Facebook anunció en mayo 2018 que está preparando una función que permitirá limpiar el historial de los usuarios. Al usarla, eliminará toda la información que la red de Zuckerberg recopila sobre sus usuarios y también a través de aplicaciones ajenas y páginas web. Tras diversos retrasos, está programada para lanzarse en 2019.
La agencia BASTA, que se especializa en la comunicación digital, tuitea «¿Gol de Facebook?«. Y la respuesta es sí. La red social más extensa del planeta tuvo muy mala publicidad -además de despertar la atención de varios parlamentos- por acumular datos sobre la privacidad de los que la usan. Y hasta de los que no la usan.
Esta función, cuando se lance, llevará tranquilidad a los que se preocupan por los intimidades que pueden haber revelado en épocas anteriores de su vida, cuando no eran tan cuidadosos. Especialmente, los políticos y las figuras del espectáculo. Y así disminuirá la preocupación pública acerca de Facebook y la información que reúne.
Pero nos permitimos señalar que ahí no está la cuestión central. Que es la propiedad de la información. Facebook no la reúne porque sienta un placer morboso al meterse en nuestra intimidad. La vende a las agencias de publicidad, que nos quieren, a su vez, vendernos cosas. O candidatos.
Esta es una realidad internalizada en la vida moderna. Pero ya se ha planteado si no se debería pagar a los usuarios, a nosotros, que somos los legítimos propietarios de los datos. «Esa es la cuestión».