Ya es un lugar común para las empresas argentinas: las tasas altísimas, sumadas a la falta de un mercado de capitales nacional, limitan su capacidad de conseguir financiación, sea como capital de trabajo o para concretar planes de expansión.
Esto le ocurre ahora a Rizobacter, la compañía que se dedica a la producción de inoculantes para semillas -con una participación mundial de alrededor del 18% en el rubro- y que es parte del Grupo Bioceres.
En un reciente reportaje Jorge Wagner, director de Administración y Finanzas de la compañía, explica como enfrenta la difícil coyuntura económica. Pensamos que es un ejemplo adecuado de la situación de las empresas nacionales de tecnología, las que investigan y desarrollan.
Periodista: Ustedes son parte del Grupo Bioceres, que recientemente canceló su plan para salir a cotizar a Wall Street y en la bolsa local ¿Cómo sigue la empresa después de esta situación y cómo plantean el futuro de ahora en más?
Jorge Wagner: Por lo pronto, en el mediano plazo no se va a ejecutar la salida a la Bolsa y eso sigue congelado, pero es básicamente por una cuestión de mercado y no de la empresa que muestra buenos números y solvencia financiera. Lamentablemente, hoy no hay mercado para que las empresas argentinas realicen este tipo de colocación, y no sólo en el exterior. En la bolsa local pasa lo mismo,se frenaron emisiones de obligaciones y otros instrumentos financieros. Particularmente a Rizobacter este escenario no la asusta porque somos una empresa con 40 años de trayectoria y ya hemos pasado todas, será cuestión de acomodarse.
P.: La salida a la Bolsa era para financiar planes de expansión globales de todo el grupo; ¿ahora cómo se posicionan para conseguir financiación en el mercado local, donde las tasas no paran de subir?
J.W.: Afortunadamente, somos una empresa que ya viene trabajando con bancos locales que conocen nuestra trayectoria y evalúan las perspectivas favorables del sector en el que operamos y no tenemos inconveniente para acceder a créditos. Claro, las tasas actuales son altísimas y por eso priorizamos el capital de trabajo para producir de cara al próximo ciclo agrícola y frenamos planes de inversión que teníamos en carpeta. La estrategia es no paralizarnos.
P.: Son una empresa de capitales nacionales, pero con proyección internacional, ya que exportan alrededor del 20% de lo que producen. ¿Cómo es intentar ser multinacional teniendo su base de operaciones en una Argentina con tantos vaivenes económicos?
J.W.: A esta altura puedo afirmar que Rizobacter ya es una multinacional. Tenemos 9 subsidiarias localizadas en los principales mercados agrícolas del mundo. Proveemos tecnología argentina y ésta es muy bien recibida porque sigue la tendencia actual. Producimos biológicos, microbiológicos y fertilizantes microgranulados, cuando el mundo busca justamente esto, tecnología agrícola amigable con el medio ambiente.
Semanas atrás estuve en una reunión de directorio en Europa y la proyección de crecimiento que tenemos en este mercado es inmensa y lo mismo sucede con África subsahariana . Apuntamos a que en cinco años, el 40% de nuestra facturación provenga de las exportaciones. Ser una empresa argentina nos plantea diversos desafíos como el actual contexto económico, pero confiamos en nuestra capacidad de trabajo.