Como ayer se cumplió un siglo del armisticio que puso fin a la 1ª Guerra Mundial, esta nota podría titularse «Sin novedad en el frente financiero«.
Así lo refleja el informe monetario del Banco Central: «los mejores rendimientos propiciaron que los depósitos a plazo pasaran de un crecimiento nominal promedio mensual de 3,5% en el trimestre julio-septiembre a 10,5% en octubre».
«Parte de este crecimiento estuvo nutrido por los fondos liberados de la renovación parcial de las Lebac y también por parte de las colocaciones que antes estaban a la vista».
Por su parte, los préstamos en pesos al sector privado «continuaron con la tendencia descendente que vienen mostrando desde mediados de año». En términos reales y ajustados por estacionalidad, los préstamos cayeron 5,3% en octubre, «con una disminución generalizada en todas las líneas de crédito».
También informa que durante octubre «se cumplió con la meta establecida: el saldo promedio mensual de la base monetaria resultó $1,252 billones, 1,5% por debajo de septiembre».
Este descenso en los préstamos a las empresas, exceptuadas las agropecuarias, «tuvo como correlato el desarme de parte de su posición en divisas». Así, discretamente, se hace mención de lo que algunos llamaron el Plan Canuto: que los que tenían dólares guardados tuvieran que venderlos para cubrir gastos.
Puede decirse que ha tenido éxito. El precio del dólar está hoy muy cerca de la banda inferior acordada con el FMI. Aunque, seguramente, el factor decisivo fueron las altísimas tasas que hicieron tentador «quedarse» en pesos.
Como sea, el frente financiero está quieto. Pero el frente productivo, con muy pocas excepciones, está destruido. La pregunta que surge es ¿Cuánto tiempo tolera la economía argentina está situación?