El gobierno y la «city», como se acostumbra llamar a las entidades y especuladores que giran alrededor de las transacciones financieras, esperaban que el próximo lunes 17 llegarían US$ 3000 millones, en el marco del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, el desembolso se postergó, hasta que se llegue a un nuevo acuerdo con el Directorio del organismo.
Cuando el gobierno y el Fondo rubricaron el acuerdo inicial, por un monto total de 50 mil millones de dólares, espaciado en tres años, estaba previsto que tras el desembolso inicial en junio de US$ 15.000 millones, cada tres meses el FMI enviaría 2.900 millones. Pero eso es lo que se ha postergado, mientras se desarrollan nuevas negociaciones y la misión del Fondo aquí sigue analizando la situación.
El Gobierno necesita que el desembolso llegue cuanto antes, para mostrar seguridad a los inversores (y a los especuladores), frenar la presión sobre el dólar y, a la vez, mostrar que el financiamiento de aquí hasta el fin de 2019 está asegurado.
En lugar de ello, la postergación provocó incertidumbre en el mercado cambiario y el dólar llegó a venderse a $40,50 (promedio) en los bancos. Frente a ello, el Central volvió a cambiar de estrategia y liquidó divisas de sus reservas. Incluso, anunció una subasta por 200 millones de dólares a las 14:57. Es decir, 3 minutos antes del cierre del mercado para evitar que la semana termine con un precio del dólar alarmante.
De todos modos, corresponde señalar que el impacto de esta postergación está reducido, por ahora, al mercado cambiario. Las paridades de los bonos argentinos siguieron firmes, en el marco de la baja de todos los mercados emergentes, claro, y el riesgo país está por debajo de los topes que alcanzó en los últimos meses.
La alarma la genera, cuándo no, el próximo Supermartes. Este 18 habrá un nuevo vencimiento de Lebacs por $ 403.000 millones, que se volcarían a dólares si los titulares no renuevan. Sobre eso, nos extendemos en otra nota de AgendAR.
Por ahora, hay un dato concreto que aporta a un debate (discreto) de economistas y políticos: Hasta qué punto los EE.UU. y/o las instituciones financieras occidentales están dispuestas a apoyar al gobierno actual. Nuestra conclusión es: No parece caber dudas que esos agentes miran con simpatía a Mauricio Macri y están dispuestos a respaldarlo con gestos y actitudes políticas. Pero poner dinero… hay mucho que hablar antes.