Por la devaluación, el traslado a precios y el aumento de las tarifas, todos los puntos de venta, en todos los rubros, están reportando bajas en las ventas. En Argentina, el país de los alimentos, muchos recortan las compras de comida. Hay señales alarmantes como la baja en el consumo de lácteos que oscila entre 5 y 8% según a quien se consulte y una merma que alcanza hasta la yerba.
En una cadena líder contaron que no sólo hay reemplazo por segundas marcas más baratas, sino que las ofertas ya representan el 40% de sus ventas. “Se nos hace difícil, por la destrucción en los márgenes, mantener ese porcentaje de productos en oferta. Las ofertas nunca superaron el 20% del ticket de compra”, comentaron. Los locales que más sufren, con caídas de 10% en los volúmenes, son los ubicados en los barrios de clases populares.
Hay otros datos que hicieron sonar la alarma. En las rebajas de 50% del Banco Provincia, sobre 4 millones de tarjetas del Bapro apenas se tentaron 900.000. La cifra es importante pero representa apenas al 22,5% de los clientes.
En electrodomésticos las cosas no van mejor. Sin importar la categoría se habla de una disminución en las ventas que promedia 20%. En ese negocio los artículos también se ofrecen por el equivalente a un dólar de $ 23. Y la estrategia pasa por súper liquidaciones, ya que la mayoría tiene stocks de sobra, afirmó uno de los fabricantes.
Y hasta en el mercado del lujo se sorprenden por un consumidor “extremadamente” precavido. Mercedes-Benz lanzó esta semana un nuevo modelo a toda pompa. De los 4.500 autos que habían proyectado colocar en el año, llegarán, bajando márgenes y con mucho esfuerzo de marketing, a los 3.500. Explican que en esta segunda parte de 2018, la industria automotriz arroja números de quebranto que se compensan por un primer cuatrimestre que fue de película. El sueño se interrumpió el 24 de abril, cuando comenzaron los primeros indicios de la crisis cambiaria.