La habitual temporada de las fiestas para los empleados suele arrancar a fines de noviembre y extenderse hasta mediados de diciembre. Según los organizadores de eventos, no hay una disminución en el volumen pero si en el presupuesto de las empresas.
- La tendencia es también reservar a último momento
“Las empresas no están reconociendo el 40% de inflación que afecta a los costos de los eventos. Quieren pagar un 20% más que el año anterior. Por este motivo, empiezan a bajar el perfil. A nosotros nos repercute mucho en la rentabilidad”, señala Marcelo Gordin, director de Énfasis, empresa de eventos corporativos.