El Representante adjunto de Comercio de los EE.UU., Jeffrey Gerrish, llegó a Beijing para participar en las conversaciones preliminares, y China dio un mensaje optimista para este reinicio. Pero también expresó irritación por una misión de la Armada de Estados Unidos en el disputado mar de China Meridional.
«Las dos partes van a hablar sobre los asuntos comerciales con una mayor profundidad. Esperamos ver que las conversaciones den buen resultado», dijo la vocera del Ministerio de Asuntos Exteriores chino Hua Chunying en una rueda de prensa.
La asesora de la Casa Blanca Kellyanne Conway también se mostró confiada en un posible acuerdo. Al ser consultada por Fox News sobre si las partes se estaban acercando a un pacto, dijo: «Eso parece, absolutamente».
Estados Unidos continuará presionando a China con sus demandas sobre propiedad intelectual, para sellar un acuerdo comercial que podría evitar que aumenten los aranceles a las importaciones chinas.
Las conversaciones comenzaron ayer a nivel preparatorio. El jueves y viernes tendrán lugar las reuniones de alto nivel entre el vicepresidente chino Liu He, el representante de Comercio Exterior de EE.UU. Robert Lighthizer, y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, según informó Hua.
Las negociaciones concluyeron en Washington el mes pasado sin acuerdo y el principal enviado estadounidense dijo que quedaba mucho más trabajo por delante.
Las partes buscan llegar a un consenso antes de la fecha límite del 1 de marzo, cuando está previsto que aumenten del 10% al 25% los aranceles de EE.UU. a importaciones chinas por valor de u$s 200.000 millones.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo la semana pasada que no tenía previsto reunirse con el presidente chino, Xi Jinping, antes de esa fecha límite, lo que hizo temer que no se pueda alcanzar un pacto rápidamente.
Las crecientes tensiones entre Estados Unidos y China han costado a ambos países miles de millones de dólares y han causado turbulencias en los mercados financieros mundiales.
El mismo día que comenzaron las nuevas conversaciones, dos buques de guerra estadounidenses navegaron cerca de islas reclamadas por China en el disputado mar de China Meridional, dijo a Reuters un funcionario en Washington.
Desde la tregua entre Beijing y Washington del 1 de diciembre, China tomó varias medidas de buena voluntad, como la rebaja de aranceles a los vehículos importados de EE.UU., la reanudación de las compras de soja o la presentación de un proyecto de ley para prohibir la transferencia forzada de tecnología.
Por su parte, Trump suspendió de manera temporal el aumento del 10 % al 25 % de los aranceles a productos chinos valorados en 200.000 millones de dólares.
La actitud de los mercados financieros fue expresada por Christine Lagarde, del Fondo Monetario Internacional, que advirtió sobre una «tormenta» que se cierne sobre la economía mundial, causada en parte por estas amenazas de guerra comercial.
En cambio, en los medios de la Unión Europea y de la Federación Rusa pueden encontrarse noticias sobre sus sectores productivos, que sacan provecho del desvío de las compras chinas de EE.UU.
Para la Argentina, la situación requiere información y prudencia: el gobierno cultiva, y necesita de, buenas relaciones con los EE.UU., y al mismo tiempo China es un cliente e inversor clave.