En septiembre, la recaudación tributaria aumentó 32% y llegó a $295.818 millones. Tal como había pasado en julio, cuando se sintió fuerte el efecto de la sequía, el mes pasado los ingresos fiscales crecieron por debajo de la inflación que en el acumulado interanual llega al 34,3%.
La desaceleración de tributos como Ganancias y Seguridad Social explican la pérdida, que no pudo ser compensada por el incremento que mostraron las retenciones a la exportación.
El IVA neto tuvo un alza de 51,3%. Este gravamen se divide entre lo que se recauda en ventas internas y lo que se aporta a través de la Aduana. Pese al efecto de la recesión, el IVA impositivo aumentó 37,5%. En la conferencia de prensa en la que se presentaron los datos, el titular de la AFIP, Leandro Cuccioli, destacó que esta suba se debe a que hubo una mayor formalización de la economía, impulsado por el crecimiento de los pagos electrónicos que treparon a una tasa de 30% interanual.
Si no fuera por esto, el IVA debería haber mostrado más claramente el impacto de la recesión. «En términos cíclicos, el IVA debería estar más abajo de lo que está», dijo Cuccioli.
Por su parte, Ganancias subió 14,6%, un aumento que se vio moderado aún más por una variación en el calendario de vencimientos.
La recaudación a través de Seguridad Social creció 22,2%, un reflejo de las paritarias que se movieron hasta ahora muy por debajo de la inflación.
En cambio, los impuestos al comercio exterior aumentaron 102,5% debido al salto de 165% que dieron los derechos de exportación. Con la devaluación del 123% interanual se recaudaron $23.676 millones. Según estimó Cuccioli, un tercio de este monto se explica por las nuevas retenciones, aunque por el efecto de la sequía aun no pudo verse el efecto pleno de este impuesto sobre los ingresos fiscales.
La expectativa está puesta a partir de noviembre, cuando empiece a sentirse el efecto de la cosecha fina.
En resumen, la recaudación va 5,6% debajo de la inflación. El déficit fiscal sigue creciendo.