El diario El Cronista, donde apareció este dato, no es un medio opositor. Más importante aún, lo que se dice aquí está basado en un un hecho concreto: si Ud. tiene bonos argentinos y quiere asegurarse contra riesgo de un default, puede sacar un seguro. Se llaman Credit Default Swaps (CDS). Y le cobran una prima más cara que la que rige para los de Angola. Y MUCHO más cara que para cubrirse de Brasil.
«Hoy la Argentina es más peligrosa que muchos países africanos. Al menos financieramente, ya que los seguros de default (CDS) a 5 años están en 719 puntos, contra 534 de Angola, 436 de Nigeria y 415 de Senegal.
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En la región, nos ganan por goleada: Brasil se ubica en 199 puntos, México en 143 y Perú en apenas 88. Para sacar la cuenta de lo que rinde cada país a cinco años promedio hay que sumarle la tasa del bono americano, que esté en 2,75%. En la Argentina el mayor riesgo es el electoral, pues el Bonar que vence el 22 de abril de 2019 rinde 3,52%, pero el próximo bono, que vence el año siguiente (8 de octubre de 2020), ya con el nuevo gobierno, rinde 9,41%.
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«La principal incógnita que descuentan las curvas de los bonos en dólares locales dependen del resultado de la elección del año próximo. Las subas de tasas recientes son el incremento de la probabilidad de default ante la incertidumbre electoral. Es allí donde radica el principal problema. Siempre seguimos hablando de que el destino de nuestra economía dependerá de hacia dónde vaya la voluntad de la administración de turno», advierte Alejandro Bianchi, presidente del Think Thank CFA Society Argentina».
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En la opinión de AgendAR, los analistas financieros están presentando mal el problema estructural, aunque es cierto que su tarea no es esa, sino la de aconsejar a inversores y especuladores (en los mercados emergentes, esas dos categorías se confunden).
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El punto es que esta visión cortoplacista es adecuada para evaluar los riesgos de una colocación de fondos a corto plazo, en el que existe el «paraguas» del Fondo Monetario Internacional. Pero la burbuja de la deuda pública, asumida en su mayor parte por el gobierno actual, sigue creciendo, y en el largo plazo, y aún en eñ mediano, ni el F.M.I. ni nadie se hará cargo del total.
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Una reestructuración de la deuda, en plazos e intereses, es inevitable, con cualquier gobierno. Las primas de seguro, como las tasas en sí, son lo bastante altas como para compensar -si el cálculo ha sido correcto- ese final anunciado.
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