En realidad, el título debe ser: más de 1200 científicos y académicos de renombre internacional, entre los que se encuentran once ganadores del premio Nobel, enviaron una carta abierta al presidente Mauricio Macri para denunciar la situación crítica que atraviesa la ciencia argentina. En ese sentido, advirtieron que «después de doce años de continuo crecimiento y expansión”, el sistema de ciencia y tecnología del país “está colapsando” debido a las políticas que lleva adelante su gobierno.
El texto que llegó a manos del presidente denuncia que el ajuste llevado adelante por el Gobierno afecta al Consejo Nacional de Investigaciones Científica y Técnicas (Conicet), la Agencia Nacional para la Promoción de la Ciencia y la Tecnología (Anpcyt) y las universidades nacionales. Además, acusa al Gobierno de incumplir “compromisos asumidos en subsidios para investigación y cooperación internacional” y abandonar planes de mejora de infraestructura en las instituciones científicas.
Una parte no menor y vocal de la comunidad científica internacional, entonces, advierte que el Conicet “está al borde de la parálisis” y que peligran los puestos de trabajo de 10 mil científicos, 10 mil becarios doctorales y posdoctorales y casi 3 mil técnicos. Además, afirman que se ha reducido la cantidad de vacantes para que jóvenes investigadores ingresan al Conicet. En 2016, las vacantes se redujeron de 900 a 450. “Se prevé un nuevo éxodo de científicos altamente capacitados”.
Finalmente, los académicos se mostraron preocupados por la reciente degradación a Secretaría del Ministerio de Ciencia y Tecnología. Esta decisión política, que completa “este oscuro panorama”, afirman, tiene “una gran carga simbólica negativa”. “Revela cuán poco le importa a la administración del presidente Macri la ciencia y la tecnología”, sentenciaron. Sin embargo, destacaron la actitud de sus pares argentinos, quienes “han levantado una bandera de la ciencia y la tecnología en el país”.
El creciente fastidio de una mayoría de los científicos argentinos con las políticos de este gobierno -incluso de muchos que eran opositores viscerales al gobierno anterior- no es una novedad para el oficialismo actual. Que ha decidido asumir ese costo, evidentemente. Pero la repercusión en el exterior, en países donde la opinión de sus científicos pesa más, es otro factor.
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