La corrida cambiaria, el regreso del FMI y el ajuste fiscal configuran un sombrío escenario laboral. Un relevamiento realizado por el programa de Capacitación y Estudios sobre Trabajo y Desarrollo (Cetyd) de la UNSAM (Universidad Nacional de Gral. San Martín) muestra el incremento en la sensación de inestabilidad laboral: 5 cada 10 trabajadores tienen miedo a perder su empleo y 7 de cada 10 encuestados consideran que tienen menos posibilidades de encontrar un puesto que un año atrás. El indicador conocido como el “fantasma del desempleo”, aquellos encuestados que declaran conocer un despido reciente en su entorno cercano, creció casi 4 puntos al pasar de 48,8 % registrado en marzo al 52,3 % en junio.
La tasa de desocupación para el primer trimestre del año, el último dato oficial disponible, alcanza al 9,1 %. Aunque las estadísticas mostraron una pequeña caída en el nivel de desempleo, en valores absolutos se registró la existencia de 34 mil desocupados más que un año atrás, ya que la cantidad de personas sin empleo pasó de 1.149.000 a 1.183.000. Cuando se proyecta el alcance de las mediciones oficiales a todo el país, el desempleo alcanza a 1,9 millones de individuos.
Las modificaciones en el mercado de trabajo se mantuvieron leves mientras la economía todavía crecía. El tembladeral financiero observado a partir de mayo que llevó al gobierno a recurrir al financiamiento condicionado del Fondo y anunciar un programa de ajuste, preanuncian una profundización del deterioro en la estructura laboral. El Monitor Sociolaboral de Opinión Pública del Cetyd ofrece algunos indicios sobre el impacto de la crisis sobre las expectativas de los asalariados.
De acuerdo al relevamiento, el 54 % de los trabajadores encuestados se manifiestó “preocupado” o “muy preocupado” por perder su empleo actual. La cifra representa un incremento de 5 puntos porcentuales frente a la medición realizada en marzo. “Al examinar la tendencia se advierte un proceso de agudización del temor que se inicia en septiembre de 2017. Las preocupaciones se profundizan entre los trabajadores con menos calificaciones educativas; entre ellos el miedo a perder el trabajo asciende hasta el 63 %.
Por su lado, os datos del Indec muestran que la informalidad alcanzó su nivel más elevado para un primer trimestre desde 2011. Las cifras oficiales marcaron un 33,9 %, un incremento de 0,5 punto porcentuales frente al mismo período del año anterior.
Uno de los indicadores donde, según el informe, se advierte el cambio de tendencia en la opinión pública es la valoración de la sociedad sobre la protesta social que registró un aumento de su “legitimidad”. El último relevamiento rompió el “empate ideológico” observado desde comienzos del año pasado cuando se repartía en proporciones similares quienes asignaban legitimidad a las protestas y quienes las objetaban y las consideraban como “cuestiones políticas no relacionadas con necesidades reales”. A partir de junio, el 54,8 % de los encuestados pasó a considerarlas como reclamos legítimos.