El diario La Nación publicó este domingo una nota donde plantea qué necesita el MERCOSUR para sobrevivir, ahora que Jair Bolsonaro va a asumir la presidencia del Brasil. En nuestra opinión, más que la -todavía incierta- política que nuestro vecino seguirá a partir del 1° de enero, las opiniones que se vuelcan ahí reflejan la postura de los sectores argentinos que favorecen una flexibilización de la unión aduanera. Como no son menores ni poco influyentes, creemos conveniente acercarles un resumen. Y agregamos un comentario nuestro al final.
«Soplan vientos de cambio para el Mercosur. El bloque comercial que surgió hace tres décadas está quedando anacrónico y necesita una restauración: esto no quiere decir que ya esté firmado su certificado de defunción ni mucho menos, pero sí que sus miembros deberán reunirse para modificar el tratado madre.
Es lo que, con mayor o menor tacto, dejó en claro esta semana Paulo Guedes, el superministro del presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, que afirmó: «El Mercosur no es prioridad».
Félix Peña, director del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación ICBC, opina que está claro que se han dado las circunstancias para que los miembros se sienten a ver cómo pueden adaptar el Mercosur a la nueva realidad local, regional y mundial.
«Era obvio que había que esperar el resultado de las elecciones en Brasil para saber con quién se debía conversar, pero sin dudas el bloque necesita un rediseño», dice.
Para Marcelo Elizondo, especialista en negocios internacionales, esto es lo que viene sucediendo entre los dos principales países del Mercosur. «Ahora, se le echa más leña al fuego con los dichos de Bolsonaro, que plantea que el bloque ya no es prioridad, pero esto no quiere decir que Brasil va a salir o va a proponer disolver el bloque. Es solo una alarma que hay que saber ver».
¿Qué sería lo principal a modificar en esta supuesta revisión?
Se trata de algo que ya reclamó en su momento Uruguay: poder concretar acuerdos individuales con otros países, algo que hoy está expresamente prohibido para los miembros del Mercosur. Eso que ya fue anticipado por los uruguayos lo refrenda ahora Bolsonaro, al sostener que Brasil quiere salir al mundo a firmar acuerdos bilaterales como país, con autonomía e individualidad.
De todos modos, la resolución no será rápida, puesto que el proceso de modificación del tratado madre puede demorar un año y después el Parlamento de cada país miembro debe refrendar esa decisión».
En la opinión de AgendAR, la posibilidad de cada país miembro de firmar acuerdos individuales, transforma al Mercosur de una unión aduanera imperfecta a una simple zona de libre comercio, como las que hay ya muchas en el planeta.
De acuerdo a la posición ideológica y a la teoría económica a la que adhiera, eso puede ser bueno o malo. Pero el hecho es que el Mercosur dejaría de ser un mercado interesante para el resto del mundo. Los mercados, y los interlocutores, pasarían a ser Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay por separado.