Desde que llegaron las aerolíneas low cost al país, el esquema del mercado aerocomercial se empezó a rearmar. Sostenidas sobre el concepto de «la revolución de los aviones», que acuñó el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, planifican ampliar el mercado aéreo para 2019 apuntando al modelo punto a punto para optimizar kilómetros, disminuir el tiempo «en tierra» y ahorrar combustible a través del uso de aviones más modernos.
«No tengo ninguna duda de que esto está recién empezando», determinó Dietrich en la presentación donde se le hizo entrega del certificado que habilita a volar en la Argentina a la empresa de «ultra bajo costo» JetSmart. «Venimos con un gran crecimiento, en particular en el mercado doméstico. Si habrá más compañías o crecerán las existentes, eso lo irá definiendo cada una en función de sus planes de negocios», analizó el ministro, y dio el primer puntapié de cara a 2019:
- «El año que viene va a ser el primero después de 20 años donde va a haber más pasajeros domésticos que internacionales».
Según datos de Transporte, este año cerrará con 14,2 millones de personas viajando en la Argentina. Esto es, casi cuatro millones más de pasajeros en vuelos de cabotaje con respecto a 2015, cuando se registraron 10,3 millones.
Particularmente este es el nicho al que apunta el negocio de las low cost: conectar trayectos cortos en distintos puntos del país, que no necesariamente tengan que pasar por la Capital.
Santiago García Rúa, director del medio especializado Aviation News, sostiene que, para funcionar, este tipo de aerolíneas necesitan principalmente tener aviones nuevos que les permitan ahorrar en combustible y en el costo de mantenimiento.
- En la Argentina operan tres aerolíneas de bajo costo: Flybondi, Norwegian y JetSmart.
La autorización anunciada de cerca de 300 rutas aéreas al mismo tiempo -algo sin antecedentes inclusive en países con un gigantesco mercado interno, como los EE.UU.-, los permisos que se otorgan a aerolíneas reconocidas como Norwegian y a otras que no lo son, hasta la disminución de los mostradores de Aerolíneas Argentinas en el Aeroparque de la Ciudad de Buenos Aires, indican la intención de reducir y «disciplinar» a la aerolínea de bandera. Es una decisión política, que despierta dudas sobre sus resultados en la economía del transporte aéreo y, especialmente, en la seguridad de los vuelos.