Premio Nobel de Economía: para dos que estudiaron el cambio climático y la tecnología

Los economistas estadounidenses William Nordhaus y Paul Romer ganaron el Premio Nobel de Economía por integrar el cambio climático y la innovación tecnológica en el crecimiento económico.

Los dos premiados «han desarrollado métodos que abordan algunos de los desafíos más fundamentales y apremiantes de nuestro tiempo: combinar el crecimiento sostenible a largo plazo de la economía global con el bienestar de la población del planeta», indicó la Academia Real de Ciencias.

Los economistas compartirán el premio de 9 millones de coronas (unos 860.000 euros, poco más de 987.000 dólares).

Cómo crear un crecimiento económico sostenible a largo plazo? es la pregunta que procuran responder con sus investigaciones los dos galardonados. William D. Nordhaus por su esfuerzo de integrar el cambio climático en el análisis macroeconómico y Paul M. Romer por incorporar las innovaciones tecnológicas en la misma materia.

En pocas palabras, los avances de este par de profesores permitieron ampliar la idea de que la economía, si quiere ser sostenible a largo plazo, debe tener en cuenta el cambio climático y la innovación tecnológica.

El aporte que hizo Romer demuestra cómo el conocimiento puede funcionar como un motor del crecimiento económico a largo plazo. Según las autoridades del Premio Nobel, las investigaciones anteriores habían enfatizado en lo que dijo Romer pero no habían logrado descifrar cómo las decisiones económicas y las condiciones del mercado determinaban la creación de nuevas tecnologías. El laureado demostró que las fuerzas económicas que gobiernan a las empresas terminan por influir en la producción de nuevas innovaciones.

Un apunte especial es que la tecnología no es como el clima, es una herramienta que se puede controlar y que puede ser usada para el bien del mundo.

Por su parte, los trabajos hechos por Nordhaus tratan el tema de las interacciones de la sociedad con la naturaleza. Su interés sobre este tema se remonta a la década de los 70, tiempos en que los científicos manifestaron una preocupación por las consecuencias de la combustión de energías fósiles en el cambio climático.

“A mediados de la década de 1990, se convirtió en la primera persona en crear un modelo de evaluación integrado , es decir, un modelo cuantitativo que describe la interacción global entre la economía y el clima”, explica un artículo publicado en la página web del Premio Nobel que también hace énfasis en que el modelo de este profesor ha tenido una amplia difusión en la simulación de la coexistencia entre el clima y la economía, como por ejemplo el resultado que podría significar un impuesto al carbono.

La autoridades del Premio Nobel explican que las contribuciones hechas por estos dos académicos son metodológicas, que apuntan a proporcionar conocimientos sobre las causas y consecuencias de la innovación tecnológica y el cambio climático, pero que de ninguna manera ofrecen respuestas definitivas. Sin que esto signifique que su trabajo no ha contribuido para responder la pregunta de cómo la humanidad puede alcanzar un crecimiento económico sostenido y sustentable.

VIAEl Espectador