El Comité de Prácticas Comerciales de la Unión Europea decidió este miércoles 30 de enero rehabilitar las importaciones de biodiesel argentino. Se trata de una noticia muy importante, por el monto que pueden sumar a nuestras exportaciones -unos 1.000 millones de dólares-, y también porque es un ejemplo de lo que pueden lograr para una industria clave, el trabajo conjunto de la cancillería y el sector privado. (En estos casos, el «libre mercado» es una leyenda amable para ingenuos).
En 2018 la Unión Europea había adquirido 1,3 millones de toneladas de biodiésel de origen argentino por US$ 890 millones. Y es casi el único mercado importante que se recupera, ya que Estados Unidos impuso aranceles antidumping a nuestro biodiesel. Para el complejo oleaginoso es crucial, porque le permite mantener su capacidad instalada en operaciones.
La U.E. había impuesto derechos antidumping en 2013, los cuales fueron desafiados por el gobierno argentino en la OMC, así como la Cámara Argentina de Biocombustibles (CARBIO) y sus miembros se habían presentado ante la Corte Europea de Justicia. Ambos casos fueron favorables para la Argentina y se consiguió eliminar el derecho antidumping.
Pero la Comisión Europea -el equivalente del Poder Ejecutivo para la UE- presionada por sus productores europeos, rectificó una decisión de septiembre y pidió a los gobiernos del bloque imponer otra vez aranceles al biodiesel nacional, esta vez en un rango que iría del 25% al 33,4%. Y abrió una investigación de subsidios contra el gobierno nacional y provinciales de nuestro país. Esta investigación es considerada injustificada y arbitraria.
Todo esto queda en suspenso al implementarse el acuerdo alcanzado. En la industria aceitera de nuestro país celebraron ese acuerdo comercial, con “condiciones de precio y volumen satisfactorias”. “La industria argentina celebra la aprobación del acuerdo; la única forma de lograr volver a exportar a la Unión Europea”, dijo Luis Zubizarreta, presidente de la CARBIO.
Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA) y ex agregado agrícola en la Unión Europea, destacó que el voto en Bruselas de la mayoría de los países de ese bloque es el fruto de un trabajo diplomático complicado, con negociaciones largas, que confiamos serían finalmente exitosas”.
El acuerdo de precios y volumen tendrá una fórmula de actualización trimestral basada en un cálculo de los precios FOB más gastos. Además, se establecerá un volumen máximo anual, que en la industria consideran razonable en relación a las cantidades que se han exportado en años anteriores.
Vale la pena repasar los argumentos de los europeos. Las autoridades comunitarias habían argumentado que la Argentina tenía 16 programas de promoción y ayuda al biodiésel. Además, dijeron que el diferencial de derechos de exportación que existía entre el poroto y el aceite de soja significaba una práctica predatoria del comercio. La Organización Mundial del Comercio descartó ese argumento en 2017. Pero los productores de biodiésel que se resisten a la competencia argentina igual presionaron por una sanción por supuestos subsidios. El año pasado el gobierno argentino eliminó el diferencial en las retenciones entre el poroto de soja y sus subproductos, lo que provocó el malestar de la industria, y además fijó derechos de exportación para todos los productos de la economía, entre ellos, el biodiésel. Esas medidas le quitaron peso al nuevo reclamo europeo.