Por la caída de la actividad fabril, en agosto las fábricas disminuyeron el uso de sus instalaciones. Según el INDEC, la utilización de la capacidad instalada fue del 63%, lo que representa una caída de 4,3 puntos con relación al 67,3% que registró en agosto de 2017.
Este aumento de la capacidad ociosa es consecuencia directa de la caída de la actividad manufacturera que en agosto tuvo una baja de 5,6% respecto al mismo mes del año 2017. Se descuenta que se acentuó en septiembre porque hubo una nueva caída de la producción manufacturera.
Con excepción de las industrias automotriz y metálicas básicas, todos los demás bloques registraron un uso menor de sus capacidades de producción.
Con mayores indices de capacidad ociosa, superiores al promedio, figuran textiles, edición e impresión, químicos, caucho y plástico, metalmecánica y automotores. Con mayor uso de sus instalaciones están refinación de petroleo, industrias metálicas básicas y tabaco.
En alimentos, el INDEC consigna que “presenta un nivel de utilización de la capacidad instalada de 61,7%, en agosto de 2018, inferior al de agosto de 2017 (65,9%). La caída en el nivel de utilización de la capacidad instalada se origina, fundamentalmente, en las bajas de la molienda de granos oleaginosos y de la elaboración de bebidas. En el primer caso, la menor elaboración de aceite y subproductos de soja y girasol produjo la retracción en la actividad de las plantas. En el caso de las bebidas, la disminución de la utilización de la capacidad instalada en agosto de 2018 respecto del mismo mes del año pasado se vincula con el menor nivel de actividad de los segmentos de bebidas gaseosas, aguas y sodas”.
En la industria textil el nivel de utilización de la capacidad instalada es del 53,4% inferior al de agosto de 2017 (69,1%), por la contracción en los niveles de elaboración de tejidos y de hilados de algodón.
La refinación del petróleo también registra un nivel de utilización de la capacidad instalada ( 78,1%) inferior al de agosto de 2017 (85,3%) porque continuaron algunas paradas de planta mientras se registraron caídas en la elaboración principalmente de gasoil fueloil, diésel oil y asfaltos.
En sustancias y productos químicos el aumento de la capacidad ociosa fue “como consecuencia de las caídas registradas en las producciones de materias primas plásticas, detergentes y jabones, productos químicos básicos, fertilizantes y fibras sintéticas”.
La contracción en los niveles de elaboración de neumáticos y de manufacturas de plástico empujaron hacia abajo el uso de las instalaciones en el bloque de caucho y plástico.
Los productos minerales no metálicos sufrieron la disminución de la producción de vidrio para envases y la desaceleración de la construcción afectó algunas líneas de materiales de construcción como artículos sanitarios de cerámica, ladrillos huecos y placas de yeso.
En cambio, las industrias metálicas básicas mostraron un nivel de utilización de la capacidad instalada de 85,2% superior al registrado en el mismo mes del año pasado (79,5%) por el crecimiento de la producción de acero crudo y, en menor medida, del incremento de la elaboración de aluminio primario.
Con altos niveles de capacidad ociosa, la industria automotriz registró un nivel de utilización de la capacidad instalada de 57,3%, superior al de agosto del año pasado (55,1%) por el aumento de las exportaciones.
En tanto, la industria metalmecánica presentó en agosto un nivel de utilización de la capacidad instalada de 53,9%, inferior al de agosto de 2017 (61,1%), como consecuencia de la disminución de los niveles de producción de tractores, cosechadoras, sembradoras e implementos agrícolas, de algunos sectores de consumo durable (en particular la línea blanca) y del segmento de envases de metal.
Por más que estos índices indiquen una situación negativa para la producción y el empleo, insistimos en que la capacidad ociosa en instalaciones indica también que, con otra política económica, la producción y el empleo pueden recuperarse rápidamente.