El alejamiento de marcas conocidas -ayer mencionamos a Lee y Wrangler- es visto y comentado en los medios como un signo de la recesión. Pero no es el síntoma más significativo.
Una noticia local y que pasó casi desapercibida importa más como señal de alarma: hace algunos años, la zona de avenida Córdoba y Scalabrini Ortiz en la ciudad de Buenos Aires, se convirtió en el área de los outlets. Un consumo típico de las mayoritarias clases medias argentinas, que deben cuidar sus ingresos y buscan productos más baratos que en los shoppings y tiendas de marca. Hace pocos días se informó que en sus once principales cuadras, entre Pringles y Godoy Cruz, pueden verse ochenta locales vacíos.
Al mismo tiempo, un relevamiento de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios, indica que «los puestos en las calles se incrementaron en la ciudad de Buenos Aires, Tucumán, La Plata y Paraná». La venta ilegal callejera aumentó 30,3% en el cuarto trimestre de 2018 en relación con el mismo período de 2017.
El informe detalla los rubros que acreditan mayores ventas ilegales. Indumentaria y calzado fueron los más comercializados en Buenos Aires, Rosario, Salta, Neuquén y La Plata; alimentos y bebidas, registraron mayoría de ventas en Posadas, Tucumán y Santa Fe, mientras que la venta ilegal en juquetería y esparcimiento fue encabezada por Paraná.
En la ciudad de Buenos Aires se detectaron en el cuarto trimestre del año unos 683 puestos de venta callejera ilegal, en las avenidas, calles y peatonales relevadas, un 33,9% más que en igual trimestre de 2017.
En Rosario se identificaron 84 puestos de venta callejera ilegal; en Salta 30; en la ciudad de Neuquén 38; en Posadas 45; en Paraná 13; en la ciudad de Santa Fe 26; en la ciudad de Tucumán 62 y en La Plata 190 puestos de venta callejera ilegal en las avenidas, calles y peatonales.