Los negocios de la recesión: Franquicias y segundas marcas

La caída de las ventas, la falta de financiación, y también el desempleo que se extiende están marcando un camino para la actividad económica: emprendimientos de baja inversión, poco personal, muchas ventas y pequeño margen. En muchos casos es una salida laboral.

Las franquicias tienen su propia estrategia anticrisis: el formato low cost, un concepto que implica una baja inversión inicial, productos económicos y hasta segundas marcas. Un caso reciente es El Noble, que lanzó al mercado “Bien de campo”, una línea de empanadas y chipás paralela, mucho más barata y enfocada en los segmentos de menores ingresos. “En las crisis, la gente se vuelca a las segundas marcas“, resume Mariano Castagnaro, CEO, presidente y uno de los accionistas de la empresa.

El interés por esta variante de franquicias se incrementa porque se postula como una alternativa frente al desempleo. “En épocas de crisis no existe el inversor de franquicias sino el que busca una salida laboral. Por esta vía es posible reinsertarse en el mercado y también para aquellos que no quieren trabajar más en relación de dependencia”, explica la titular de la consultora GS Marcas y Franquicias, Gabriela Sapio. En líneas generales, las low cost son negocios con poco personal, sin estructura, con alto nivel de ventas y poco margen.

Según la Guía Argentina de Franquicias (el catálogo oficial de la Asociación de Marcas y Franquicias), la modalidad abarca 952 marcas y canaliza el 22% de la facturación por ventas minoristas. Esas cadenas tienen actualmente un total de 34.189 locales y 209.605 empleados. A pesar de la contracción de la economía y las ventas, el estudio especializado Canudas prevé que el sector sumará este año 100 nuevas marcas (10% de crecimiento), 2.500 locales (7%) y 10.000 empleados (6%).

En los últimos 12 meses, la franquicia que más creció fue Rapipago, que incorporó 600 nuevos puntos de venta, casi todos bajo la premisa del low cost. Básicamente, Rapipago es una empresa de cobranza de servicios del grupo Gire, cuyos dueños son tres bancos: Santander, Citibank y HSBC. A diferencia de las franquicias tradicionales, asociarse al sistema no implica dedicación exclusiva. “Un comercio puede anexar el servicio y en este contexto económico, los comerciantes están a la búsqueda de alternativas para incrementar la facturación y atraer nuevos clientes”, explica Alejandro Pingitore, gerente de Retail de la marca.

De este modo, Rapipago se posiciona hoy como la principal franquicia del país, con una red de 4.175 locales, de los cuales 75 son propios. Detrás aparecen Lave-Rap, la franquicia pionera en la Argentina (abrió la primera en 1981), con 1.447 puntos de venta y Grido (1.404), la fábrica de helados de origen cordobés, cuyo modelo de negocios está basado en el producto barato y de calidad (ver recuadro). “Grido nos mostró otro mundo y hoy es el 5° fabricante mundial de helados”, dice Castagnaro, de El Noble.

Hay que revisar el caso de Lave- Rap, la mayor cadena de lavanderías automáticas. Su gerente, Guillermo Loiácono, señala que “ya pasamos por varias crisis, hiperinflaciones y recesiones. Y estamos pensando en algún modelo el contexto actual, que requiera una inversión baja”. El modelo Lave-Rap está estructurado como una red de venta y mantenimiento de equipos (lavadoras, secadoras y planchadoras) y reposición de insumos (jabón, químicos, bolsas, perchas y suavizantes). “En el país tenemos unos 70.000 lavarropas funcionando”.

VIAClarín