El cuadro de abajo -publicado en El Cronista, no un medio opositor- es terminante: el próximo gobierno enfrentará vencimientos por 60 mil millones. El que gane las elecciones en octubre, sea quien sea, deberá refinanciar esa deuda.
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La deuda con el Fondo Monetario Internacional es sólo una parte, y hasta es posible que sea la más fácil de reestructurar. Después de todo, la Argentina es hoy el principal deudor del F.M.I., y un default perjudicaría a ambas partes.
El hecho es que quien asuma la presidencia el próximo 10 de diciembre, deberá afrontar vencimientos de deuda, entre capital a intereses, por unos u$s 60.000 millones. Si a esa cifra se le agregan lo que se deberá pagar o renovar este año, el total asciende a unos u$s 91.200 millones, según las cifras publicadas por el Ministerio de Hacienda, con datos actualizados al tercer trimestre de 2018.
Todos los que aspiran este año a la presidencia de los argentinos -incluso Macri, si como afirma va por la reelección- deben empezar a preparar cómo encararán el problema de la deuda en moneda extranjera acumulada. Todos los acreedores tienen muy clara la situación, y la debilidad o la soberbia en el manejo del nuevo gobierno serían igualmente peligrosas.
Y es una tema a encarar de inmediato. Como la deuda que le reclamará la sociedad que lo haya votado en octubre.