El Coloquio de IDEA. Presencias, ausencias y el testeo de Vidal

La trayectoria del «Coloquio» que organiza desde hace varias décadas el Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina – IDEA, es interesante como la construcción más o menos casual de un ámbito de expresión del pensamiento de las empresas más importantes. Y de un lobby para influenciar políticas.

Esto, en un país con instituciones débiles y entidades empresarias no muy sólidas.

Al principio los Coloquios de IDEA, como recordaba la periodista Liliana Franco, eran reuniones con pocos asistentes y más reservados. Un lugar para que empresarios y CEOs hablaran de política y economía y al mismo tiempo «hacer negocios».

Lentamente fueron sumando asistentes, visibilidad mediática y presencias políticas, manejada por las gerencias de Relaciones Institucionales de grandes empresas. De los primeros encuentros en Pinamar se trasladaron a Bariloche. En el hotel Llao Llao disertó el entonces presidente Carlos Menem. Y también asistieron allí los dirigentes del Frepaso Carlos Chacho Álvarez y Graciela Fernández Meijide.

Al finalizar los ´90 pasaron a Mar del Plata, al Hotel Sheraton. Allí la reunión del gran empresariado argentino fue testigo, no mudo pero poco eficaz,  de la depresión de los últimos años de la Convertibilidad, el deterioro y derrumbe del gobierno de Fernando De la Rúa, la expectativa puesta en Eduardo Duhalde y luego en Néstor Kirchner -en los primeros años, con el crecimiento a «tasas chinas»… Pero ya no había «onda» con el gobierno K. Y tanto Néstor como Cristina le «echaron flit» a los Coloquios de IDEA.

Pero -como ya fue observado- durante esos gobiernos IDEA tuvo como visitantes de lujo al ex presidente de Brasil Lula y al empresario Marcelo Odebrecht. Que eran vistos como modelos a seguir…

Con la llegada a la Presidencia de Mauricio Macri, la actitud de IDEA y los empresarios y, por supuesto, del nuevo gobierno cambió por completo. Los funcionarios asistían con naturalidad a las reuniones. Y el apoyo mayoritario del gran empresariado era visible, y más entusiasta que el «oficialismo de circunstancias» que distingue a los hombres y mujeres de negocios que tienen vínculos con el Estado (todos).

Este año, con la devaluación y la recesión, el clima ha vuelto a cambiar. Y la pregunta es hasta qué punto eso se va a reflejar en el Coloquio. Hasta ahora, todas las voces públicas de IDEA mantienen el apoyo al gobierno y sus políticas. Y en privado afirman que no ven otra alternativa aceptable. Otros conocedores del mundo empresarial afirman que faltan algunas figuras claves, que varios líderes empresarios prefirieron no asistir este año a la cumbre marplatense.

En el coctel de bienvenida atribuyeron las ausencias a las dificultades para llegar hasta la ciudad balnearia debido a la niebla que obligó al cierre del aeropuerto. Antes del final del Coloquio quedará más clara la situación.

Lo que hubo en la inauguración es la presencia de la gobernadora María Eugenia Vidal, de quien algunos miembros del «círculo rojo» piensan que puede ser una alternativa a Macri, si la situación económica desgasta demasiado su figura. Lo que ya puede decirse de su intervención es que no sólo no dio ninguna señal en ese sentido -por supuesto- sino que además recitó el discurso más convencional del macrismo: optimismo, voluntarismo, anti corrupción y «cambio cultural». De políticas económicas, aunque sea ligeramente innovadoras, ni una palabra.

A. B. F.