Cómo impactó la devaluación en el abono de acceso a Internet

Desde que se inició la corrida cambiaria, el precio del acceso a Internet también fue subiendo porque el megabyte (mb) mayorista, el insumo básico para tener conectividad, se paga en dólares.

* De modo que si la divisa aumenta, también lo hace el costo del servicio al consumidor.

Pero el alza no es uniforme. Como hay varios proveedores de acceso (ISP, por su sigla en inglés) que brindan sus prestaciones en distintas zonas, las políticas de suba del abono varían según el área en que operan.

Así, mientras algunas empresas aplicaron, por ejemplo, el aumento de mayo de manera completa, otros ajustaron la mitad de lo que subió el dólar, mientras que hubo firmas que recién iniciaron los ajustes en julio.

La mayoría avanza con estos incrementos porque no tiene capacidad para absorber la totalidad de la suba del costo.

Como contrapartida, aunque haya crisis, se dispare el billete verde y suba el precio de la conexión a Internet, los usuarios parece que no se bajarse de este servicio.

Hoy los números indican que Argentina tiene 6,79 millones de usuarios hogareños y casi 568.000 de empresas, según el Indec.

En 2015, cuando se liberó el cepo y el dólar pasó de $9 a $15 sin escalas, las empresas de Internet debieron maniobrar la situación del mismo modo. Y no hubo una salida masiva de usuarios.

¿Qué está pasando ahora con las empresas que ofrecen banda ancha?

Algunas empresas facturaron sus servicios de banda ancha con un dólar a $23 en junio, lo llevaron hasta los $24 en julio y recién en agosto lo harán al valor real. Si a esta altura, la cotización roza los $29, queda claro que el mayor impacto en la boleta del servicio se producirá entre este mes y el próximo.

«Algunos hemos definido una rampa de precios para que no se traslade todo en un mes. Con eso, los ayudamos (a los ISP) a bancar y armar un plan para que lo trasladen a pesos. Nosotros a nuestros carriers del exterior les giramos dólares», detalló una fuente proveniente de uno de los mayoristas de este negocio.

Si en mayo los servicios se cotizaron con un dólar de $20,80 y por estos días el billete verde se mueve en los $28 y por momentos coquetea con los $29, ¿qué decisiones están tomando las empresas hacia adelante? Las posturas son diversas.

Para las principales prestadoras modificar los precios en el actual contexto del mercado de las telecomunicaciones no es sencillo. Por un lado, la competencia vía la convergencia se está abriendo de a poco.

Lo concreto es que, muchos proveedores están vendiendo a un precio a los consumidores finales pese a que pagan otro, más alto, a los mayoristas.

ARSAT, que es la proveedora mayorista de gran parte de los ISP que operan en distintos puntos del país, está manteniendo el precio del MB mayorista, que cotiza a US$ 14 desde marzo pasado cuando se anunció la reducción desde los US$ 18 que venía costando. 

Vale recordar que el Estado está subsidiando a los ISPs (Internet Service Providers), a todos ellos, desde cableras y cooperativas chicas y medianas del interior a las grandes telcos.

Aun así, algunos proveedores están pidiéndole a la empresa estatal que vuelva a bajar ese costo. Desde ARSAT están atendiendo cada caso puntual para buscar soluciones concretas. Pero por ahora el precio se mantiene en el valor que rige desde hace cuatro meses.

Los consumidores argentinos, en tanto, resisten. Es posible que piensen en dar de baja el abono de TV paga (algo que está ocurriendo, aunque aún no de manera masiva) pero nunca en dejar de tener Internet.

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