El ajuste fiscal ya se desnuda en los números de la ejecución presupuestaria de este año y se centra en gastos de capital, es decir, las obras públicas , y especialmente en el rubro de los envíos a las provincias para proyectos de infraestructura.
También se registró un fuerte freno en el gasto en las denominadas transferencias corrientes (subsidios) al sector privado, que comprenden tanto los subsidios sociales como a los sectores económicos, esto es la energía (gas y luz) y el transporte.
Por otro lado, se formalizó un fuerte ajuste en el rubro «bienes y servicios», que es el pago de insumos como luz, alquileres, mantenimiento, publicidad o contratos de locación de obras. Conforman el grueso de los gastos operativos y de funcionamiento estatal.
Según el informe mensual de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP) de septiembre, el último disponible, el ajuste de gastos de capital (obra pública) en los primeros nueve meses del año disminuyó un 17,6% respecto de igual período de 2018.
En 2017 se gastaron $151.774 millones y en 2018 se devengaron 125.009 millones. Si se contempla que el índice de inflación del período enero-septiembre fue de 29,5%, la caída real en inversión en obra pública fue del 47,1% respecto de 2017, que fue un año electoral.
- Si se mide septiembre de ambos años, ese gasto bajó un 14,9%, de $ 22.344 millones a $19.026 millones.