A la pregunta del título, en AgendAR contestamos «esperar y ver». Es cierto que el triunfo de Jair Bolsonaro en las elecciones presidenciales en Brasil marca una nueva etapa, que no sólo desplaza al partido de Lula, al PT, sino que «jubila» a la tradicional dirigencia política brasileña.
Es cierto también que, aunque Bolsonaro explicó que fortalecería su vínculo con Estados Unidos y no disminuiría su relación con los bloques de la región, como el Mercosur, su superministro de Economía, Paulo Guedes, advirtió que «el Mercosur no será una prioridad». Tampoco Argentina.
Tengamos presente que, para los economistas que son creyentes dogmáticos en el «libre mercado» y abominan del proteccionismo -como Guedes y otros argentinos también- el Mercosur es un obstáculo a la firma de tratados de libre comercio con otras regiones del mundo.
Y así como la apertura indiscriminada destruye sectores de la industria argentina, también sucede lo mismo con la brasileña. Habrá que ver cómo se define el inevitable conflicto de intereses.
Por eso nos parece útil acercarles los siguientes datos sobre el comercio internacional en Argentina y Brasil, y el papel del Mercosur.
Actualmente, según los últimos datos oficiales publicados por el Mercosur (actualizados al mes de julio), la balanza comercial del bloque arroja en 2018 un saldo negativo de US$1411 millones.
Las exportaciones en el período totalizaron US$25.986 millones, de los cuales Argentina lleva el 47,3% del total y Brasil, un 32,8%.
Por el lado de las importaciones, el Mercosur totalizó US$27.397 millones en los primeros siete meses de 2018, de los cuales Brasil acumula el 61,2% y Argentina un 27,1%.
- El bloque de países del sur comercializó sus productos principalmente a China, Estados Unidos, Países Bajos, Chile y Alemania en lo que va del año.
- Los insumos que más se vendieron al mundo fueron porotos de soja, aceites crudos de petróleo, minerales de hierro, harina y «pellets» de la extracción de soja, pasta química y carne bovina.