de precios se ubicaba en torno al 35%”, asegura el director del Centro de Estudios de la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano.
A fines de 2015 se registró un nuevo retroceso en la actividad, mientras la inflación anual superaba el 25%. “Estuvo asociado con el recambio de gobierno”, precisa el economista. Por último, a partir de febrero de 2016 se verificó otra caída en el nivel de actividad que se prolongó hasta mediados del año, al mismo tiempo que los precios crecían a un ritmo cercano al 40% anual.