Dos años después de que se decretara un beneficio impositivo para importar autos impulsados por energías alternativas (eléctricos, híbridos o hidrógeno), las automotrices favorecidas apenas usaron 1.000 de los 6.000 cupos que les otorgó el Estado, y sólo por cuatro compañías.
Este beneficio les permite pagar el 2% de arancel aduanero en el caso de los autos eléctricos y 5% cuando se trata de híbridos. Los vehículos de combustión interna convencionales están penalizados con el 35%.
Se trata de una compensación que el Gobierno entregó sólo a las terminales con fábricas radicadas en el país. Los importadores sin producción local quedaron fuera de este decreto y ahora reclaman por medio de la asociación CIDOA que se les otorgue el cupo que las terminales no están usando.
Los cupos pedidos fueron los siguientes:
- Toyota Argentina: 855 unidades (765 Prius y 90 Lexus).
- Renault Argentina: 111 unidades (todas Kangoo Z.E.).
- Mercedes-Benz Argentina: 35 unidades (todas GLC 350e).
- CTS Auto: 20 unidades (todas BYD E5).
Se espera que, en las próximas licitaciones de cupos, se sumen los pedidos de Nissan Argentina. La marca japonesa lanzará en junio el Leaf importado de Inglaterra, que ya se encuentra en preventa. Ford Argentina también confirmó que este año lanzará el Mondeo Hybrid europeo.
Corresponde señalar que un auto eléctrico es tan ecológico como la matriz energética que lo sustenta. En Suecia, recargar la batería casi no supone impacto atmosférico o climático, dado que el país tiene un mix ideal: 40% de electricidad hidroeléctrica, otro 40% nuclear y un 20% de renovables. En Argentina, el 62% de la electricidad es de origen térmico, se produce quemando gas y gasoil, amén de fueloil y carbón (muy poco). Es decir que aquí recargar las baterías de un auto eléctrico contamina con dióxido de carbono, óxidos de nitrógeno y de azufre y partículas de hollín. Pero eso sí, lejos del auto.