Para el campo, en Salta y Formosa, es «la hora de la moringa»

Hojas de moringa y el producto procesado en forma de pasta.

Moringa, marango o drum stick. Así se conoce a este arbusto originario de la India, cultivado en Asia y África y poco conocido en América del Sur.

Es una planta valorada por las propiedades antibacteriales, fúngicas y homeostáticas de sus hojas, vainas y semillas, sumado a su alto contenido nutricional. Los técnicos del INTA la recomiendan como una alternativa productiva que se expande en Salta y Formosa.

Para Federico Miranda –jefe del INTA Formosa–, la moringa tiene un gran potencial no sólo por sus propiedades nutricionales y medicinales, sino también por ser un arbusto que permite hasta seis cosechas de hojas por año. “Se trata de una planta de la que se puede aprovechar tanto sus hojas como sus vainas no desarrolladas y maduras, además de las semillas”.

En cuanto al agregado de valor, el especialista destacó: “El aceite de la semilla es rico en ácidos grasos polinsaturados y esenciales, utilizados principalmente por la industria cosmética, debido a su estabilidad reductiva”.

Se trata de una planta de la que se puede aprovechar tanto sus hojas como sus vainas no desarrolladas y maduras, además de las semillas.

“Desde el INTA, trabajamos para impulsar el cultivo como una alternativa económica que aporte a los ingresos de los productores y comunidades originarias de la zona”, dice Antonio Sangari, técnico de la agencia de extensión del INTA en Orán, Salta.

De acuerdo con Miranda, “la popularidad de la moringa como planta medicinal creció en la cultura local y logró introducirse en los hábitos culturales de la población, quienes la consumen en el mate y el tereré, junto con otras mezclas de hierbas”.

Es una alternativa productiva que permite incrementar los ingresos económicos de los pobladores de la zona y sumar un nuevo elemento a la diversidad de sistemas productivos de las comunidades originarias de las Yungas, según explicó el especialista de Orán.

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