Devaluación: ganadores y perdedores en las economías regionales

¿Cómo impacta la última devaluación en las producciones regionales?

Un informe privado sostiene que si el dólar le gana a la inflación, dichas producciones se beneficiarán.

«Si la inflación no se dispara, la última devaluación no pasaría desapercibida en la economía argentina», destaca un informe elaborado por el economista Jorge Day, de la Fundación Mediterránea y sostiene que este escenario provocará «ganadores y perdedores en los diferentes negocios».

En ese sentido, «la situación no es uniforme, ya que existen importantes complejos agroindustriales con alta proporción de costos dolarizados y con una fuerte dependencia del mercado interno, como por ejemplo el azúcar, los duraznos, la yerba mate y los vinos genéricos», refleja el documento, mostrando a los que pierden. El informe pasa revista de otros muchos productos de las economías regionales que se destinan mayoritariamente a la exportación, como es el caso del té, el limón, las ciruelas, los porotos, peras, aceitunas y ajos, además de los sectores más conocidos como la soja y el trigo. Los ganadores, claro.

Ganadores, pero ¿por cuánto tiempo? El economista sostiene que los efectos de las devaluaciones anteriores (inicios de 2014 y finales de 2015) se diluyeron rápidamente con la inflación, pero la devaluación del primer semestre no sólo ha sido más fuerte, sino que puede diluirse en un tiempo mayor, debido a la contracción de las ventas internas y a un mayor impacto de las políticas fiscal y monetaria. Eso implica que los números a favor serán más perdurables para el agro, y favorecerán más a aquellos que son más exportadores y además que tengan menos costos dolarizados, redondeó Day.

  • Dentro de los sectores exportadores y con bajos costos dolarizados, están las producciones de ajo y poroto.
  • Las que peor posicionadas estarían, son aquellas con baja presencia en el mercado externo y costos más dolarizados, como durazno y azúcar.

En el informe, Jorge Day subrayó que las producciones de la región pampeana serían las más beneficiadas al ser más exportadoras, pero juegan en contra los efectos de la sequía, la guerra comercial entre China y Estados Unidos y la amenaza de la vuelta de las retenciones. Sobre lo que sucede en las otras regiones productivas del país, «no es claro el efecto, puesto que el agro cuenta con productos muy exportables y otros que no lo son tanto», comentó Day.

Otro tema que se advierte, es la fuerte dependencia que tienen muchas de nuestras producciones con el mercado de Brasil, como pueden ser la oliva y las frutas industrializadas, como ciruelas y duraznos. En la primera mitad del año, Brasil ha importado más de algunos productos argentinos, entre los cuales aparecen las manzanas, trigo y aceite de oliva.

En producciones frutales, como peras y manzanas, la devaluación llegó luego de las cosechas, causa por la cual el efecto favorable no ha llegado a los precios que percibieron los productores. 

Según el economista de la Fundación Mediterránea, en soja la devaluación ha compensado la caída de los precios internacionales, algo que no ocurrió lo mismo con la producción de ajo. En aquellas producciones que se destinan más al mercado interno que al externo, el precio que se le paga al productor también depende de la cosecha: hubo buena cosecha de vinos y una buena parte se destina a elaborar vinos genéricos de venta interna. Eso explica el bajo precio de la uva. Y algo similar sucedió con las frutas de carozo, como ciruelas y duraznos.

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