Ya está en vigencia, en principio para los autopartistas, una de las mayores aspiraciones de las Pymes locales: la factura de crédito electrónica. Un instrumento que formaba parte de la Ley 27.440, de Financiamiento Productivo, que es similar al sistema vigente en Chile desde hace años.
Convierte, en la práctica, a la factura emitida por una pyme en un documento que se puede ejecutar. Como si fuera un cheque al portador. El primer sector en comenzar a utilizarlo será la cadena de valor automotriz a partir del 1 de enero.
Así, las operaciones entre las pymes proveedores y las grandes empresas automotrices ya tienen como documento obligatorio las Facturas de Crédito Electrónicas.
Una vez que la terminal acepte el documento, la pyme podrá elegir entre esperar el cobro o transferirla a una cuenta en la Caja de Valores. Una vez realizado esto, la factura conformada por la automotriz podría ser negociada.
«Esta factura es un cambio espectacular para el financiamiento de las Pymes. Además, cambiará la forma de trabajar no sólo de las pequeñas y medianas empresas, sino también de las grandes», sostuvo Fernando Luciani, CEO del Mercado Argentino de Valores (MAV), un ámbito en el cual se negocian instrumentos financieros básicamente de Pymes.
El mecanismo es bastante sencillo, al menos en la teoría. Según Luciani, «hoy una pyme entrega materiales a una automotriz y se pone a esperar que la terminal pague. Si eventualmente no pagan, podría iniciar un juicio. Pero el proceso tardaría mucho y no siempre con resultado positivo.Ahora, en cambio, esa factura se transforma en una título ejecutivo».
«A los 30 días de entregada, la factura queda aceptada por ambas partes. Y si no se paga, el trámite judicial para cobrar es mucho más expeditivo. De alguna manera reemplaza a los cheques de pago diferido.
Creo que es muy positivo para las pymes porque lo que cuenta es el pago garantizado por parte de la gran empresa que siempre tiene un tratamiento crediticio más favorable que sus proveedores».