Según las cifras del Banco Central, el crecimiento de la morosidad se evidenció en prácticamente todos los segmentos de la actividad crediticia. En diciembre de 2018 (último dato disponible) la mora total del sistema alcanzó el 2,9% del total de los préstamos, contra 1,7% a diciembre de 2017.
En el caso de las financiaciones al sector privado, el ratio de morosidad alcanzó el 3,1%; un año antes, se ubicaba en 1,8%. Los bancos privados registraron una mora algo mayor (3,1%) que las entidades públicas (2,6%). En las entidades financieras no bancarias, habitualmente volcadas al crédito al consumo, la irregularidad fue mayor y llegó al 5,9%, frente al 4,2% registrado un año antes.
Las estadísticas indican que la mora en el crédito a las familias fue más elevada que en el caso de las empresas. Llegó al 4% frente al 2,9% de un año previo. El impulso a la suba de la mora estuvo en préstamos personales y las financiaciones con tarjetas de crédito con niveles de 5,1% y 3,7% respectivamente. Un año atrás, la mora había sido de 3,2% y 2,5%.
Los préstamos prendarios registraron atrasos en el 2,4% de las financiaciones, mientras que en diciembre de 2017 había llegado a 1,5%. La excepción dentro del universo del crédito para familias estuvo dada en los préstamos hipotecarios, cuya mora fue del 0,3%, similar al 0,2% del año previo.
Por el lado de los préstamos a empresas, la irregularidad alcanzó al 2,4%, menor que en el caso de los préstamos a familias pero más que duplicando el 1% de diciembre de 2017. Si se desglosa ese 2,4% por sectores económicos, la actividad con mayores problemas crediticios fue la construcción cuya mora se disparó a 5,9% frente al 1,9% exhibido doce meses antes.
También fue elevado el registro del comercio y la industria, con 2,8% y 2,7% respectivamente, versus 0,9% y 0,8 de un año antes. En el sector servicios, la mora llegó al 2% y había sido de 1,2%. La actividad con morosidad más baja fue la producción primaria, tal vez ayudada por la devaluación. No obstante, casi duplicó su mora en un año: 1,4% versus 0,8%.
Cabe destacar que, pese al aumento en el 2018, la morosidad se mantiene dentro de los parámetros internacionales. Y no es mayor por el autocontrol de familias y empresas que ante el inicio de la crisis dejaron de endeudarse.