La producción de las editoriales independientes cayó un 30%

Ya en el 2017 se publicaron 11 millones de ejemplares menos que en el 2016. Esto responde a que la primera respuesta de las editoriales a la crisis es hacer tiradas más pequeñas, cuando no directamente publicar menos.

  • Este años según el sector la producción de libros cayó un 30%, y la venta también mantiene una curva descendente.

Mientras tanto, las editoriales independientes capean la «tormenta» ante el peor año de la industria en la última década.

¿Cómo? Por ejemplo concurriendo a la séptima Feria de Editores, en el Centro Cultural Konex, que convocó 11.000 visitantes en tres días y a la que asistieron unas 250 editoriales independientes.

Hubo 100 sellos más que el año pasado, con representantes de las provincias y de 30 países. Y la asistencia creció: los organizadores calculan que en los tres días pasaron más de 11.000 personas.

  • El clima de entusiasmo por el encuentro tuvo que convivir con la preocupación del sector por la crisis, la inflación y la devaluación.

En aquel universo de editoriales de distintos tamaños, intereses y público hay una certeza más o menos generalizada: este es el peor año para sacar libros en, por lo menos, una década. Las razones que esgrimen van desde la devaluación que sube el costo de papel, tinta e impresión, hasta la inflación que encarece el vivir.

La mayoría concuerda en que no se puede trasladar directamente al precio del libro el total del aumento de los costos porque el público no puede comprar libros tan caros, y por eso buscan alternativas publicando menos títulos, apostando a escritores que les generan confianza y recortando sus márgenes de ganancias.

Coincidió en el análisis de las dificultades extraordinarias del sector Leandro Donozo, de Gourmet Musical: «Creo que este es el peor año desde que empezamos la editorial hace 13 años. Las ventas han bajado muchísimo. Hemos logrado salir a flote con cambios muy grandes en nuestra distribución simplemente para equilibrar, movidas muy importantes que tendrían que haber mejorado nuestras ventas y solo nos evitan desaparecer. Sin embargo lanzamos el mismo número de novedades que el año pasado. Por suerte mucha gente sigue interesada en nuestros libros de música».

Pero entre los editores también hay voces que sólo se animan a festejar en off para no herir a las víctimas del vendaval. Algunos admiten que este es su mejor año, que les va excelente; otros que les va igual, o un poco peor. Todos concuerdan en que sí es más complicado publicar y deben moverse más para buscar mejores costos de imprenta y para luego vender los libros.

La Feria de Editores es un termómetro del sector y evidencia la situación de las editoriales independientes, perseguidas por las dificultades económicas pero cada vez más buscadas por el público. Si perduran en tiempos de crisis, en épocas mejores les espera un futuro brillante. Que así sea.

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