Según informa el periodista Ismael Bermúdez, «Luego de 20 meses consecutivos deficitarios, en septiembre la balanza comercial arrojó un superávit comercial de US$ 314 millones». Lamentablemente, se debe a la fuerte caída de las importaciones debido a la suba del dólar y la recesión.
Tan es así, que este resultado se logró aunque las exportaciones retrocedieron, principalmente por la sequía que afectó las ventas externas de productos primarios.
Los datos son del Indec y señalan que en los nueve primeros meses el déficit de la balanza comercial sumó US$ 6.453 millones, un 26,5% superior al “rojo” de US$ 5.102 millones de iguales meses de 2017.
El mes pasado, los precios de las exportaciones subieron 7,3% y las cantidades cayeron 11,2%. Las exportaciones de productos primarios disminuyeron de manera interanual 32,3%, básicamente por el desplome de las cantidades vendidas al exterior producto de la sequía.
Por su parte, las exportaciones de manufacturas de origen agropecuario (MOA) aumentaron 1,2%; las de manufacturas de origen industrial (MOI) decrecieron 4% y las exportaciones de combustibles y energía aumentaron 122,2%.
En tanto, los precios de las importaciones subieron 9,9% pero las cantidades se contrajeron 28,3%. Las compras de bienes de capital del exterior cayeron 42,3%, las de bienes intermedios 0,3%; las de combustibles y lubricantes aumentaron 23,3%; las de piezas y accesorios para bienes de capital cayeron 23,8%; las de bienes de consumo cayeron 27,5% y las de vehículos automotores de pasajeros cayeron 50,2% .
Estos datos reflejan la caída del consumo mientras en el caso de los bienes de capital y sus accesorios anticipan una fuerte disminución de la inversión.