Desde el gobierno se afirma que la reciente gira del ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, por Washington y Nueva York, fue exitosa: «podría no hacer falta» que los bancos públicos aporten financiamiento en los proyectos de participación público-privada (PPP) para que las obras de infraestructura se mantengan.
El esquema de PPP fue lanzado por el gobierno de Macri este año, en el marco de la restricción financiera. El aspecto central -como describió en su momento AgendAR- era y es que se licitan grandes obras públicas, pero las empresas que participan deben gestionar ellas mismas los créditos para financiarlas. Que el Estado garantiza. Otra forma de endeudamiento estatal…
Al principio, todo marchó bien, y empresas importantes, nacionales y extranjeras, se presentaron. Pero pasaron cosas… Los sobres con las ofertas para participar de la primera licitación de los corredores viales se abrieron el mismo día en que comenzó la primera corrida cambiaria, el martes 24 de abril. Y la firma de los contratos con los seis consorcios ganadores fue el jueves 26 de julio, cuatros días antes que estallara el «escándalo de los cuadernos».
Las consecuencias de esos dos episodios fueron tasas de interés altísimas y nula disposición de los bancos a prestar a empresas contratistas que podían quedar involucradas en causas judiciales por corrupción.
- Por lo tanto, el financiamiento privado -el corazón del esquema PPP- se vio en peligro.
El Ministerio de Transporte creó un fideicomiso para blindar a los bancos prestatarios de ese posible riesgo. El Banco Nación anunció un aporte al fondo de entre US $200 y US$ 300 millones. Pero el apoyo de los demás bancos privados no apareció. Por eso Dietrich viajó a Estados Unidos para conseguir el fondeo necesario para darles continuidad a las obras.
Junto con su equipo, el ministro se reunió con ejecutivos de los bancos Deutsche Bank, Citibank, Itaú, J.P. Morgan, Goldman Sachs y UBS.
¿Qué piden las entidades financieras para invertir en el fideicomiso? «Muestren que tienen las herramientas para reaccionar ante un «evento de integridad» (problemas judiciales). ¿Cómo se subsana si una empresa queda implicada?», cuentan en el Palacio de Hacienda que les dijeron.
Por eso los funcionarios realizaron una escala en Washington antes de aterrizar en Nueva York y se reunieron con organismos multilaterales, no solo para tratar de conseguir más fondeo, sino para buscar asesoramiento en cuestiones técnicas para diseñar el nuevo marco para la contratación de obra pública, y que los «comités de compliance» de los bancos den su aval.
El mes que viene, a más tardar, las obras deberían iniciarse con recursos propios de las empresas. Luego, el fideicomiso debería tener la suficiente liquidez antes de fin de año para comenzar a financiar a los consorcios que soliciten el capital de corto plazo en los primeros meses de 2019.
Antes de fin año habría una nueva apertura de sobres de PPP, pero esta vez para la
construcción de obras de transmisión eléctrica, que demandaría una inversión de
US$ 600 millones.