La Comisión Europea -el brazo ejecutivo de la Unión- propuso en diciembre que se deben reinstalar los aranceles a la importación de biodiésel proveniente de la Argentina, pues considera que recibe subsidios. Los países miembros darán en los próximos días la decisión final. Se baraja un arancel promedio del 30% que significaría el cierre definitivo del Viejo Continente.
Ante eso, la Cancillería envío un documento respondiendo las acusaciones de reintegros que tendría la industria local, y adelantó que recurrirá a la Organización Mundial del Comercio.
Actualmente el biocombustible que exportamos a Europa paga una carga del 6,5%, luego que se diera marcha atrás en la denuncia por dumping, una vez que el Tribunal de Justicia de la UE fallara a favor de la Argentina.
En el caso de subsidios, la investigación arrancó en enero de 2018 luego de una denuncia presentada el 18 de diciembre de 2017 por el Consejo Europeo de Biodiésel (EBB, por sus siglas en inglés) que, a juicio de Bruselas, «presenta indicios suficientes de que los productores argentinos se han beneficiado de varias subvenciones concedidas por su gobierno».
Por eso en mayo último, funcionarios de la Dirección General de Comercio de la Comisión Europea llegaron al país para recopilar información. Los técnicos recorrieron ministerios, bancos, industrias y oficinas de las distintas compañías, en búsqueda de datos que demuestren que el biocombustible local no sólo recibe subsidios sino también beneficios, como es la entrega de créditos a tasas por debajo de las que se ofrecen a nivel mundial. En la Cancillería señalaron que «se hicieron las presentaciones correspondientes y es la UE las que debe considerarlas».
Pero en la industria se sospecha que la aplicación de aranceles desde febrero es casi un hecho. Y llega luego que EE.UU. impuso a la Argentina impuestos tanto por subsidios y dumping, frenando la exportación por alrededor de u$s 1.200 millones.
Hoy no hay avances con las autoridades norteamericanas mas allá de que éstas adelantaron abrir una instancia de diálogo. Perú, otro de los países a donde se envía biodiésel, también cerro su mercado y la Argentina abrió un reclamo ante la OMC.
Con este panorama la industria augura exportaciones por no más de 300.000 toneladas en todo 2019. Sin un mercado interno promisorio, el sector tendrá una caída abrupta e irá al cierre de las plantas dejando el agregado de valor para volver a la primarización de manos de la soja.
Tal vez hubiera sido conveniente para el complejo agroindustrial asistir a la clase magistral de yoga que el Primer Ministro de India, Narendra Modi, dio en la Rural. Igual, todavía hay tiempo para explorar ese mercado, y otros.