Carolina Sánchez es ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente y hoy ocupa la Secretaría de Política Minera del Ministerio de Producción y Trabajo (Aquí informamos de su nombramiento, en julio pasado). Antes de ser convocada por Dante Sica, se desempeñaba como Directora Técnica del Centro INTI (Jujuy). En este reportaje Sánchez, la primera mujer en ocupar el cargo, dialoga sobre la realidad del sector, las potencialidades y, también, los retos por delante.
-Se acerca fin de año, una época siempre propicia para los balances. ¿Cómo cierra el 2018 para el sector minero en Argentina?
-Si bien aún no tenemos cerradas las cifras de 2018, estamos viendo grandes avances; en particular, en la exploración, que es clave para ampliar la cartera de proyectos y las opciones para que los inversores vengan a hacer negocios. Entre 2015 y 2017, la exploración aumentó 30%. Eso, en 2017, implicó nada menos que US$ 160 millones en exploración, que ya empieza a generar economía localmente y demandar empleo y servicios.
A la vez, siguen todos los proyectos que están en fases más avanzadas en cobre, oro, plata y molibdeno que, junto con el litio, son los más demandados por el mercado. En cobre, tenemos más de 40 proyectos de exploración y 4 en exploración avanzada; 6 proyectos en exploración avanzada de oro; 3 proyectos en exploración avanzada en plata y una mina de oro en construcción y 9 en operación, que están trabajando a 80% de sus capacidades. Y el litio, en particular, ha tenido un 2018 muy dinámico, con 40 proyectos de exploración avanzada. Tenemos ya dos minas en producción, que producen unas 35.000 toneladas de carbonato de litio equivalente, y ambos están en procesos de ampliación. En síntesis, la actividad está bien, pero tenemos muchos desafíos por delante.
-¿Cuáles son esos desafíos?
-Primero, la activación de algunos proyectos grandes de cobre, oro y plata, que son los que más impactan en el volumen de dólares exportados y que vendrían muy bien para la macroeconomía del país. Para que eso ocurra, hay un tema de mercado y precios. La cotización del oro, en particular, no está favoreciendo hoy, pero se estima que eso se va a revertir; en el cobre la demanda es muy grande, tanto para energías renovables y autos eléctricos y, en plata, tenemos un proyecto grande, pero en una provincia que tienen una prohibición, que es Chubut. Estamos acompañando a la población con información y participando de los debates para poner todos los elementos disponibles para los legisladores y la sociedad. Con respecto a los de litio, los grandes desafíos por delante están en la administración del recurso salar. Las tres provincias más ricas (Salta, Jujuy y Catamarca) están trabajando en una Mesa del Litio, en el marco del Consejo Federal de Minería, para poner en vigencia las mejores prácticas para el otorgamiento de permisos.
-Vaca Muerta le ha sacado un poco el brillo y el marketing a la minería ¿Qué expectativas manejan ustedes?
-Sí, totalmente. Tenemos un potencial mineral enorme. Tenemos que hacer que eso suceda y se desarrolle, y no sólo la extracción sino que opere como una madre de un montón de otras industrias y servicios asociados, que generen economías en zonas del país que no han sido desarrolladas aún porque no tienen suelos fértiles. Allí, el potencial de la minería y el impacto que puede tener es muy grande. Antes debemos superar algunas limitaciones propias, como la percepción que hay con la minería por el desconocimiento que hay sobre cómo se hace minería hoy, que no es lo mismo que hace 25 años. Las provincias, que son las que hacen los controles, además, están muy fortalecidas y más capacitadas. Tenemos que ver a la minería como un factor de desarrollo.
La mejor forma de que evolucione eso es con buenos ejemplos. No podemos hablar de que se pude hacer de manera responsable, hay que hacerlo con ejemplos para que lo perciba la sociedad. Así ha pasado en todo el mundo. Los privados quieren hacer las cosas cada vez mejor porque saben que, sin consenso social comunitario, la mina no va a operar y por eso informan a las comunidades, acompañan, son transparentes y responsables e, incluso, dan lugar a los pueblos de los controles y monitoreos de parámetros. Hay que construir esa confianza. También hay que dejar atrás mitos erróneos, que parecen más pancartas y slogans.