Víctor Trucco: un pionero en la innovación agrícola

Foto: Ricardo Ceppi

La Cámara Argentina de Biotecnología (CAB) otorgó este martes 18 un reconocimiento a Víctor Trucco por sus aportes trascendentales para el desarrollo de la agroindustria y la biotecnología en la Argentina.

Víctor Trucco es doctor en bioquímica y cuenta con más de 40 años como productor agropecuario. Es miembro fundador de la CAB así como de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID), que creó junto con otros pioneros en 1989 y de la que es presidente honorario. Además, es fundador de la firma de biotecnología aplicada al agro, Bioceres, y del Instituto de Agrobiotecnología de Rosario (INDEAR).

Hugo Sigman, presidente de la CAB y CEO de Grupo Insud, Gustavo Grobocopatel, fundador de Bioceres y miembro de la CAB, y Alejandro Petek, presidente de AAPRESID entregaron la distinción a Víctor Trucco además de dedicarle unas cálidas palabras por su trayectoria e impulso a la innovación en agrobiotecnología.

“Nuestras fortalezas están en la agricultura que estamos desarrollando: sustentable, productiva, competitiva e innovadora. Entiendo que como país debemos dejar de titubear, incorporar las innovaciones científicas, sin retraso, con entusiasmo y sin miedos”, expresó Víctor Trucco al recibir el premio.

En Argentina la mayor parte de la Investigación y D en biotecnología la hace el Estado, con la excepción de las empresas de la Cámara Argentina de Biotecnología, que en algunos casos se asocian con el Estado para llevarlas adelante

Víctor Trucco es doblemente emblemático en ese ambiente: está asociado con el mayor desarrollo biotecnológico local logrado por una asociación empresa y estado: la soja y el trigo HB4 de la Dra. Raquel Chan, de la Universidad del Litoral y el CONICET.

También es un símbolo de los riesgos de esas asociaciones: su empresa, Bioceres, ha sido enormemente perjudicada por más de una década de demoras, dilaciones y excusas de las autoridades de licenciamiento del área de Agricultura para poder comercializar sus productos.

Este problema no está vinculado con ningún gobierno en especial. Se mantiene inalterable desde 1991. Y sucede algo parecido en el área de biotecnología farmacológica con el ANMAT.

Son actitudes y temores de «la línea», los funcionarios de carrera. Y todos los que tienen experiencia en el Estado están familiarizados con el fenómeno. En este caso, los responsables directos le dan trámite express a todo lo que viene licenciado en los EEUU, porque están cubiertos por ese antecedente. Pero son absolutamente aversos a jugarse por los desarrollos locales, donde serían responsables si algo sale mal.

Sólo una decisión política muy firme puede superar estas «barreras automáticas». Por algo Trucco en su discurso dijo «Sin retraso, con entusiasmo y sin miedos».