Los plazos fijos crecieron un 20% en los últimos dos meses

Hay un secreto a voces que sobrevuela en los últimos meses: un viejo jugador del sistema financiero volvió a la cancha cuando parecía haberse jubilado. Pero no: aprovechó el retiro temprano de una de las estrellas del momento y se volvió a meter en la cancha. El plazo fijo, que en una época ya era considerado hasta anticuado, con tasas que perdían por goleada contra la inflación, está de vuelta en el sistema bancario.

Los informes monetarios mensuales más recientes del Banco Central indicaron una suba de 9,9% tanto en octubre como en noviembre, siempre respecto del mes anterior. Es decir, en los últimos dos meses la cantidad de pesos en plazos fijos creció un 20 por ciento. Y este fenómeno se da tanto en los depósitos a tasa fija como en los que se ajustan por inflación.

  • En el caso de los plazos que ajustan por UVA, las subas fueron en el nivel del 25% cada mes.
  • Los tasas fijas que se ofrecen dependen del plazo -por supuesto-, del monto y también del banco. Pero puede hablarse de un 48% promedio.

El regreso llegó por dos carriles. En primer lugar, el último desarme de Lebacs generó un «vacío» en las oportunidades de inversión en el espacio que había estado ocupado por las letras del Banco Central. En segundo, la implementación del «apretón monetario» desde fines de septiembre, como se le llama a la política monetaria del BCRA puesto en marcha por la administración de Guido Sandleris.

Es un caso típico de la aplicación de un principio tradicional de la especulación financiera: el equilibrio entre la codicia y el temor.

Hoy, las tasas nominales son muy altas. No sólo rinden mucho más que cualquier actividad legítima; también, en estas semanas, superan la inflación. El problema es, claro, cuándo «salir», convertir esos fondos en dólares, antes de la devaluación siempre temida.

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