El trabajo extranjero en Argentina

La última radiografía del mercado laboral de los inmigrantes en la Argentina mostró una masiva llegada de venezolanos, una persistente brecha salarial de hasta 20% en comparación con los argentinos y una mayor exposición de las mujeres extranjeras a los accidentes laborales.

PAÍSES Y EDADES

Un informe elaborado por el Departamento de Estudios y Estadísticas de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT), sobre datos del 2017, revela que el 4,4% del total de empleados registrados en el país provienen del exterior. Un 44% son mujeres y el 56% son varones. Juntos suman 417.011. Pero a esa cifra se le agrega un 50% más de trabajadores en el sector informal.

«Es conocido que la incidencia de la informalidad laboral entre los trabajadores migrantes del exterior es elevada y suele alcanzar niveles superiores a la de los trabajadores nativos. Además, desarrollan tareas en sectores que también cuentan con mayores tasas de empleo informal, están sujetos a condiciones laborales precarias e inseguras, así como a bajos salarios».

El informe fue presentado por el Superintendente de Riesgos del Trabajo, Gustavo Morón y el director nacional de Migraciones, Horacio García, en el marco de la Agenda 2030 de la ONU para el Desarrollo Sostenido. 

En el informe se muestra que más del 80% de los migrantes proceden de ocho países: los limítrofes más Perú, Venezuela y Colombia. El ranking de hombres lo encabezan históricamente los paraguayos: 4 de cada 10. Le siguen los bolivianos y los peruanos. En el caso de mujeres, son más las peruanas, seguidas por las bolivianas. 

Y en los últimos tres años otra comunidad se hizo fuerte, por las derivaciones de una crisis aguda: los venezolanos. El informe oficial revela que en ambos sexos aumentó el peso relativo de los trabajadores de Venezuela, que se multiplicó por cuatro.

También creció, pero menos, otra comunidad que viene del norte de Suramérica: los llegados de Colombia aumentaron 30%.

Por otro lado, el arribo de chilenos y uruguayos se estancó. «Muestran las estructuras poblaciones más envejecidas, con pirámides invertidas que presentan altas proporciones en edades mayores; los flujos migratorios no se renovaron con nuevos migrantes». Los trasandinos y los orientales tienen entre 47 y 49 años.

En general, la edad de los varones que vienen a trabajar va de los 25 a los 39. En las mujeres, la distribución se observó más «amesetada», con una mayoría entre 25 y 49 años.

Los venezolanos y colombianos no solo son los que más crecieron. Además, son los más jóvenes. «Los perfiles por edad dan cuenta de una migración reciente, con pirámides poblacionales que se ensanchan en las edades adultas jóvenes y con muy baja presencia en edades adultas mayores. Ambos grupos representan a migrantes con las edades medias más bajas: 31 años los venezolanos y 32 años los colombianos», destaca el estudio oficial.

Peregrinación paraguaya al santuario de la Virgen de Caacupé

RIESGOS Y DIFERENCIA SALARIAL

No solo el desarraigo afecta a los migrantes que se instalan en la Argentina. Dejar su país natal y emprender el desafío de conseguir empleo en otra nación también conlleva desafíos, peligros y diferencias con los locales.

El 57% de las empleadas cumple sus tareas en la ciudad de Buenos Aires y el 26% en la Provincia. Para los empleados, estas proporciones se ubican en  45% y 34%, respectivamente.

El informe sostuvo que los «índices de accidentabilidad» de las mujeres migrantes extranjeras son 46% más elevados que los de las nativas. El de los hombres, 22%. Las chilenas, bolivianas y peruanas son las que más se accidentan, mientras que en los varones son los paraguayos, chilenos, peruanos y bolivianos.

Casi la mitad de las mujeres (46%) que deciden trasladarse al país termina trabajando en casas particulares. El 54% restante se ocupa en unidades productivas, como entidades, empresas u organismos públicos o privados. El 29% de los trabajadores son obreros, el 18% industriales y el 17% se emplea en comercio, restaurantes y hoteles.

Solo seis actividades entre las mujeres registran una accidentabilidad  superior a la del promedio, y concentran al 85% de las migrantes: servicios comunales, sociales y personales; comercio, restaurantes y hoteles; agricultura, caza, silvicultura y pesca; industrias manufactureras y transporte, almacenamiento y comunicaciones. Los hombres que más peligros laborales afrontar son los que se dedican a la construcción.

El informe también documenta una realidad ya conocida: la mayoría de los extranjeros cobra menos que los argentinos. «Si se considera el salario bruto promedio de los trabajadores cubiertos por el sistema de riesgos del trabajo, se observa una doble brecha salarial en las trabajadoras migrantes». Por un lado, con un salario bruto promedio de $ 20.721 ganan un 10% menos que los migrantes varones ($ 22.945). Pero también reciben 14% menos que las trabajadoras nativas ($ 24.094). 

En el empleo masculino la brecha es mayor. El salario bruto promedio equivale a $ 22.945, lo que implica un 20% menos que los nacidos en territorio argentino ($ 28.666). Solo cuatro actividades muestran salarios por encima: minería; electricidad, gas y agua; servicios financieros, seguros, bienes inmuebles y transporte. Sin embargo, en estos rubros trabaja solo 1 de cada 5 extranjeros.

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