La industria emplea hoy 107.900 trabajadores registrados menos que tres años atrás. De haber contado con 1.257.000 asalariados formales en septiembre de 2015, en igual mes de este año empleó a 1.149.100, de acuerdo a los datos de la Secretaria de Trabajo.
Esta caída del empleo fabril se fue produciendo sin freno a lo largo de todo estos años por la baja de la producción como consecuencia de la caída de la inversión y del consumo domésticos, mayores importaciones, suba de la tasa de interés y tercerización de actividades.
“El descenso del peso del empleo industrial es un fenómeno que se observa en la mayoría de los países desarrollados durante las últimas décadas , debido a la relocalización productiva en países de salarios bajos y el proceso de automatización y robotización. Sin embargo, la velocidad y profundidad del proceso de destrucción local permite afirmar que se está frente a una situación de crisis y ajuste de empleo del sector industrial, que no se explica por el fenómeno detectado en las economías desarrolladas”, dice un Informe del Observatorio de Empleo, Producción y Comercio Exterior de la UMET.
Otro factor de achique del empleo formal es el proceso de tercerización laboral a través del traspaso de parte de las cadenas de producción a contratistas y hasta el empleo de trabajadores como monotributistas, personal de agencias o en contratos por “tiempo determinado”. También se observa un aumento del empleo informal a costa del formal.
Pablo Dragún. Director del Centro de Estudios de la UIA, dice que la caída del empleo fabril se debe “ a una dinámica que venía en baja para algunos sectores hasta 2017, con presión importadora, a lo que se acentuó desde mediados de este año con el salto cambiario y la fuerte suba de las tasas de interés, que trajo aparejada una caída en la demanda y dificultades de financiamiento de capital de trabajo”.
Además, «los datos de transición de empleo en la provincia de Buenos Aires marcan que las condiciones de ocupación de los trabajadores industriales que se pierden, un 16% pasa a estar desempleado, un 19% pasa al cuentapropismo y el resto un 22% van al comercio, seguido por otros sectores como construcción o transporte (7% cada uno). La pérdida de empleos industriales implica una alta probabilidad de que se establezcan trayectorias laborales descendentes en lugar de ascendentes, por menores salarios en promedio o por pases a la informalidad o el desempleo”.