Este cuadro de arriba representa los pronósticos que hicieron esos bancos, consultoras y entidades financieras sobre el dólar, la inflación y el… aumento del PBI en el año 2018. Sí, ese que ahora está terminando.
No es un sarcasmo destructivo. Con el diario del lunes todos sabemos como terminó el partido del domingo. Pero sí corresponde señalar algo: todas esas estimaciones pasaron por alto desequilibrios muy evidentes que había en el esquema.
El déficit comercial, el déficit fiscal, la dependencia del endeudamiento externo. Y la bola de nieve de las letras que emitía, y sigue emitiendo, el Banco Central.
Como buena parte de sus autores son profesionales competentes, la explicación es que estaban animados de un deseo muy fuerte que «esta vez», el intento que en Argentina funcionaran las reglas de juego de la globalización financiera, saliera bien.
Por nuestra parte, en AgendAR, nuestro compromiso es con la producción nacional y el mercado interno. Y algunos de nosotros señalamos hace más de dos años en documentos estos desequilibrios,
Ahora, tampoco nosotros podemos hacer pronósticos válidos. Porque esos mismos desequilibrios impiden vaticinar un valor probable del dólar, o el porcentaje inflacionario. Hasta que esos desequilibrios se terminen, o al menos se moderen, sólo habrá incertidumbre.