Al mediodía, el Banco Nación -estatal- vendía dólares al público a $42,10. Para frenar el alza, el Banco Central volvió a subir la tasa de las Leliq. En las dos licitaciones del día, colocó $ 210.122 millones a una tasa promedio del 64,89%. En la segunda subasta, llegó a pagar una tasa promedio del 65,4%.
Esta política es, literalmente, una locura. Ningún país puede sostener, pagar, estos intereses por un plazo largo de tiempo. Todas las actividades que dependen de la financiación, incluido el consumo, se perjudican o se paralizan.
Tampoco los tenedores de las Leliq pueden estar seguros que realizarán sus ganancias. Pero el gobierno no conoce otra manera de contener la escalada del dólar. Que es, en realidad, la caída del peso. ¿Puede sostenerse esta situación hasta el 10 de diciembre?