¿Cuál puede ser el próximo emergente en caer tras Turquía?¿Nosotros? 

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La reciente crisis financiera en Turquía impulsó a analistas y especuladores a practicar uno de sus deportes favoritos: pronosticar cuál es el próximo mercado emergente a ser golpeado.

La caída de la lira turca, que llegó a tocar un 30% de depreciación contra el dólar hace diez días atrás, afectó en primer lugar a las monedas de las economías emergentes más dependientes del financiamiento externo, tal el caso por ejemplo del rand sudafricano (-8%), el peso argentino y el rublo ruso (-6%), el real brasileño (-4%) y el peso mexicano (-3%).

Así, durante la semana pasada el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) registró una huida de capitales de los mercados emergentes hacia bonos del Tesoro estadounidense y otros destinos que se estiman más seguros. Un conocido fenómeno que ya tiene su etiqueta: «flight to quality» (vuelo a la calidad).

Pero ahora que los mercados ya asumieron el cimbronazo turco, las miradas de los especuladores se posan sobre la próxima ficha que esté a punto de caer. Hace varios meses que los economistas del IIF vienen alertando de los riesgos de que aparezcan varios casos como el de Turquía dentro del club emergente.

Por supuesto, en este listado Argentina ocupa uno de los lugares preponderantes. Pero no es la única que se encuentra cerca del precipicio.

• Según el informe, Ucrania, Brasil, Hungría y Egipto también están en la mira de los especuladores por sus fragilidades estructurales.

En realidad, el estudio del IIF toma en cuenta tres criterios para definir qué mercados emergentes se encuentran hoy más comprometidos frente a las turbulencias financieras internacionales: la solvencia de la deuda soberana, la capacidad de obtener financiamiento en los mercados y el riesgo cambiario.

Sin embargo, si se mira la trayectoria de la deuda, los países más comprometidos son la Argentina y Brasil, ya que va a ser difícil reducir el nivel de endeudamiento con las bajas proyecciones de crecimiento económico y del actual nivel de déficit fiscal y en cuenta corriente.

Otros casos menos complicados son los de Egipto, donde la deuda es elevada pero con tendencia a la baja (esto ayuda a reducir la vulnerabilidad fiscal del país), y Arabia Saudita, cuyo nivel de endeudamiento crece de manera significativa, pero desde un nivel inicial bajo.

La opinión de AgendAR sobre este tema es que, sin duda, la crisis en Turquía fue uno de los factores que causaron los temblores del peso argentino en la semana anterior. Como los de otras monedas de países «emergentes». Pero el motivo estructural de la devaluación de alrededor del 50% que sufrió nuestra moneda este año ha sido, es, el déficit de la balanza de pagos.

Simplicando (mucho) pero sin desviarnos de la realidad: los ingresos genuinos por las exportaciones no alcanzan para pagar por las importaciones necesarias más los intereses de la deuda externa. Y los prestamistas externos se han vuelto renuentes a seguir prestándonos. Salvo, por ahora, el F.M.I.

VIACronista